Como siempre, en la línea de la frase de la semana publicada este pasado lunes: “¿Por qué, en general, se rehuye la soledad? Porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos” – Carlos Dossi, vamos a hablar de la timidez y la introversión. Dos características que viven en busca de cierta soledad. En esta frase se nos muestra la parte positiva de la soledad si esta es elegida y bien gestionada.
Tanto un tiempo en soledad como el silencio pueden ser herramientas muy constructivas y potentes para ayudarnos a crecer en todos los sentidos. Todo el mundo, absolutamente todo el mundo necesitamos de un tiempo en soledad ya sea para relajarnos, para meditar, para hablar con nosotros mismos, para recapacitar sobre todo lo que vivimos, sentimos, hablamos con otros… en definitiva, la soledad es necesaria para estar con nosotros mismos, ya que también podemos ser una grata compañía. Sin embargo la soledad tiene una connotación bastante negativa en nuestra sociedad, haciendo de ese concepto algo de lo que supuestamente debemos de huir y precisamente ese acto de huir nos hace un tremendo daño desapegándonos de nosotros mismos y de nuestro propio ser, haciéndonos creer que solo podemos estar bien si estamos acompañados. Esta idea ha causado y está causando demasiada infelicidad en la sociedad. El desprecio a la soledad, el huir de nosotros mismos cuando somos nosotros mismos las mejores personas que pueden enriquecer nuestro interior. Al fin y al cabo el simple acto de meditar, que es tan necesario para todo el mundo en cualquier circunstancia, ya es un acto de introversión deliberada.
Pero al margen de cómo se trabaje cada aspecto y de lo positivo que nos pueda aportar, cosa que ya hemos comenzado a ver en el post “La timidez me ha dado cosas positivas” y que continuaremos viendo en futuros posts, en este caso vamos a enfocarnos en concreto en las características que diferencian a una persona tímida, de una persona introvertida.
Si te pregunto a ti que estás leyendo esto, ¿Disfrutas estando solo/a o es algo que no eliges? Aunque creas tener una respuesta clara, es muy común la confusión entre ser tímido/a o introvertido/a. Incluso en las propias personas que tienen una de estas dos características, ¡O las dos como es mi caso!
Aunque las dos características son tremendamente similares, incluso pueden parecer iguales a las personas que lo observan desde fuera, hay una gran diferencia entre las dos tipos de personas. Mientras que en unos casos se elige la soledad para descansar, estar tranquilo y recargar energías, en el otros casos la soledad no es tan elegida sino que se acaba escogiendo como escape a ciertos miedos y temores.
A continuación, vamos a conocer las características propias de cada concepto:
TIMIDEZ:
- El tiempo que estas personas están en soledad no suele ser elegida, sino que es un estado al que sienten que “huyen” para evitar ser evaluados y al no sentirse a la altura de las expectativas de las personas que les rodean.
- Sienten malestar cuando han de relacionarse, este malestar suele ser de ansiedad ya que están en un estado de alerta, al sentirse continuamente evaluados u observados.
- Desean relacionarse, socializar y conocer a gente nueva. Pero la timidez en muchas ocasiones se lo impide.
- Si una persona tímida está callada durante una reunión, lo más seguro es que esté pensando en si se está poniendo colorada, en si la están observando, si la están evaluando o qué estarán pensando de ella.
- Suelen evitar situaciones que en realidad les gustaría experimentar, llevados por miedos y temores a no estar a la altura. Como por ejemplo entrevistas de trabajo, hablar con la persona que le gusta, conocer gente nueva, etc.
- Sienten arrepentimiento precisamente por evitar situaciones, ya que sienten frustración por haberse perdido esa experiencia.
- Sienten ciertas carencias a la hora de sociabilizar, a causa de la evitación y la inseguridad que esta genera a largo plazo. Sienten por ello falta de ciertas habilidades sociales. Pero estas pueden trabajarse.
- Tienen temor a ser juzgados.
- Todo esto suele generar falta de autoestima.
- Actitud pasiva hacia personas que son más decididas o extrovertidas que ellas, porque sienten más seguridad cuando permiten que alguien más decidido o extrovertido les pueda guiar, acompañar, motivar a ir a eventos, fiestas, etc.
La buena noticia para las personas tímidas es que aunque la soledad no es tan elegida, se puede trabajar desde la conciencia de todo lo positivo que nos puede aportar la timidez, para aceptar, abrazar y fluir, para desarrollarnos y crecer. ¡Porque la timidez también tiene sus cosas buenas aunque no lo parezca!
INTROVERSIÓN:
En primer lugar, vamos a conocer la primera característica de una persona introvertida, con respecto a una extrovertida enfocando esto como rasgo de la personalidad para comprenderla un poco mejor: Las personas extrovertidas son personas sociables y abiertas que necesitan sociabilizar con frecuencia. Suelen tener bastantes amistades y recargan su energía del contacto con otra gente. Sin embargo, las personas introvertidas disfrutan de sus momentos en soledad elegida. Tienen un grupo reducido de amistades y con los que sienten más confianza y cercanía a las que contarles sus cosas. Estas personas recargan o recuperan su energía estando solos consigo mismos.
Sabiendo esto, vamos a conocer las características principales de una persona introvertida.
- La introversión es un rasgo de la personalidad, a diferencia de la timidez.
- El tiempo que estas personas están en soledad sí suele ser elegida normalmente. Son personas que se sienten a gusto cuando están solas.
- No tienen por qué sentir malestar al relacionarse con otras personas, simplemente se relacionan cuando así lo desean, que puede ser menos que las personas extrovertidas.
- Sin embargo, sí pueden tener en alguna reunión o evento pensamientos de que estarían mejor en un grupo pequeño, con personas de más confianza o solos.
- Desean relacionarse, socializar y conocer a gente nueva solo si ellos lo eligen, no por imposición social. Es decir, pueden querer socializar en ciertos momentos o no, pero porque salga de ellos mismos.
- Si una persona introvertida está callada durante una reunión, lo más seguro es que esté observando y escuchando atentamente a los demás. Recabando información y pensando en ello de una manera más profunda que el resto de personas. Nada más complicado que eso. Una persona introvertida hablará cuando realmente sienta que tiene algo que aportar a la conversación.
- En algunos casos, no en todos, pueden sentir ciertas carencias a la hora de sociabilizar. Concretamente en las situaciones en los que se tiene menos práctica en esas situaciones. Este hecho se puede dar en los casos de personas muy introvertidas. Sienten por ello igualmente falta de ciertas habilidades sociales. Pero estas igualmente pueden trabajarse.
- No temen ser juzgados, simplemente son como son.
- Todo esto de por sí no tiene por qué generar falta de autoestima, ya que esa característica forma parte de la personalidad. Pero hay situaciones de no aceptación, insatisfacción o incomprensión en el entorno que puede generarla.
En resumen, la diferencia principal entre una persona tímida y una introvertida es que la tímida tiene un problema de ansiedad en mayor o menor medida, detrás de su comportamiento, que puede trabajarse. Mientras que la introvertida simplemente es así y no tiene por qué tener absolutamente ningún problema con ello.
Aún viendo estas primeras diferencias, siempre será necesario tener en cuenta que cada persona es, no un mundo, sino todo un universo entero y complejo y que por ello, nos encontremos con personas (o verlo en nosotros mismos) en cada una de estas circunstancias que de manera personalizada, tiene también ciertos conflictos o enfoques de su propia situación, que puede hacer que confunda su situación.
A continuación vamos a ver un ejemplo para comprenderlo mejor:
Podemos encontrarnos, o ser, el caso de una persona introvertida que nunca se ha sentido tímida, simplemente prefiere estar solo más tiempo que el resto de personas. Sin embargo, como hemos comentado anteriormente referente a la visión del concepto de la soledad impuesta por la sociedad, esta persona se siente infeliz porque aún sintiéndose bien en los momentos que pasa en soledad, siente que debe o que necesita tener a gente a su alrededor en ciertos momentos. Este caso puede generar un conflicto emocional causado por una contradicción. «Me siento bien sólo o sóla. Pero a veces necesito estar con más gente y resulta que la gente no me comprende. Piensan que soy tímido o que tengo un problema. Precisamente porque soy una persona que disfruta de su tiempo en soledad y la elijo». Todo esto genera en muchos casos estados de ansiedad que provocan malestar e infelicidad. Esta persona con su caso personalizado es consciente de que no es tímida, simplemente desea elegir los momentos en los que hacerlo. Pero no es feliz porque siente que no es como otras personas y sienten que le fuerzan a ser como no es para poder encajar. La buena noticia es que se puede trabajar para encontrar el equilibrio propio y natural de forma personalizada en la que esa persona se encuentre en paz. De ahí la necesidad de conocer las diferencias entre una característica y otra.
¿En qué parte sientes que estás tú? Yo me siento un poco en las dos. ¡Leo tus respuestas en las redes!
Eva María Arrabal Martín