¿Recuerdas la frase de la semana publicada este pasado lunes?: “Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana”, la dijo Walt Disney y rompe el hielo de manera perfecta para hablar sobre ello en este post.
¿Cuántas veces nos pasa que nos proponemos algo, pasa el tiempo y vamos viendo que no hacemos nada? Seguro que te suena eso de…
Mañana empiezo.
El lunes me pongo a dieta.
Cuando comience el nuevo año comienzo a hacer deporte.
Cuando pase el verano con todos sus eventos dejaré de fumar.
El mes que viene empezaré a ahorrar para ese viaje que quiero hacer.
Desgraciadamente nos pasa a nosotros y conocemos a muchas personas que quieren hacer cosas, pero por alguna razón dejan pasar el tiempo y ven cómo hoy están igual que ayer. Pero lo más triste, es que además nos vemos hoy igual que hace un mes y quizás igual que hace un año. Esto ocurre porque vivimos pensando que aún tenemos tiempo de comenzar y aunque en parte es cierto del mismo modo que también es cierta esa frase que dice “Nunca es tarde”, también es cierto que esa forma de pensar solamente nos lleva a dejar pasar la vida frente a nuestros ojos y esa vida será dentro de un año la misma que la que teníamos hace un año.
“`Algún día´ es una enfermedad que se llevará tus sueños a la tumba contigo”.
– Timothy Ferris –
¿De qué se arrepiente la gente justo antes de morir?
Seguro que has oído hablar de esto.
Bronnie Ware es una enfermera que quiso dejar reflejado por escrito algo que le había tocado el alma sobre las personas moribundas. Fue testigo de los arrepentimientos más comunes de las personas que sabían que estaban muriendo y esto le hizo comenzar a ver la vida de otra manera, desde otra perspectiva y con plena conciencia individual.
Gracias a que ella quiso mostrarlo al mundo, esto nos puede servir para replantearnos nuestra actitud frente a lo que realmente deseamos en esta vida.
¿Cuáles son esos arrepentimientos más comunes en las personas cuando llegan a sus últimos días de vida? Las respuestas fueron las siguientes:
No haber sido fiel a sí mismo: “Quisiera haber hecho lo que quería y no lo que otros querían que hiciera”.
“Ojalá no hubiera trabajado tanto”.
“No haber expresado mis sentimientos”.
“No haber dedicado tiempo a los amigos”.
“No haber sido más feliz”.
Imagina lo triste que es vernos con estas frases en nuestra cabeza en nuestros últimos días. ¿Podrías? Es más, ¡Podemos usarlo como herramienta práctica para llevar a cabo lo que queremos trabajar en este post!
Por supuesto que sí, así que antes de hacernos la lista de preguntas adecuadas para lograr nuestros propósitos, podemos comenzar haciendo lo siguiente:
Tips:
Visualízate en tus últimos días de vida:
Sé que suena duro y que la emoción puede ser igualmente dura, pero te pido que imagines por un momento que de repente has visto toda tu vida pasar y te encuentras en tus últimos días de vida. Imagina que estás en un futuro lejano, en la cama, siendo consciente de que ya has vivido todo lo que tenías que vivir. En ese momento, visualiza que repasas toda tu vida entera, que piensas en todo aquello que has hecho, pero también piensas en todo aquello que no has hecho. Imagina con toda precisión cómo te sientes y qué emociones te vienen, al pensar que has dejado muchas cosas por hacer, porque pensabas que aún tenías tiempo. Quizás pensaste por primera vez en aquello que pudo haberte hecho feliz cuando aún tenías 25 años, pero sentías que tenías tiempo y te aterrorizaba ponerte a crear ese sueño, porque a veces pensar en actuar YA da terror, es cierto, pero el caso es que nunca comenzaste. Ahora que te ves en la vejez y mirando hacia atrás ¿Cómo te sientes? ¿Qué sientes al pensar cómo habría sido tu vida si hubieras dado ese primer paso a los 25 o 30 años? ¿Cómo habría sido tu vida?
A continuación y con la ayuda de esta motivación que acabamos de trabajar con el ejercicio anterior, ahora vamos a conocer algunas preguntas que nos ayudarán a evaluar el punto en el que nos encontramos y que además, nos ayudarán a tomar conciencia de lo que estamos haciendo, o no, para lograr lo que realmente queremos. Estas preguntas nos ayudarán a tomar acción en lo que queremos y comenzaremos a ver resultados en solo días. Ya no te sentirás en el mismo lugar que ayer, sino que mañana verás que ya has dado el primer paso y estás más cerca.
Para poder tomar conciencia de las acciones que estamos tomando o dejando de tomar, vamos a escribir en una hoja de papel las siguientes preguntas.
¿Qué es lo que deseo realmente? ¿Cómo lo deseo específicamente? ¿Cuándo lo deseo exactamente?
¿En qué momento estoy ahora? ¿Cómo me encuentro con respecto a mi propósito? ¿Cómo me siento con respecto a ello?
¿Qué he hecho hasta este mismo momento para acercarme a ese objetivo? ¿Cómo lo estoy haciendo? ¿Es coherente? ¿Es eficaz?
En el caso de no estar haciendo nada aún en el presente, ¿Cómo me siento emocionalmente hablando con respecto a ello? Si la emoción es desagradable, ¿Cuánto tiempo más estoy dispuesto o dispuesta a estar en esta situación? ¿Me hace sentir una persona orgullosa por ello? ¿Qué tengo que hacer para dejar de sentir esta emoción desagradable por no estar haciendo nada?
Si continúo sin hacer nada al respecto, ¿Cómo me veré y me sentiré dentro de un año? ¿Qué pensaré de mí por ello?
¿Qué obstáculos estoy teniendo? ¿Cómo los estoy sorteando o cómo puedo hacerlo?
¿Qué obstáculos creo que voy a tener o puedo tener?
Si me encuentro con esos obstáculos ¿Cómo puedo sortearlos?
¿Cómo me sentiré cuando ese objetivo esté conseguido?
Estas preguntas pueden ser literales tal y como las hemos visto, o estas mismas pueden servirnos para personalizarlas en coherencia con nosotros mismos y nuestras circunstancias. La clave está en encontrar las preguntas y las palabras adecuadas, que nos hagan sentir algo por dentro, que nos hagan recapacitar, pararnos a pensar un instante y ver qué es lo que estamos haciendo de manera errónea, o simplemente no estamos haciendo. Escribiremos las respuestas de forma detallada en la hoja en donde hemos plasmado las preguntas. Luego las leeremos en voz alta para escucharnos. En el momento en el que seamos conscientes de todo ello, nos sentiremos capaces de levantarnos del sofá y tomar acción sobre lo que realmente queremos.
Mañana, te encontrarás sin duda un poquito más cerca de tu objetivo.
Eva María Arrabal Martín
BIBLIOGRAFÍA:
“Coaching, caminando hacia el Ikigai”, Editorial Bookboon, 2020, Eva María Arrabal Martín.
“Motivación 1: el super poder de auto motivarte”, Editorial Bookboon, 2021, Eva María Arrabal Martín.
Recuperamos la frase de la semana que ya nos hablaba del tema a tratar hoy: «Si haces lo que siempre has hecho, obtendrás lo que siempre has conseguido.» Esta inspiradora frase la dijo Tony Robbins, coach, orador motivacional y escritor y con ella pretende motivar a las personas a que se paren a pensar qué es lo que han hecho hasta este mismo momento, para obtener los resultados que han tenido y además, pararse a pensar si eso que están haciendo todavía es modificable si queremos cambiar nuestros resultados.
Una frase similar ya muy conocida es la siguiente: «Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo». Esta otra frase también espectacular, o al menos parte de ella, fue atribuida al genio Albert Einstein, aunque a día de hoy se desconoce si realmente la dijo él. El caso es que sí sabemos que esa frase completa tal y como la he plasmado aquí pertenece a la escritora Rita Mae Brown.
Sea quien sea el o la que lo dijo, efectivamente es una genialidad de frase.
Bien, pues el tema de hoy trata de nuestra incapacidad de no ver en un momento de bloqueo, nuestra propia responsabilidad sobre nuestros resultados en la vida.
¿Por qué no te salen las cosas?
¿Por qué todo en tu vida sigue aparentemente igual?
¿Por qué continúas estancado o estancada en la misma o similar cantidad de dinero en tu cuenta corriente desde hace años?
¿Por qué sientes que no avanzas?
¿Por qué todas tus relaciones son fallidas y sus finales se parecen tanto entre sí?
¿Por qué atraes siempre al mismo tiempo de hombres o mujeres?
¿Por qué te vuelve a pasar lo mismo una y otra vez?
Decimos por ejemplo que tenemos mala suerte en el amor, pero continuamos poniendo nuestro foco en las personas que comparten unas características o patrones específicos que nos dañarán. O quizás simplemente es nuestro propio patrón a la hora de socializar con los que siguen siendo los mismos de siempre y por lo tanto, nos siguen dando los mismos resultados de siempre… pero eso sí, tenemos mala suerte en el amor y que nadie nos diga lo contrario.
Lo mismo pasa con nuestro trabajo, con nuestro dinero, nuestras amistades, los propósitos que vemos cómo se quedan a medio camino y no sabemos por qué nunca salen o salen mal.
¿Has pensado alguna vez en la posibilidad de que si cambias algo de ti, todo cambie a tu alrededor?
Ya lo decía Marcel Proust:
“Aunque nada cambie, si yo cambio todo cambia”
Gracias a los estudios en psicología y neurociencia, ya conocemos el grandioso poder de nuestra mente.
Hoy sabemos que la realidad en si no es algo con una estructura fija, solo conocemos lo que hemos visto y experimentado desde que nacimos hasta el día de hoy, como si fuera una recopilación de datos y algoritmos que conforman nuestra propia realidad de manera individual, personal e intransferible. Por lo tanto cada realidad individual está bastante limitada. Gracias a la psicología y la neurociencia, también sabemos que nuestro destino no está predeterminado, sino que lo vamos creando día a día con nuestras decisiones y que estas decisiones están influenciadas por nuestros patrones y aprendizajes adquiridos. Nuestra realidad se basa en cada una de nuestras mentes individuales. Lo que estás pensando ahora y lo que estás haciendo ahora, es lo que determina tu futuro dentro de 5 minutos y por lo tanto, tus propios resultados en ese momento. Sin embargo, si sabiendo esto te abres a nuevas perspectivas y formas de entender la vida y tu propio destino, estarás comenzando a crear una nueva realidad, con nuevos resultados sorprendentes.
Si intentas llevar a cabo un propósito y fallas, tu cerebro interpretará que las siguientes veces que lo intentes, lo más probable es que vuelvas a fallar, porque ya puedes decir que sabes por experiencia propia que eso es así y es tu realidad, porque ha sido real. Pero teniendo ya estos conocimientos, sabrás moldear tu mente para pensar que es posible hacerlo de otra manera diferente a como lo habías hecho hasta ahora, para que por fin salga bien.
Ya sé que es difícil pararse a pensar y a tomar conciencia sobre nosotros mismos, sobre nuestros patrones de comportamiento y sobre todas aquellas cosas que de manera inconsciente y sutil, repetimos una y otra vez. Ya sé que es complicado pararse a pensar que esos patrones de comportamiento, por pequeños y sutiles que sean, están afectando para bien o para mal a modo de efecto dominó en nuestras vidas a todos los niveles. Es difícil, es complicado, pero es necesario, porque hasta que no lo hagamos no obtendremos los resultados que queremos o al menos, resultados distintos.
Sé que estás esperando a llegar al momento clave para saber cómo cambiar tus resultados. Así que…
¡Comencemos!
Mariposa saliendo de una crisálida
Autor de la foto: Suzanne D. Williams
Fuente: Unsplash.com
Primeramente debemos de tomar concienciasobre lo que queremos o llevamos mucho tiempo queriendo y aún no hemos tenido, hecho o experimentado.
Después de tenerlo claro, debemos de tomar conciencia de los pasos que hacemos desde que comenzamos un nuevo intento y durante el proceso. Es aquí en donde si evaluamos todos los pasos, nos será más sencillo poder detectar qué patrones son los que repetimos y en los que no pensamos porque vamos en “modo automático” y siempre lo hemos hecho así. En ellos podemos ver los que no funcionan, pero también podemos ver los que podemos y debemos cambiar o mejorar, para que el resultado evidentemente cambien también. Si continuamos haciendo lo mismo sin ser conscientes y en “modo automático” como lo hemos hecho siempre hasta ahora, ¿Qué creemos que va a pasar al final? Pues que el resultado volverá a ser el mismo muy a nuestro pesar. ¿A que suena lógico y evidente? Pues siempre volvemos a cometer los mismos errores y nos volvemos a preguntar que por qué nosotros no podemos tener o ser “eso” o “aquello, o por qué volvemos a repetir la misma historia de amor y desamor.
Vamos a ver un ejemplo de esto para comprenderlo mejor:
Si sentimos que tenemos mala suerte en el amor, que todas las parejas que encontramos son iguales o similares como dice el dicho “Es el mismo perro con distinto collar”, podemos tener una situación perfecta para estudiarnos y evaluarnos. Nos fijaremos en nosotros mismos desde el mismo momento en el que nos fijamos en alguien, evaluaremos qué perfil es el que ponemos como objetivo y sobre todo, los patrones similares en todas esas personas ¿Qué tienen en común? ¿Por qué me gustan este tipo de personas? ¿Se parecen entre sí? (Seguramente sí). Después de ello, evaluaremos nuestro comportamiento con esa persona desde lo más pequeño e insignificante hasta lo más grande. Del mismo modo, evaluaremos el comportamiento de esa persona y sus patrones y si como hemos dicho antes, son similares a las de las personas anteriormente conocidas. Si finalmente esa relación igualmente falla, teniendo ese estado de consciencia nos resultaría más fácil detectar dónde está el conflicto, si está en nosotros a la hora de relacionarnos con la otra parte, si son patrones tóxicos por nuestra parte que repetimos sin observarlos, o si está en la otra persona que nos lanza las denominadas como “banderas rojas” que nos avisan de que nos van a dañar, pero nosotros no queremos verlo (esto sería igualmente un patrón repetido por nuestra parte y bastante tóxico por seguir permitiendo las señales que nos dañan y que se están repitiendo una y otra vez en nuestras relaciones).
El error más importante de todo esto se encuentra en la falta de conciencia cuando actuamos durante el proceso de un nuevo intento. Esto es aplicable a parejas, a trabajo, al éxito, pero también a amistades, familia, relaciones en general e incluso también es aplicable a la economía y el patrón que tenemos con respecto al dinero. Si siempre has obtenido los mismos resultados en cualquier campo de tu vida, es que algo falla en el nuestro patrón de conducta, o en la “normalización” en los patrones de los demás hacia nosotros.
Por último, debemos de tomar aquellas cosas que hemos detectado como patrones repetidos y tóxicos y buscar una solución al respecto. Evidentemente si esos patrones son nuestros, ya sabemos lo que tenemos que hacer: sustituirlos por nuevos patrones de conducta para que el efecto dominó tenga desde ese instante otra ruta diferente y nos lleve a un lugar distinto. Si esos patrones son ajenos, ya hemos aprendido a detectarlos como “banderas rojas” y también como un fallo por nuestra parte el haberlo permitido… hasta ahora. Reconociendo esos otros patrones, ya sabemos también lo que debemos de hacer: no aceptarlos más por nuestro bien y por el destino que realmente queremos y buscamos conseguir.
Ya hemos dado un grandioso paso al respecto. ¡Ahora toca tomar acción!
Y cuando hemos detectado los patrones bloqueantes y queremos hacer cambios en nuestras vidas, ¿Cómo lo hacemos? Vamos a verlo a continuación.
Mujer a punto de cambiar de ruta
Autor de la foto: Einar Storsul
Fuente: Unsplash.com
Proponte desaprender para aprender a pensar de manera diferente a como lo has hecho hasta hoy.
Nuestra forma de ver y entender la vida es un mapa mental propio que hemos ido creando a lo largo de nuestra existencia, hasta este mismo momento. Ese mapa mental ha sido creado, moldeado y personalizado por nosotros mismos. Si bien lo hemos hecho con la influencia directa de nuestra familia más cercana, amigos y maestros durante nuestra infancia y adolescencia, tenemos que saber que ya llegados a la edad adulta nadie más que nosotros mismos tiene la culpa o la responsabilidad sobre cómo entendemos la vida y cómo actuamos en ella. A partir de la edad adulta, solo nosotros somos responsables de nuestros patrones y comportamientos y ello se basa en la recopilación de datos de todo lo que hemos vivido hasta hoy. Por lo tanto y teniendo en cuenta todo esto, llegamos a la conclusión de que esos datos son tremendamente limitados, puesto que son solamente nuestros propios datos aprendidos de otras personas y experimentados en comparación con todos los datos que existen en todas las existencias. Así y bien, llegamos también a la conclusión de que nuestros pensamientos sobre la vida y las limitaciones, son simplemente creencias limitantes basadas en los techos que en algún momento nos hemos encontrado y a causa de ello, hemos adaptado nuestros patrones y hábitos a tal experiencia, limitándonos a nosotros mismos por aprendizaje.
Entonces, ahora podemos comprender que podemos ampliar la recopilación de nuevos datos de forma ilimitada y de manera deliberada. De esta manera estaremos ampliando nuestras posibilidades y cambiando nuestros resultados en la vida.
Una persona que observa más allá de su propia experiencia, que observa otras vidas, otras historias, otras experiencias con otros resultados y lo hace con una mentalidad más abierta, estará abriendo puertas en su mente para pensar que otros resultados son posibles en su propia experiencia.
A continuación te voy a contar algunos tips prácticos que te ayudarán a comenzar a tomar esta consciencia y a actuar de manera diferente, con una mente más abierta y amplia a nuevas perspectivas.
TIPS PRÁCTICOS:
Entrénate diariamente para pensar diferente de forma deliberada: comienza por pensar que lo que has conocido hasta ahora es limitado, que solo conoces una parte de todas las posibilidades que existen en todas las realidades. A partir de ahí, enfócate en lo que quieres, enfócate en otras personas que tienen lo que tú deseas o algo que se le acerque a lo que tú deseas. Cuando seas capaz de comprender que si otros lo tienen o lo hacen es que es posible, comprenderás que esa es su realidad creada de manera individual y personalizada y si ellos pudieron crear esa realidad, tú también puedes crear una tuya nueva. Esta es una nueva manera de pensar diferente. Observa a esas personas, investiga cómo lo hicieron, pregúntales si tienes confianza, en definitiva, inspírate en ellas y aprende de sus patrones de conducta. Aprendiendo de patrones ajenos podemos cambiar los nuestros y comenzaremos a ver cambios en los resultados. Al fin y al cabo muchas de nuestras acciones se basan en la imitación social, aunque no lo sepamos ni seamos consciente de ellos. Desde que somos bebés hemos necesitado imitar para aprender a hacer las cosas por primera vez ¿Por qué no hacerlo de forma deliberada?
Aprende algo nuevo de forma habitual: podemos entrenar a nuestra mente para ampliar nuestro mapa mental aprendiendo algo nuevo continuamente. Por ejemplo un nuevo idioma, un nuevo hobbie, etc. De esta manera nuestra mente entenderá que es posible ampliar nuestro campo de posibilidades. Cada cosa nueva que aprendamos, nos hará sentir cada vez más que algo mejor y más grande es posible, de esta manera llegará el momento en el que sentiremos que siempre podremos lograr algo mejor y además, que seremos capaces de hacerlo. Evitaremos el estancamiento y buscaremos siempre mejorar nuestros resultados… y lo lograremos.
Vive el momento presente para ser consciente a partir de ahora, de tus nuevos patrones y comportamientos más pequeños: cuando comenzamos a ser conscientes del aquí y del ahora, nos damos cuenta de repente que hasta hoy habíamos vivido en “piloto automático” y esto ha hecho que no hayamos sido conscientes de muchos detalles de nuestra vida, de nuestro comportamiento y por lo tanto, de la coherencia de nuestros resultados con respecto a todo ello. En definitiva, nos damos cuenta de repente de todo lo que hacemos en el día a día que hace nuestros resultados y que antes no podíamos observar porque estábamos pensando demasiado en el pasado, o en el futuro. Comenzamos a ver nuestros errores y nuestra responsabilidad en ello. ¿Cómo te hablas a ti mismo o a ti misma a diario? ¿Cómo reaccionamos frente al comportamiento de los demás hacia nosotros? ¿Cómo actuamos cuando algo nos molesta? ¿Cómo hablamos a los demás? ¿Cuáles son nuestras expresiones más repetidas? ¿Se repiten mucho esos patrones? ¿Son realmente coherentes con lo que queremos conseguir o frenan su logro? Pues es cuando comenzamos a observar el presente, que comprendemos por qué algunas personas nos tratan como lo hacen, o comprendemos por qué seguimos teniendo los resultados que tenemos. Todo empieza ahí, en ser consciente de lo más pequeño de nuestro comportamiento y ser consciente de nosotros mismos en todo momento.
Comienza a cambiar y verás cómo cambian los resultados.
¿Qué te ha parecido? ¡Leo tu opinión!
Eva María Arrabal Martín
BIBLIOGRAFÍA:
«Deja de ser tú», Joe Dispenza. Editorial Urano, 2012.
«Motivación 1: El super poder de auto motivarte», Eva María Arrabal Martín. Editorial Bookboon, 2021.
Hemos empezado esta semana con la frase del Dr. Mario Alonso Puig: “El lenguaje no solo describe la realidad, sino que además es capaz de crearla” y ¿Por qué hemos empezado con ella? Porque esta semana hablamos sobre el lenguaje y su peso en nuestro crecimiento personal.
¡Vamos a ello!
La semana pasada me adentré en la influencia de las etiquetas cuando nos definimos y lo hice enfocándome en las personas que sienten timidez. Esa publicación me ofreció la idea de hablar esta semana sobre el lenguaje y la importancia de las palabras a la hora de “crear”. Cuando creamos nuestras circunstancias y posibilidades, no tenemos en cuenta ni nos paramos a observar las palabras que utilizamos y éstas son tremendamente importantes en nuestra creación, son magia pura. Gran parte de lo que tenemos en nuestro entorno, en nuestras circunstancias y en nuestros resultados, están ahí a causa de las palabras que usamos al hablar, ¡Entre otras muchas cosas claro está! Pero todo empieza cuando hablamos.
¿Te has parado a observar en cómo hablan y se expresan las personas exitosas?
Para empezar, te darás cuenta de que no hablan igual una persona exitosa en cualquier ámbito, que una persona “rendida” a lo que es y a lo que cree que no puede cambiar porque “la cosa está muy mal”.
¿Te has parado a pensar alguna vez en cómo de importante ha sido tu lenguaje en lo que has logrado o perdido hasta el día de hoy? Quizás no lo hayas pensado nunca, quizás esta es la primera vez que lees sobre ese tema.
Aquí no vamos a hablar de éxito refiriéndonos al dinero, pero sí al éxito en general, es decir, al hecho de ganar en todo lo que de manera personal e individual nos propongamos. ¿Quieres tener éxito en tu formación porque estás estudiando? Entonces, conocer sobre el uso del lenguaje te interesa. ¿Quieres tener éxito en el terreno laboral? Entonces, conocer sobre el uso del lenguaje efectivamente te interesa. ¿Quieres tener éxito en las relaciones con los demás y en el amor? Entonces, conocer sobre el uso del lenguaje también te interesa. ¿Quieres tener éxito económico? Entonces, conocer sobre el uso del lenguaje por supuesto que te interesa. ¿Quieres tener éxito en cualquier aspecto de tu vida ya sea personal o laboral? Entonces, conocer sobre el uso del lenguaje evidentemente te interesa.
Incluso cuando nos proponemos el objetivo de perder peso tenemos que tener en cuenta el lenguaje que utilizamos mientras estamos trabajando en ello, ¿Cómo te has hablado hasta el día de hoy? ¿Cómo te sigues hablando? ¿Qué pasaría si cambias tu vocabulario y la forma de expresar lo que quieres y lo que haces?
No hablamos solamente del típico “No puedo”, enfocarnos solamente en esa frase tóxica nos limita hasta el infinito y más allá. Podríamos extender nuestra auto evaluación a frases bloqueantes como:
“Tengo que hacer deporte”.
“No soy lo suficientemente buena para ese puesto de trabajo que ofrecen”.
“Siempre he sido torpe”.
“En mi familia nadie ha hecho nada parecido, no tengo razones para pensar que puedo ser el primero en lograrlo”.
“Es que me cuesta trabajo enterarme de lo que leo cuando estudio y voy más lento”.
“Es que se me da mal pintar/bailar/cantar/escribir…” (pon aquí aquello con lo que te sientas más identificado o identificada).
“Es que hay una crisis tremenda y todos en mi entorno están como yo… fatal”.
“Es que por más que lo intento, no encuentro el tiempo”.
“Es que eso solo lo consiguen los que tienen un `padrino´, la gente humilde no podemos acceder a esos privilegios”.
“Etc”…
¿Cómo te hablas? Ya no solo eso, ¿Cómo hablas a los demás cuando hablas de ti o de cosas que tengan que ver contigo o con tus propósitos y tus sueños?
A continuación vamos a ver cómo nutrirnos con lenguaje de éxito…
Niño gritando frente a un micrófono.
Fuente: Unsplash
Los egipcios ya hablaban de ello, ¡Ya lo sabían! Y lo utilizaban a su favor. De hecho, lo dejaron por escrito para la posteridad y para fortuna de nosotros que podemos acceder a ello. Hoy día gracias a ellos, a muchos más que vinieron detrás a divulgarlo y a estudios en neurociencia sobre el poder del lenguaje en nuestra mente, sabemos que su influencia en nuestras vidas es ilimitado.
Los egipcios creían con fe que la palabra tenía un poder realmente mágico. Por ello, los antiguos sacerdotes de aquella apasionante civilización la usaban de manera estratégica y a su favor para no pedir, sino exigir a los dioses lo que querían recibir. Así, ¡Como suena! No suplicaban, sino que decían aquello que según ellos debía de ser por derecho propio, ya que su creencia se basaba en que cuando pides, si lo haces de la manera correcta, estás pidiendo algo que ya es tuyo por derecho, por lo tanto ha de ser expresado y ejecutado como tal. También lo hacían los faraones y así lograban que toda persona que le rodeara cumpliera lo que él decía. No era solo el poder que tenía como faraón, sino el poder de su palabra. El propio faraón en los “Textos de las pirámides” dejó por escrito “Yo soy la Gran Palabra” para dar vida a todo lo que pudiera desear.
Del mismo modo, esa misma magia hacía, según los egipcios, que una persona continuara viva después de su muerte mientras su nombre continuara siendo pronunciado por los que quedaban.
“Construí esta tumba en esta necrópolis, junto a los grandes espíritus que aquí están,
para que se pronuncie el nombre de mi padre y el de mi hermano mayor.
Un hombre es revivido cuando su nombres es pronunciado…”
-Inscripción en la tumba de Petorisis. Sumo sacerdote de Thot en Hermópolis.-
Texto extraído del libro “La magia de la palabra en Egipto”
de Ildefonso Robledo Casanova.
Según los habitantes del antiguo Egipto, cuando el Creador quiso crear el mundo y todo el universo, utilizó el verbo, la magia de la palabra, porque según ellos y tal y como lo usaban en su día a día, la magia del verbo permitía materializar todo lo que deseaban.
Por otra parte y viniendo a nuestra época actual, podemos tener conocimientos de grandes expertos como el el Dr. Mario Alonso Puig, en el que nos hemos basado para la frase de esta semana, el cuál dice que cuando le llega un enfermo a su consulta con un diagnóstico de alguna enfermedad grave como puede ser un cáncer, una de las primeras cosas que le dice es “Desde este momento no tenemos un problema, tenemos un reto”. ¿Qué podemos percibir de una poderosa frase como esta? Lo que primeramente transmite con este mensaje al paciente es que no está solo, que el trabajo a partir de ese preciso momento es un trabajo en equipo y que además, si lo miramos desde la perspectiva de un reto, todo comienza a cambiar y las posibilidades de cura son mayores.
Las palabras al fin y al cabo crean emociones y las emociones para bien o para mal, generan una perspectiva de las situaciones y circunstancias y a su vez, esa perspectiva de las circunstancias nos hacen tomar decisiones y esas decisiones generan resultados. Por lo tanto, los resultados dependerán en gran parte de esas emociones que hayamos tenido al principio, justo cuando creamos esas palabras, porque según ella actuaremos de un modo u otro. Ya lo afirma Daniel Goleman, el mayor experto en el estudio de la inteligencia emocional, las emociones son las que nos hacen tomar las decisiones al final de todo. Entonces, se puede entender de una manera más clara la importancia de evaluar el cómo hablamos y cómo podría mejorar nuestra vida si cambiamos nuestras palabras.
Para comprobar esto último que hemos comentado, te voy a proponer que te tomes el atrevimiento de hacer algo para ver cómo reacciona la gente. Intenta hacer lo siguiente:
Elige una palabra tal como “alegría”, “coraje”, “esperanza”, “quiero”, “merezco”, “deseo”, “me gusta” o cualquier otra palabra o breve frase que se te ocurra y que consideres bonita o que pueda producir emociones positivas. Cuando ya tengas la palabra, envíala a los grupos y contactos de wassap con los que tengas confianza y aprecies, para ver sus reacciones. Deja que pase la mañana, tarde o día y queda a la espera de ver las diferentes reacciones de esas personas en sus respuestas. Evidentemente creará desconcierto en todas ellas, sin embargo, las respuestas podrían sorprenderte porque tendrán en común el reflejo de una emoción agradable. Haz este ejercicio de vez en cuando cambiando la palabra y disfruta del hecho de poder contagiar a otras personas con emociones agradables.
Expresiones como “Cuando logre…” o “Cuando esté en…” son como cuando un mago dice “Abracadabra” ¡Y no estoy exagerando para nada! Cuando usamos palabras, frases y expresiones similares, que nos hagan sentir que algo va a suceder de manera inminente, nuestro cerebro de manera automática siente que eso es real, que ya estamos en camino y que nos encontramos cerca. Por lo tanto, desde ese preciso momento nuestro cerebro comenzará a comportarse y a enviar mensajes al resto del cuerpo y a sí mismo, para que eso que hemos dicho se haga realidad. Los mensajes que comenzará a enviarse a sí mismo por ejemplo serán pensamientos similares y del mismo nivel que los pensamientos que nos llevó a generar esa frase anterior.
Por ejemplo:
Si deseamos obtener un puesto de trabajo superior al que hemos tenido hasta ahora podemos afirmar “Cuando logre ese puesto” o “Cuando esté en ese trabajo”. En ese momento, haremos que nuestro cerebro comience a buscar otros pensamientos que nos lleven a pensar siempre en lo mismo, pero no solo eso, además, estaremos induciendo al cerebro a que empiece a obsesionarse y todos sabemos lo que pasa cuando nos obsesionamos con algo, ¿Qué pasa? Que comenzamos a buscar respuestas a todas nuestras dudas, preguntas y demás y comenzamos de ese modo en buscar un camino, una solución a un problema, una opción de varias, etc… y todo ello nos llevará a actuar de forma imparable hacia aquello que queremos lograr. Ya sea de manera consciente o inconsciente, no estamos preguntando a nosotros mismos ¿Qué es lo que tengo que hacer para estar en ese lugar o en esa circunstancia? Y de repente toda la maquinaria de nuestro cerebro se pondrá en marcha, haciendo uso de la creatividad, la inspiración y la resolución de problemas.
Como afirmaba el maestro y Doctor en psicología Wayne W. Dyer cuando hablaba sobre el poder de la intención…
“La palabra intención normalmente cuando la usamos, tiene la connotación de que nadie se interpondrá en nuestro camino. Tengo la intención de que algo ocurra, haré que salga bien contra viento y marea. Da igual la oposición que encuentre, tengo la intención de hacerlo. Es como cuando un pitbull se aferra una rueda. ¿Lo han visto alguna vez? No la suelta por nada. Adoptaré la actitud del pitbull para conseguir lo que quiero. Eso es la intención”.
Entonces, ¿Cómo puedo cambiar mi lenguaje para comenzar a crear resultados nuevos en mi vida? ¡Vamos a verlo a continuación con un tip práctico!
Persona entrenando subiendo escaleras.
Fuente: Unsplash
TIP:
Y como es habitual, aquí te dejo un tip práctico para que puedas comenzar a hacer uso de un nuevo lenguaje y puedas tomar el nuevo hábito que te ayudará a crear una nueva realidad.
Diario personal
Te animo a que comiences un diario personal. No te llevará mucho tiempo y será muy breve.
En ese diario y para que te resulte sencillo al menos para comenzar el hábito (más adelante puedes invertir más tiempo en él si así lo deseas), puedes dividir cada hoja en dos partes. Cada una de las hojas representará una jornada.
A partir de ese momento, cada mañana podrás invertir 5 minutos a escribir de manera breve qué esperas del día que tienes por delante. En ese breve espacio podrás escribir cómo quieres que sea tu día, de manera que te resulte realista haberlo logrado al final del día. Han de ser cosas que puedas dominar tú, cosas que estén en tu mano, cosas sencillas.
Aquí viene lo interesante de este ejercicio. Para escribir ese diario será necesario que utilices palabras nuevas que normalmente no utilices, palabras que te generen bienestar emocional, motivación, que te impulsen. De esta manera estarás comenzando a crear un nuevo lenguaje más potente, un nuevo lenguaje que generará resultados diferentes a los que habías tenido hasta hoy.
A parte de eso, cuando escribas lo que quieres que ocurra, será necesario que utilices expresiones tales como:
“Cuando acabe el día habré logrado…”
“Cuando vaya a dormir seré más…”
“Me comprometo a hacer…”
“Me comprometo a cambiar… por…”
Es decir, no solo escribir en positivo evitando todas las negaciones que se te vengan a la mente, sino también afirmando de manera rotunda. Para ello se deberá de evitar los “Intentaré…”, “Procuraré…” o “Espero que…”. Estas expresiones son palabras “trampa” que te bloquearán, tenlo por seguro. La clave está en tomar el comportamiento de los antiguos egipcios: no pidas, exige lo que es tuyo por derecho y ¡Haz que al final del día haya ocurrido!
Ahora viene la segunda parte del diario.
Esa segunda fase la haremos al final del día y consistirá en hacer un breve resumen de cómo nos ha ido el día. Escribiremos lo que hemos logrado y cómo nos sentimos al respecto. No nos vamos a enfocar demasiado en si algo no ha salido bien o no se ha logrado, se puede expresar de paso indicando que lo haremos al día siguiente, evitaremos pararnos en emociones negativas que puedan generar la creencia de que si no se ha logrado, ha sido un fracaso.
Vamos a realizar este ejercicio a diario y cuando hayamos logrado sobrepasar la barrera de los primeros 21 días, ya habremos creado un nuevo hábito e incluso comenzaremos a notar que cuando hablamos, hablamos diferente y los resultados por lo tanto, comenzarán a ser diferentes.
Habrás logrado tomar el control y actuar para que las cosas ocurran, pero además, comenzarás a ver que comienzan a pasar cosas sin que tengas seguro cómo están pasando, no es magia, es que estás empezando a exigir lo que es tuyo por derecho y por lo tanto como dijo Marcel Proust: “Aunque nada cambie, si yo cambio todo cambia”.
Notarás un cambio radical cuando pase el tiempo y con ello, tu vida comenzará a cambiar. ¡Te lo aseguro!
No importa cuál haya sido tu historia hasta ahora, lo que importa es dónde quieres estar y qué es lo que vas a hacer para estar ahí. Pero antes de nada, el primer paso es cambiar tu lenguaje para comenzar a crear lo que verdaderamente quieres.
¿Qué palabras y afirmaciones vas a comenzar a utilizar a partir de ahora?
Eva María Arrabal Martín
BIBLIOGRAFÍA:
Castellanos, L., Yoldi, D., Hidalgo, J. L. (2016). “La ciencia del lenguaje positivo”. Editorial Paidós contextos.
Robledo Casanova, I., (2006). “La magia de la palabra en Egipto”, Bibliteca virtual universal, Asociación Andaluza de egiptología.
La #FraseDeLaSemana publicada en las redes sociales “Al menos un 80% del éxito en la edad adulta proviene de la inteligencia emocional” de boca del maestro Daniel Goleman, ya lo anunciaba. Esta semana hablaremos sobre las habilidades más importantes para alcanzar el éxito hoy y en un futuro próximo.
Sin embargo, vamos a aclarar que cuando nos referimos a éxito no estamos hablando de dinero, o al menos no solamente de él, hablamos también de sentirnos realizados, de lograr nuestros objetivos y de sentirnos plenos y coherentes con nuestros valores al final de nuestras vidas. Éxito puede ser cambiar de trabajo, encontrar pareja, dejar el hábito de fumar, encontrar la tranquilidad, encontrar la paz en uno mismo, formar una familia, ganar más dinero, comprar la casa de nuestros sueños, finalizar una carrera universitaria, trabajar en lo que verdaderamente nos gusta, sentirnos valorados en el trabajo, etc. Para trabajar nuestro propio éxito debemos preguntarnos de manera individual ¿Qué es para mí el éxito? Y trabajar con el foco puesto en nuestra propia respuesta. ¿Cuál es tu respuesta?
Habilidades hay muchas y todas son válidas para alcanzar el éxito, pero en este post vamos a enfocarnos en las más importantes, las que podrían catalogarse como básicas. Sin estas habilidades está claro que nunca veremos resultados. ¿Quieres avanzar y llegar a la meta? Pues presta atención a la siguiente lista:
Motivación y disciplina.
Es necesario saber que la motivación y la disciplina han de ir de la mano, porque trabajar la motivación está muy bien, ¡Es genial! Y es una habilidad indispensable para levantarnos a diario y seguir trabajando en aquello que deseamos pero, ¿Te has parado a pensar qué es de nosotros en esos días en los que la motivación no es posible? Tengamos en cuenta que no podemos estar motivados todos los días de la semana y a todas horas. Somos humanos, tenemos días y “días” y no sólo eso, sino que como humanos también debemos permitirnos “descansar” del hecho de sentirnos obligados en cierta manera a estar motivados. Como el día y la noche, como el yin y el yang, como la luz y la oscuridad, como la alegría y la tristeza, estamos hablando de los dos polos opuestos y como polos opuestos que son, no podremos mantenernos eternamente en una de las partes, para entenderlo mejor imaginemos que hablamos de un péndulo. Sí podemos trabajar para encontrar un equilibrio en ese péndulo y además, podemos trabajarnos para encontrar cada día las razones por las que levantarnos y seguir trabajando haciendo que ese péndulo se mueva hacia el lado de la motivación. Sin embargo, debemos ser conscientes de que si trabajamos para ir más hacia ese lado por las leyes naturales habrán otros días en el que por mucho que hagamos por estar super motivados, nuestra mente va a tirar más hacia el otro lado del péndulo ¡Y no tiene absolutamente nada de malo ni tenemos por qué estar luchando continuamente contra ello! Es imposible mantener el péndulo siempre de un lado
Entonces ¿Qué podemos hacer en esos días en los que sentimos que la motivación no hace acto de presencia y tiene pinta de no aparecer? En esos casos es necesario ser consciente de la importancia y el tesoro que es la disciplina. El trabajar esos días en los que sientes que no tienes razones para trabajar, será lo que finalmente te lleve hacia el éxito. Las personas realmente exitosas son las que hacen el esfuerzo esos días en los que no hay motivación.
La motivación es lo que te levantará del sofá y la disciplina es lo que te hará traspasar la línea de la meta.
Si te interesa saber más sobre la habilidad de la motivación, te recomiendo que leas mi libro “Motivación 1: el super poder de auto motivarte” que está a la venta en el siguiente enlace: https://bookboon.com/es/motivacion-1-ebook a parte de aprender más sobre ello, adquirirás herramientas prácticas para el uso del día a día y el logro de objetivos.
2. Autoestima y auto concepto.
La autoestima es tan importante y a la vez tan poco valorada y trabajada, que podemos ver todos los días en cada momento a muchísimas personas padeciendo carencias por falta de ella en algún aspecto de su vida. La autoestima es tan grande que lo abarca todo a nuestro alrededor, todo, absolutamente todo lo que nos rodea está salpicado de manera positiva… o negativa, por nuestra autoestima y el concepto que tenemos de nosotros mismos.
Si yo te pregunto:
¿Qué crees tú que mereces realmente en tu vida?
Y después de esa pregunta te hago la siguiente:
¿Qué tienes realmente en tu vida?
¿Es coherente con lo que piensas que realmente mereces?
Párate a pensar un momento en las respuestas de cada una de esas preguntas. Todas nuestras circunstancias no es totalmente fruto del azar, más de lo que creemos es parte de las decisiones que tomamos o lo que hemos permitido hasta llegar a donde estamos hoy. ¿Crees realmente que el trabajo que tienes es lo que mereces? Más bien es lo que a otra persona le conviene ofrecerte en este momento, que puede ser un trabajo mejor o peor, pero es lo que esa persona “dice” con el acto de darte ese empleo que tú mereces.
Una persona con una buena autoestima bien trabajada, sabe que si merece algo mejor puede lograrlo. Eso de “La cosa está muy mal y es lo que hay” es un escudo para tapar carencias del subconsciente o en muchos casos no tan del subconsciente.
El auto concepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos, no solo a nivel físico sino la idea que tenemos de nosotros, lo que pensamos que somos y esto está muy ligado con la autoestima. La imagen que tenemos de nosotros mismos rige el valor que luego nos damos y la estima que sentimos hacia nosotros.
Las personas con una autoestima elevada y un buen auto concepto tienen más facilidad para proponerse objetivos grandes y más a largo plazo, porque saben que pueden lograrlo, porque sienten que lo merecen y porque saben que tienen las capacidades necesarias para trabajar en él. Mientras tanto, las personas con una autoestima baja se ponen objetivos muy a corto plazo, menos exigentes y más pequeños porque no se sienten tan seguros o merecedores de tener o alcanzar más.
¿Cuál de los dos grupos te hace sentir más identificado o identificada?
3. Resiliencia.
Esta habilidad es la capacidad de sobreponernos a las crisis, traumas y situaciones difíciles de nuestra vida convirtiéndonos en personas más fortalecidas que antes. Una buena comparación para este punto es la habilidad del junco de doblarse, pero no partirse.
Una persona resiliente se sobrepone a los obstáculos y toma el aprendizaje de ellos para seguir avanzando. Las personas exitosas han tenido que ser resilientes, puesto que todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos topado con situaciones complicadas antes de llegar a la meta. Ese pensamiento de “Es que esa persona lo ha tenido muy fácil” es otro escudo para tapar la sensación de imposibilidad por nuestra parte, para lograr nuestro objetivo. No es que esa persona lo haya tenido fácil, es que esa persona no lleva sus crisis y traumas escritas en la mente y se nos presenta como algo aparentemente fácil para ella o él.
Para conocer más sobre la resiliencia podemos conocer magníficas y fascinantes historias reales como las de Hellen Keller y Anne Sullivan, Nick Vujicic, Malala Yousafzai, Viktor Frankl, Pablo Pineda, Albert Espinosa o Stephen Hawking. Historias realmente inspiradoras y que te harán ver que si ellos pudieron hacer eso, ¡Tú también puedes!
Una persona resiliente sin duda alguna tiene una gran capacidad para evitar que los obstáculos y las crisis le hagan rendirse o debilitarse, porque ya sabe lo que es pasarlo mal y eso le acercará al éxito.
4. Asertividad: escucha activa.
Nos referimos a asertividad a la habilidad de hacer uso de la comunicación de manera respetuosa y sana cuando se torna difícil con otras personas. Vendría a resumirse en la capacidad de comunicarnos con otras personas respetando sus opiniones y visiones, al mismo tiempo que también hacemos respetar las nuestras. Puede parecer un punto complicado y de hecho lo es para las personas que no han sabido ser asertivas antes. La primera vez que escuchas hablar de la asertividad normalmente resulta muy difícil poder aprender a medir las palabras de manera que podamos comunicar lo que realmente deseamos sin censura, pero al mismo tiempo haciendo uso del respeto bidireccional.
Por ejemplo, una frase asertiva para cuando debatimos sobre un tema en el que no estamos de acuerdo podría ser:
“Entiendo perfectamente lo que quieres decir, pero yo lo veo desde otra perspectiva”.
Respetas la opinión del otro, pero también expones la tuya de manera natural.
Podríamos hablar largo y tendido sobre esta habilidad en un solo post, para ver cómo afrontar conversaciones complicadas con personas poco respetuosas. ¡Tomaré nota para una publicación futura!
Dentro de la asertividad, es necesario tener en cuenta el punto denominado como la escucha activa. Las personas que muestran una gran capacidad de escucha con calma y hacen ver a la otra persona su interés en ella, tienen mayor facilidad para enriquecer sus redes de contacto, de persuadir, de enriquecer su comunicación y por lo tanto, de aumentar las posibilidades de éxito en general porque aumentarán las posibilidades de recibir apoyo por parte de las personas que les rodean porque nos ayudan a ser personas más persuasivas.
5. Inteligencia emocional.
La inteligencia emocional es un punto al que por fortuna, se le está dando importancia en la actualidad y por fortuna también, cada vez más con miras hacia un futuro enriquecedor de las personas y las empresas.
Hablamos de inteligencia emocional como la capacidad de una persona de autoevaluarse interiormente en cada situación, ya sea positiva o negativa. Es la habilidad de ser consciente de las propias emociones, aceptarlas y evaluarlas para bien fluir con ellas, o trabajarlas a su favor. También es la persona que tiene la capacidad de reconocer las emociones ajenas y por ejemplo, ser capaz de ponerse en el lugar del otro para comprenderr por lo que está pasando. Esta capacidad le permite poder no solo ser más resolutivo y empático, sino también de aceptarse tal y como es al mismo tiempo que le permite poder trabajarse de manera constructiva hacia una mejora de la fortaleza emocional. Una persona que se conoce a sí misma, puede saber en qué punto de su propio desarrollo emocional se encuentra y puede también saber qué más puede desarrollar o construir. Por ejemplo, una persona con una elevada inteligencia emocional puede aceptar que tras la pérdida de un trabajo o su pareja, deberá de pasar un tiempo de duelo, deberá permitirse encontrarse mal, llorar, sentir que pierde la ilusión o parte de ella y aún así es consciente de que ese estado es pasajero y que cuando se haya permitido una licencia coherente, podrá fortalecerse para recuperarse y volver a trabajar en nuevos objetivos.
Podemos decir que la inteligencia emocional es un “paquete” de otras habilidades, de las cuales algunas ya hemos visto en puntos anteriores y otras vamos a ver. Por ejemplo, una persona con una elevada inteligencia emocional tiene fortalecidas habilidades como la motivación, la autoestima, un buen auto concepto, resiliencia, asertividad, empatía, capacidad de aceptación, una adecuada gestión del estrés entre otras.
6. Gestión del estrés.
La gestión del estrés al igual que la inteligencia emocional en general, es una habilidad que por fortuna también se está trabajando cada vez más. Las empresas están poniendo su foco de atención en los niveles de estrés o el tipo de éste que tienen sus trabajadores, con el fin de que éstos estén más cómodos en su lugar de trabajo y más felices.
Una persona que gestiona adecuadamente sus niveles de estrés será más feliz y también más productiva.
Pero claro, no solo tenemos que fijarnos en el estrés de los empleados de una empresa, una buena gestión del estrés es indispensable para cualquier persona que quiera mejorar su foco de atención y por lo tanto el resultado de su esfuerzo para lograr cualquier objetivo que se proponga.
Las personas exitosas saben bien cómo manejarse frente a situaciones estresantes. ¡Incluso trabajan el estrés a su favor convirtiéndose en personas más productivas gracias a él!
7. Adaptación al cambio.
Si no te adaptas mueres, quizás no literalmente pero sí en muchos aspectos como por ejemplo el laboral o el empresarial. En estos tiempos que corren por ejemplo, podemos ver que las empresas que se han adaptado a la situación de crisis mundial causada por una pandemia, esas empresas que han podido adaptarse al mundo digital, son las que han sobrevivido y las que aún tienen la posibilidad de continuar hacia un futuro diferente.
Pues bien, esto es aplicable a todos los niveles, también a nivel personal y a nuestros propios objetivos individuales. ¿Qué ocurre cuando nos encontramos con un obstáculo que vemos que no nos impide al 100% continuar, pero nos muestra que debemos cambiar algo en nosotros o nuestras acciones para poder continuar? Hay quien utiliza esta situación como excusa para abandonar porque se convence de que el esfuerzo no le merecerá la pena.
Vamos a ver un ejemplo para entenderlo mejor:
Imaginemos que hemos cambiado nuestros hábitos de vida y de alimentación para perder peso y nos ha ido bien los primeros meses, sin embargo llega un momento en el que por causas laborales y de horarios no podemos continuar practicando deporte a la hora en la que lo hacíamos antes. Horario que nos venía genial, pero ahora tenemos que hacer un cambio brusco porque nuestro jefe nos ha dicho que en lugar de salir a las 5 de la tarde, a partir de ahora tenemos turno partido y saldremos a las 9 de la noche. Tenemos varias opciones, aceptar que no podemos hacer deporte, cosa que no es del todo cierto, o crear el hábito de salir a correr a partir de la hora de salida aunque nos resulte mucho más sacrificado porque claro, será de noche.
Cuando una persona es capaz de adaptarse a los nuevos acontecimientos, sus posibilidades de tener éxito en su propósito es mucho mayor que la persona que dice no poder hacer algo porque su trabajo, horario, pareja, familia o cualquier otra situación no se lo permite. Hay muchas personas que trabajan y para poder obtener ese título formativo que tanto ansían, dedican horas de la noche o comienzan a las 6 de la mañana a estudiar modificando sus hábitos por el bien de ese objetivo.
Una antigua cliente que vino a mi consulta tenía la necesidad de hacer deporte urgentemente porque a causa de su sobre peso, estaba teniendo problemas de salud y el médico ya se lo había hecho saber para evitar problemas mayores que ya estaban dando señales graves. El problema que tenía es que trabajaba en una panadería de turno partido y salía a las 10 de la noche. Uno de sus nuevos hábitos a parte de comer saludable (a tener en cuenta también que trabajaba en un lugar en donde se vendían muchos pasteles y tuvo que sortear los impulsos), era también apuntarse a un gimnasio al que podía ir a las 11 de la noche porque aún estaban abiertos una hora más. Era admirada por compañeros suyos de trabajo al verla salir de su puesto a esa hora de la noche, con su mochila de gimnasio con actitud de la guerrera que sabe que va a ganar la batalla.
El camaleón tiene más probabilidades de sobrevivir al ataque de un depredador porque se adapta al color del lugar en donde se encuentra.
Y tú, ¿Te adaptas o mueres?
8. Resolución de problemas.
No podemos negar que las personas resolutivas son más exitosas, simplemente porque cuando se ven con un obstáculo en mitad de su camino hacia la meta, buscan y rebuscan hasta encontrar la manera de rodear o saltar ese obstáculo y continuar. Las personas no resolutivas simplemente se quedan bloqueadas en ese punto del camino, o sencillamente abandonan.
Las personas resolutivas saben que el que busca, encuentra y lo aplican también a las soluciones.
¿Te consideras resolutiva o resolutivo?
9. Capacidad de enfocarse en los objetivos.
No te interpongas en el camino de una persona que sabe realmente lo que quiere. ¿Sabes por qué? Porque cuando una persona sabe lo que quiere está capacitada para no ver nada más a su alrededor que eso. Una persona con la habilidad de poner todo su foco en su objetivo tiene la capacidad de gestionar mejor su tiempo, tiene la capacidad de enfocarse en las soluciones por encima de los problemas, pondrá toda su energía en aquello que está construyendo y su tenacidad le hará llegar incluso más rápido que el resto de las personas.
Una persona con habilidad de enfocarse en sus objetivos tendrá incluso la capacidad de ver señales a su alrededor que le mostrarán el camino hacia aquello que quiere porque estará obsesionada con lograrlo. Es como cuando una pareja desea tener un bebé y de repente salen a la calle y lo único que ven son parejas con bebés o mujeres embarazadas. Incluso podrían jurar que hay un baby boom de repente, pero no es así, es que su foco está puesto en aquello que quieren. Pues las personas que ponen el foco en sus objetivos sean cuales sean, están capacitadas para encontrar situaciones a su favor a lo largo del día, ideas, personas que les ayudarán, inspiración, etc…
Si deseas trabajarte mejor para enfocarte en tus objetivos, te recomiendo que leas también mi libro “Coaching, caminando hacia el Ikigai” que está a la venta en el siguiente enlace: https://bookboon.com/es/coaching-caminando-hacia-el-ikigai-ebook. Con este manual aprenderás las bases del coaching y la importancia de la organización para alcanzar tus objetivos tanto de pequeños niveles, como objetivos vitales. Contiene herramientas prácticas con las preguntas adecuadas que necesitas hacerte, para ayudarte a trabajar el foco de atención.
¿Tienes todas estas habilidades? Si la respuesta es que no, no te preocupes, tengo una buena noticia. No es necesario que vengas de fábrica con todas estas capacidades, tendrá más facilidad para unas que para otras. Sin embargo, podrás aprender y entrenar aquellas que no tengas o que sientas con más debilidad en ti. Los grandes líderes y las personas exitosas se han entrenado en algunas de estas habilidades para llegar hasta donde ahora están ¿Creías que nacieron con todas ellas? No, a partir de ahora fíjate en esas personas que admiras y verás que se trabajan para ser cada día un poco mejor de lo que ya son hoy. Tendrán habilidades naturales, pero también otras trabajadas.
¿Sabes ya lo que tienes que hacer? ¡Piensa en grande, fortalece tus habilidades y nos vemos en el lado del éxito!
El post de esta semana está dedicado a la presentación de mi segundo libro “Motivación 1: el super poder de auto motivarte” de editorial Bookboonque muchos de vosotros ya tenéis ¡Y que os agradezco! Para este post, vamos a recuperar la frase de esta semana publicada en las redes y que está sacada de él: “La realidad se basa en nuestra mente. Lo que crees y piensas ahora, si no te abres a nuevos horizontes, será lo que creará tu realidad dentro de un minuto”.
Si yo te pregunto, ¿Cómo has vivido tu realidad hasta el día de hoy? Y presta atención a los detalles de la pregunta, me refiero a tu realidad, no “la realidad” porque no hay solo una realidad sino múltiples realidades, cada una de ellas adaptada de forma individual y otras también a nivel social o de comunidad. Así que vamos a enfocarnos en la realidad personal e individual de cada uno de nosotros porque será la verdadera clave para el logro de lo que realmente deseamos. Vamos a hablar de una de las claves más importantes para llegar tal y como ya hablé en mi primer libro, a nuestro propio Ikigai (propósito de vida), la auto motivación.
¿Cuál es tu realidad ahora mismo? ¿Te gusta esa realidad? ¿Estás satisfecho o satisfecha con ella?
¿Eres consciente de si has sido o no responsable del resultado que tiene tu vida a día de hoy? ¿Sabes si tienes límites? Si la respuesta es que sí, ¿Cuáles son esos límites? ¿Estás segura o seguro de esta última respuesta que te has dado?
¿Te gustaría cambiar algo de esta realidad que tienes hoy? Si la respuesta es que sí, ¿Qué cambiarías?
Si te quedara poco tiempo de vida, ¿Te sentirías satisfech@ con lo que has hecho hasta hoy? ¿Qué te habría faltado hacer?
Todas estas preguntas están pensadas para removerte por dentro, para que te detengas un minuto y te pares a pensar en si realmente tienes lo que deseas, o si simplemente te estás dejando llevar por la vida.
El pasado 1 de febrero se publicó mi segundo libro anteriormente mencionado. Este libro es un manual práctico en el que al igual que mi primer libro, hablo de manera muy práctica sobre la motivación y el trabajo personal de auto motivación.
¿Por qué nos resulta más fácil motivar a las personas que nos rodean y que queremos? ¿Por qué nos motivamos más y mejor si son otras personas las que nos incitan o nos hacen ver lo que somos capaces de ver? ¿Por qué es tan complicado observarnos a nosotros mismos, nuestra realidad y a nuestras posibilidades desde nuestra propia perspectiva? Con este libro aprenderemos herramientas prácticas que nos ayudarán a dejar de esperar a que sean otros los que nos digan lo que valemos, lo que podemos hacer o los límites que realmente tenemos, si es que los tenemos. Tengamos en cuenta que parte de la razón por la que no estamos lo suficientemente motivados, es porque nosotros mismos no creemos lo que podemos llegar a hacer. Nuestro diálogo interior no suele ser muy generoso hacia nosotros mismos y acabamos dependiendo de que sean otros los que nos lo hagan ver y creer, con el consiguiente freno de todas aquellas personas que no ven nuestro potencial bien porque simplemente tampoco lo creen, o porque no les conviene verlo. Así que, ¿Podemos depender de que alguien de fuera nos haga ver lo que realmente valemos o el gran talento que tenemos? ¿Si no me valoro yo, quién lo va a hacer? Estas preguntas es lo que me ha llevado a escribir este manual con el que hablo de puntos como:
¿Qué es la motivación?
Diferentes maneras de auto motivarse.
El trabajo de la atención.
Intención y enfoque.
La autoestima.
Nuestra relación con las personas que nos frenan (Personas tóxicas).
Portada del libro “Motivación 1: el super poder de auto motivarte”
Sí, en el último capítulo de esta obra hablo de esas personas que nos frenan, que nos ponen obstáculos y que parecen estar ahí para evitar por todos los medios que alcancemos nuestros propósitos. Aprenderemos a reconocerlas y a trabajar nuestra relación con ellas para poder avanzar hacia el éxito.
También hablo sobre la autoestima y la importancia de esta en la consecución de nuestros objetivos. ¿Sabías que las personas con una elevada autoestima se ponen objetivos más grandes y pensados más a largo plazo? ¿Sabías que además esas personas obtienen mejores resultados? Una autoestima elevada aumenta nuestras capacidades y el propio concepto que tenemos sobre la posibilidad o no, de lograr lo que realmente deseamos, porque al fin y al cabo acabamos obteniendo aquello que pensamos que merecemos, no lo que realmente merecemos. ¿Qué crees tú que mereces? Con este libro podrás descubrirlo.
¿Dónde puedo conseguir el libro “Motivación 1: el super poder de auto motivarte” de editorial Bookboon?
Si te interesa tener un ejemplar de este libro, puedes entrar en el siguiente enlace y hacer la compra
Comienza a leerlo y descubre cómo tus límites estaban desde un principio más lejos de lo que creías al comenzarlo. Así que déjate de excusas y comienza a PENSAR EN GRANDE
Querido lector, ¡Nos vemos al otro lado del miedo!
En la línea de la #FraseDeLaSemana que publiqué este pasado lunes, vamos a seguir con el post correspondiente.
En este caso no he publicado tan sólo una frase, sino algo más que una frase en esta imagen que puedes ver a continuación. Publiqué un punto de mi nuevo libro que acaba de ser publicado y que ya está a la venta desde la semana pasada…
…¡Sí! Tengo el honor de anunciarte que acabo de publicar por fin mi libro “Coaching, caminando hacia el Ikigai” y hoy te voy a hablar aquí de él porque sé que te va a interesar y que estabas buscando algo como esto.
“Coaching, caminando hacia el Ikigai” es un manual práctico que explica lo que es el concepto de Ikigai y el proceso de coaching para alcanzarlo. Con él se puede conocer el coaching desde sus primeras influencias, hasta el día de hoy. Además de enseñar a llevar a cabo una sesión de coaching de principio a fin.
Mi intención con este libro ha sido que se aprendan puntos como:
¿Qué es un Ikigai?
¿Cómo realizar una sesión de coaching?
Motivación
Creencias limitantes
Miedos
¿Te suena interesante? ¿Te interesa el coaching? ¿O simplemente el desarrollo personal? En cualquiera de los casos, este libro es ideal para aplicarlo de forma personal y lograr los objetivos que nos propongamos.
Muchas veces nos pasa que sabemos y sentimos que necesitamos un cambio en nuestras vidas, nuestros hábitos, nuestra forma de proceder, deseamos ver otros resultados, pero no sabemos qué hacer, cómo hacerlo o qué caminos tomar. Es más, demasiadas veces sentimos que no tenemos muchas opciones o directamente no vemos ninguna y todo esto nos hace sentir perdidos. Bien, pues este libro está enfocado en ayudar a los lectores a crear desbloqueos mentales, cambiar creencias y reconocer los miedos personales de cada uno. Sí, esos miedos individuales que cada uno de nosotros guardamos debajo de nuestra propia cama y que no nos deja dormir. De esta manera, estaremos abriendo posibilidades y nuevos caminos que quizás antes no veíamos.
Éste libro es como una brújula, a veces echamos de menos tener una brújula vital que nos confirme dónde estamos exactamente y nos indique dónde se encuentra nuestro NORTE más personal e intransferible, porque nuestro destino no ha de ser el mismo que el de la persona que tengo al lado. Su solución no tiene por qué ser la mía. Yo tengo que encontrar la solución personalizada a mis propios problemas y eso puede resultar complicado cuando no sabemos hacernos las preguntas adecuadas.
¿Qué necesito?
¿Qué me hace falta?
¿Cuál de todos estos caminos es el mío?
¿Voy por el camino adecuado? ¿O me estoy equivocando?
Vamos aún más allá…
¿Cómo puedo encontrar mi camino si simplemente no veo caminos frente a mí? No veo posibilidades, por lo tanto, siento que no existen.
Todas estas preguntas que nos producen desconcierto cuando tenemos conflictos internos, pueden tener respuestas si buscamos en la profundidad de nosotros mismos y esto solo se producirá cuando encontremos las preguntas adecuadas a nosotros.
Cuando nos hacemos las preguntas correctas, encontramos respuestas que antes simplemente eran invisibles.
He querido enfocar este manual a 3 perfiles de lectores diferentes y que se pueden beneficiar enormemente de él. Estos perfiles son:
Personal: cualquier persona que desee saber más sobre el coaching y cómo aplicarlo a su vida. O cualquier persona que esté interesada en el desarrollo personal y la superación.
Líderes: personas que guíen a otras personas o equipos. Pueden ser líderes empresariales como jefes o directivos, pero también pueden ser todo tipo de líderes como maestros, padres, etc.
Estudiantes de coaching: personas que estén formándose como coaches y quieran un libro práctico de apoyo y enriquecimiento a sus estudios.
He disfrutado muchísimo hablando en este manual sobre filosofías como el taoísmo, el zen, el budismo, como también hablo sobre la ley de la atracción, el poder del pensamiento y cómo funciona la visualización en el logro de nuestros objetivos.
He querido facilitar con este libro diversas herramientas que ayudarán al lector a entender su forma de proceder hasta ahora, también he querido mostrar cómo con preguntas poderosas, podemos ponernos en duda a nosotros mismos y nuestra forma de ver la vida y actuar frente a ella. ¿Te has preguntado por qué hasta ahora los resultados no han sido los que esperabas? Quizás sea hora de revisar tus hábitos y cambiarlos, o simplemente darles una vuelta de tuerca. Tal y como ya dijo Einstein en su momento
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Pues con este libro podrás comenzar a cambiar tus hábitos y por lo tanto, verás cambiados tus resultados.
¿Quizás estabas pensando o buscando un cambio en tu vida últimamente? Entonces, creo que esta es la señal que andabas buscando.
¿Estás preparado/a para encontrar tus propias respuestas?
¿Dónde puedo conseguir el libro “Coaching, caminando hacia el Ikigai” de editorial Bookboon?
Si deseas asistir a la presentación del libro que se celebrará este próximo lunes día 13 de julio a las 19:30 horas en directo por youtube, escríbeme a evamariaarrabal@gmail.com y podré enviarte la invitación.
Estaré encantada de conocer tu opinión cuando ya lo hayas leído.
¡Querido lector, nos vemos al otro lado del miedo!
Decía el Doctor Wayne W. Dyer (Psicólogo estadounidense, especialista en psicología positiva): “La palabra intención normalmente cuando la usamos, tiene la connotación de que nadie se interpondrá en nuestro camino. Tengo la intención de que algo ocurra, haré que salga bien contra viento y marea. Da igual la oposición que encuentre, tengo la intención de hacerlo. Es como cuando un pitbull se aferra una rueda. ¿Lo han visto alguna vez? No la suelta por nada. Adoptaré la actitud del pitbull para conseguir lo que quiero. Eso es la intención”. Extraído de su charla “El poder de la intención”.
Pues bien, siguiendo en la línea de la frase de la semana publicada este pasado lunes, efectivamente vamos a hablar en este post sobre la intención y todo el poder que tiene sobre nuestras vidas y nuestros objetivos.
Frase de la semana:
Te voy a hacer una pregunta, ¿Qué diferencia crees que puede haber entre los propósitos que NO has logrado hasta hoy por más sencillos que parecieran y los propósitos que lograste a la primera, aún pareciendo casi imposibles de lograr? La respuesta más común que recibo a esta pregunta suele ser que en los propósitos aparentemente más sencillos, pero que siempre andan rondando el inicio del año y que nunca conseguimos cuando el año acaba, nuestra intención no está clara. No tenemos una motivación lo suficientemente fuerte. Es decir, llevamos años intentando dejar de fumar, perder peso, hacer ejercicio físico, aprender inglés, etc, tanto tiempo, que llegamos a convencernos de que es algo realmente difícil y abandonamos porque «Total, no son tan necesarios en mi vida ahora mismo. Tengo cosas más importantes que hacer». Sin embargo, en el extremo opuesto nos encontramos con que en los propósitos realmente difíciles, esos que en un momento dado de nuestras vidas nos pone entre la espada y la pared, esos propósitos que si no llevamos a cabo nos pondrá en una situación que no deseamos, que nos angustia o nos aterroriza, entimos que si no nos comprometemos con todas nuestras fuerzas en lograrlos sufriremos de algún modo y sabemos que gran parte de la responsabilidad puede ser nuestra, si no lo intentamos al menos. ¿Qué ocurre cuando nos encontramos con una situación tan delicada? En muchos casos nos encontramos con que somos capaces de sacar una fuerza y una claridad que pocas veces hemos visto en nosotros mismos y que nos llevará a esforzarnos lo que sea necesario, para llegar al lugar en el que queremos estar… o a alejarnos del lugar en el que no queremos estar. Es decir, lo interpretamos como una situación de peligro.
Pongamos un ejemplo.
Imagina que llevas 20 años fumando y los últimos cinco años queriendo dejarlo. Siempre te lo propones cuando comienza el nuevo año, pero es tan difícil… ¿Verdad? Se siente tan bien fumando que siempre piensas “Ya lo dejaré” o “debería dejar de fumar”. Imagina ahora que un día vas al médico porque te sientes mal. Tienes ciertos síntomas que van a peor y que hacen que cada vez te canses más, te falte el aire, ya no puedas subir las escaleras hasta tu casa y tengas que coger el ascensor. Cada vez estás más debilitad@ y vas a que el médico te haga una evaluación. Imagina ahora que tras esa evaluación el doctor te indica que además de esos síntomas tienes la tensión alta y necesitas medicación. Finalmente te dice que todos los síntomas que tienes incluyendo lo de la tensión son debido al hecho de fumar. Te indica que si dejas de fumar todo eso que te pasa simplemente desaparecería. Esa noticia no te agrada nada, pero resulta que estás acomodad@ en esa situación. Has creado de todo eso tu zona de confort que no es que te guste, pero ha ido creándose de manera paulatina y te cuesta salir de ahí. Pero también te dice el médico que si no dejas de fumar vas a estar peor en poco tiempo y muy probablemente te vayas a llevar un susto. Si es que se queda solo en un susto. Porque según el doctor tienes muchas probabilidades de sufrir alguna enfermedad coronaria y eso es grave. Te está diciendo que podrías morir. ¿Qué harías ahora? El médico dice que vas de camino a ese destino. Es entonces cuando de repente tu mente cambia el chip, sientes que está en tu mano invertir ese destino o quedarte donde estás, que no te dejará estable sino que te pondrá en una situación peor. Ya te digo yo que si realmente tienes ganas de seguir viviendo, harás todo lo posible y sacarás la fuerza más desconocida de tu interior para dejar de fumar y si me estiras mucho, cambiarás tus hábitos alimenticios y quizás hasta comenzarás a caminar. ¿Me equivoco?
Sin embargo, para otros propósitos que se sienten menos vitales, esa intención será más débil. Pero la buena noticia es que cuando somos conscientes de cómo funciona la intención, podemos alimentarla y trabajarla a nuestro favor con el fin de lograr todo aquello que nos propongamos. Tenemos el poder de enfocar nuestra energía en aquello que nos ayude a crecer, a evolucionar y a construirnos. ¿Cómo? Actuando como el pitbull que se aferra a la rueda con todas sus consecuencias.
¿A que quieres ser como el pitbull?
Vale, la teoría parece fácil pero ¿Cómo la llevamos a la práctica? ¿Cómo podemos alimentar la intención hasta llevarla al límite en el que nos impulse a enfocarnos con todas nuestras fuerzas en algo que en principio no tiene por qué ser vital? Por ejemplo, si quiero aprender inglés no por necesidad, sino por puro placer ¿Cómo puedo poner toda mi intención en ello?
Llegar a tener la actitud del pitbull puede llevarnos cierto tiempo de trabajo, entrenamiento y hábitos que no hemos tenido hasta ahora, ya que esa actitud la hemos sacado solamente en momentos en las que hemos sentido la imperiosa necesidad. Pero podemos dar un primer paso de una manera ciertamente sencilla, que depende sólo de crear un nuevo hábito hasta acostumbrarnos y llegar a cambiar nuestro pensamiento.
A continuación vamos a usar una primera y sencilla herramienta para comenzar a realizar cambios desde lo más básico hacia arriba con efecto dominó.
TIP:
Esta herramienta es el cambio de nuestro lenguaje, ¿Cómo hablamos cuando lo hacemos con otras personas? O incluso, ¿Cómo nos hablamos a nosotros mismos? ¿Qué vocabulario utilizamos? ¿Usamos muchas negaciones y coletillas de dudas? A partir de ahora vamos a escucharnos y a evaluarnos cuando hablamos. De esta manera podemos tomar conciencia y podemos modificar una de las primeras cosas que influyen en nuestra intención.
Pongamos otro ejemplo para entenderlo mejor:
Imaginemos que ahora que han pasado las fiestas de navidad, queremos cambiar nuestros hábitos alimenticios porque deseamos bajar de peso. No es algo realmente vital y sabemos que dependiendo de la cantidad que debamos perder, de ello no tiene por qué depender nuestra vida o salud a no ser que nos lo diga un médico. Pero queremos sentirnos mejor. Así que tenemos que poner toda nuestra intención tal y como si de ello dependiera nuestra vida.
Bien, pues a continuación vamos a conocer cómo evaluar nuestra forma de hablar sobre el tema o de hablarnos a nosotros mismos…
Si en lugar de decir “Tengo que ponerme a dieta”, lo cambiamos por “Elijo comer más saludable”, no solo estamos usando un vocabulario más amable y menos estricto con nosotros mismos, sino que además resultará más sencillo para nuestro cerebro adaptarse a la nueva intención y enviar la orden al resto del cuerpo para que actúe acorde a nuestro deseo. Entonces lograremos reducir la tensión y la ansiedad porque ya no lo veremos como una obligación. Si en lugar de decirnos “Debería hacer deporte”, nos decimos “Voy a salir a correr un rato”, la fuerza de la intención es mucho más potente y además, igualmente dejamos de verlo como una obligación, para comenzar a verlo como una elección.
Al mismo tiempo, no solo en momentos clave de nuestro propósito como acabamos de ver, si no de manera general, podemos decirnos a nosotros mismos o bien en voz alta frases como “Lo voy a conseguir”, “Esto es fácil”, “He logrado cosas más difíciles”,“Cuando acabe el año pareceré otra persona”, Etc.
En el momento en el que comenzamos cambiando el lenguaje, creamos un efecto dominó que hace que se vayan haciendo cambios a mayores niveles, como por ejemplo nuestra forma de pensar y por lo tanto nuestra forma de sentir. Pasado el tiempo podremos comprobar que hemos pasado de hablar diferente a pensar y sentir diferente y nuestra intención se verá fortalecida y estando fortalecidos, podremos llegar a sentir que lo lograremos cueste lo que cueste. Tal y como hace el pitbull con la rueda. Si nos fijamos en la actitud del pitbull podríamos adivinar que el pensamiento que hay en su cabeza en el momento comentado al principio es el de…
Como siempre, en la línea de la frase de la semana publicada este pasado lunes que dice “Una meta es un sueño con fecha de caducidad” de boca del maestro Napoleón Hill, vamos a hablar sobre la relevancia de poner o no fecha límite a la hora de lograr nuestros objetivos personales. Precisamente el propio maestro Hill defendía fervientemente el poner un tiempo limitado para motivarnos y llevar a cabo nuestros sueños; y de él han aprendido muchísimos líderes y personalidades exitosas conocidas a nivel mundial. Pero yo te pregunto a ti, ¿Te sientes cómodo/a poniendo fechas límites?
Sabemos bien que en el terreno laboral es un requisito indispensable poner fecha, puesto que evidentemente además de ser un trabajo en equipo, los resultados han de verse siempre en un momento concreto para poder avanzar en la calidad de la organización. Pero, ¿Funciona igual de eficaz cuando lo llevamos al nivel personal? Yo personalmente siempre, siempre recomiendo a mis clientes en consulta que acordemos una fecha límite para que se pueda alcanzar un objetivo final y otras fechas límites más cercanas para llevar a cabo los pequeños objetivos que se trabajan en cada sesión y que nos llevarán al objetivo final, porque de lo contrario medir y avanzar en cada sesión sería complicado. La razón más importante para hacer esto es que evidentemente si queremos ir avanzando y que sea posible trabajar un paso más en la sesión siguiente, el paso anterior ha debido de darse antes, es de lógica. Sin embargo, alguna vez me he encontrado con personas que me indican que cuando se ponen fechas límites para trabajar sus metas, sienten exceso de presión y esto les acaba perjudicando. Son personas que no se sienten nada cómodas trabajando bajo presión y que más que impulsarles a realizar un trabajo mejor, les frena a la hora de ver resultados positivos ya sea en sus profesiones o a nivel personal. En estos casos me decanto por trabajar los niveles de estrés, con el fin de encontrar la manera más propicia de que esa persona pueda alcanzar su objetivo de una manera cómoda y motivadora para ella. En este mismo artículo, un poco más adelante hablaremos de este perfil de personas y sobre cómo pueden trabajar el estrés a su favor. Por otra parte, existen incluso personas que precisamente se les da especialmente bien trabajar bajo presión, porque esta les provoca un estado de “eustrés” que les posiciona en un lugar de inspiración y creatividad, que a su vez alimenta la motivación y todo esto le impulsa a seguir trabajando con ilusión, deseando que llegue la fecha estimada y ver el resultado final.
Pero primero de nada, vamos a conocer los conceptos de hipo estréss, distress y eustress para entender todo esto un poco mejor:
Distrés:
Nos referimos como distrés al estrés destructivo y dañino. Es uno de los negativos junto con el segundo que conoceremos. Este tipo de estrés es el más conocido y el considerado como el normal o incluso “el único” de manera errónea. Por ello de manera equivocada muchas personas intentan eliminar el estrés, desconociendo que se puede trabajar a su favor y reconstruirla de una manera constructiva como veremos en el tercer tipo. Este estrés es el que genera ansiedad, taquicardias, bloqueo mental y malestar en general.
Denominamos distrés al estrés negativo, al destructivo, al que nos frena en nuestros objetivos. Esto se debe a una actitud inadecuada o mal gestionada frente a las circunstancias que nos produce estrés. En este caso, estamos hablando de un estrés excesivo que acaba convirtiéndose en un obstáculo para nuestras decisiones y nuestros actos.
Hipo estrés:
Hipo estrés se refiere a los niveles por debajo del mínimo de estrés necesario para la acción y de manera persistente. Por ejemplo, cuando una persona pasa por un momento de su vida alargado en el tiempo, en el que siente que no tiene razones para generar acción, no tiene objetivos, metas, propósitos de ningún tipo y por lo tanto cae en una espiral de aburrimiento, desazón y desmotivación que si no se trabaja a tiempo acaba generando depresión, vacío interior y malestar en general por falta de ilusión. Es bastante común en jóvenes de edad adolescente.
Eustrés:
Finalmente, nos referimos al eustrés como el tipo de estrés positivo. Aunque parezca asombroso para muchas personas, hay un tipo de estrés que es bueno y constructivo. Tal y como hemos visto en los dos puntos anteriores, el distrés y el hipo estrés son los dos extremos opuestos del estrés y por lo tanto, los dos son negativos y destructivos. Mientras que el eustrés se encuentra en un nivel intermedio, de manera equilibrada, que nos impulsa a la acción pero no nos resulta excesivo como para caer en el colapso mental. Es más, este perfil de estrés nos mantiene en un estado mental óptimo de creatividad, inspiración y motivación como para que los resultados sean más positivos. De ahí que sea necesario trabajar para construir este tipo de estrés.
¿Para qué es recomendable conocer estos tres perfiles de estrés? Bien, pues considero que es necesario porque de este modo podemos trabajar el estrés a nuestro favor, con el fin de poder trabajar nuestros objetivos de manera óptima. Es decir, si por ejemplo una persona indica que no se siente cómoda trabajando bajo presión porque sufre de estrés, entenderemos que esa persona padece en realidad de distrés. De esta manera podemos trabajar a su favor para reconstruirlo en la medida de lo posible en eustrés y así poder darle herramientas desconocidas para ella hasta ahora y que pueda avanzar. Lo mismo ocurre con la persona que puede padecer de hipo estrés.
Así pues, vamos a ver algunos puntos que nos pueden ayudar a poner fechas límites y que nos resulte constructivo y nos lleve a la acción con motivación:
Poner fechas que nos resulten realistas.
Tal y como ya comentamos en el post “La fuerza de la motivación en la timidez”, es importante poner fecha de caducidad para motivarnos, pero también es importante que esta sea realista para nosotros. De lo contrario entraremos en una espiral de estrés destructivo que nos bloqueará y nos obstaculizará a la hora de conseguir los objetivos propuestos. Cuando sentimos que la fecha límite es realista, estamos relajados de una manera equilibrada junto con un nivel óptimo de estrés (eustrés) como para poder pasar a la acción.
Ver las metas como retos, para reducir los miedos o el distrés.
Cuando cambiamos nuestra perspectiva y pasamos de ver las metas con vértigo, a verlas como retos, nos estamos empoderando y nos sentimos más capaces de llevarlas a cabo. ¡Comienza a retarte, notarás el cambio!
Evitar la procrastinación desde el primer día.
Debemos de ser responsables desde el primer día en el que nos ponemos los objetivos, para ponernos en acción y realizar los actos necesarios cada día, que nos acerquen al objetivo final. Si nos tomamos nuestros propósitos en serio cumpliremos las fechas acordadas. Si sabes que hoy puedes hacer algo, hazlo ahora y no esperes a mañana, será bueno para tus niveles de estrés.
Trabajar nuestra propia visión y sensación de “heroicidad” cuando lo logremos.
Si nos visualizamos logrando nuestros objetivos y en ese ejercicio desarrollamos el sentimiento de heroicidad, también nos estamos empoderando y motivando. Cuando te imaginas y te sientes a ti mismo/a como un héroe o heroína por lo que has logrado, la fuerza que te impulsa a actuar cada día crece y los miedos también disminuyen.
Relativizar si en algún momento vemos, sentimos o pensamos que no llegamos a la fecha.
Este paso es muy importante. Si en algún momento sentimos angustia al pensar que la fecha se va acercando y no llegamos, ¡No pasa nada! Piensa que somos humanos, podemos habernos equivocado al calcular posibles tiempos. Siempre está la opción, como digo yo, de “recalcular la ruta” y continuar. No hacemos esto para relajarnos en absoluto y perder de vista el objetivo porque sabemos que podemos cambiar fechas, sino para aceptar que quizás los tiempos no son correctos en nuestra realidad y circunstancias y hay que añadir algunos meses más y no pasa absolutamente nada. Seguro que si llegamos a sentir eso, ya tenemos parte del trabajo hecho hasta ese momento y eso es señal de que vamos bien. Solo que nos hemos equivocado en las fechas.
TIP:
Bien, por último vamos a acabar con un tip muy eficaz para crear objetivos con fechas límites. Es muy, muy similar al tablero de visualización o visión board. Yo diría que es prácticamente igual, con la única diferencia de que en este caso las imágenes las colocaremos en cierto orden, siguiendo una línea cronológica. De este modo a simple vista podemos visualizar todo lo que queremos conseguir y cada objetivo o subobjetivo aparecerá con su fecha señalada. Vamos a ver cómo se hace:
Vamos a buscar imágenes de los objetivos que queramos conseguir en un tiempo limitado y realista para nosotros. Ya sea un nuevo trabajo, unos ingresos concretos, un coche nuevo, un viaje, un capricho, etc. Podrán ser imágenes que reflejen directamente lo que deseamos, o bien pueden ser también imágenes que lo inspiren, que nos hagan pensar y sentir en ello. Es recomendable que no sean más de 4 o 5 objetivos, para evitar en muchos casos la posibilidad de que sea mucha información para procesar en poco tiempo y eso provoque que dispersemos nuestro foco. Podemos proponernos que a medida que vayamos avanzando en los objetivos cronológicos, siempre podemos añadir nuevos y continuar con la línea hacia el futuro.
Dibujaremos una línea en una cartulina o varias si fuera necesario por temas de espacio. En esa línea dividiremos el tiempo por fechas según objetivos y en cada una de las fechas señaladas, (recordamos que han de sentirlas realistas para cada objetivo) colocaremos la foto o imagen que inspira lo que queremos lograr. Por ejemplo: si deseamos viajar a Australia de aquí a un año y medio podemos poner la fecha exacta y encima o debajo de dicha fecha podemos poner una foto de un lugar de Australia, incluso podemos modificar la imagen añadiendo una foto recortada de nosotros sobre ella, para hacerlo más fácil de imaginar o bien de un avión sobrevolando el lugar, o algo que nos inspire a pensar en Australia.
Cuando la línea cronológica esté finalizada, la colocaremos a la vista en un lugar en el que podamos verla a diario y recordarnos aquello por lo que estamos trabajando.
Este ejercicio es muy poderoso en lo que respecta a poner fechas y cumplir objetivos.
Así que finalmente, te invito a que pruebes a ponerte fechas límites y recordarte que no te preocupes si sientes que te puede venir grande en algún momento. Siempre puedes “recalcular la ruta” según tu realidad y lograr tu meta aunque sea un poquito más tarde. Como dice la frase “Más vale tarde que nunca” y con este modo de trabajar estamos evitando ese “nunca”.
En la línea de la frase elegida para esta semana y publicada el pasado lunes: “En tiempos de crisis unos lloran y otros venden pañuelos” (Anónimo), vamos a ver en este post el tema de esta semana: #VerElLadoPositivo a las circunstancias que quizás habíamos visto siempre como negativas, o directamente como obstáculos a la hora de alcanzar nuestros sueños. En nuestro caso, la timidez.
Para muchas personas tímidas, quizás demasiadas, el título de este post puede resultarles desconcertante. “¿Qué la timidez tiene cosas positivas? ¡Venga ya!” Me he encontrado a gente que me sigue y que me ha afirmado que les extraña que yo pueda hablar de cosas positivas, en algo que a mucha gente les hace sufrir tanto, les hace sentir solos o que incluso les frena en sus propósitos.
Yo también pensaba lo mismo en la peor época de mi vida, aquella época en la que pasaba tantas horas evitando socializar en casa, que pensaba que se me iba la vida simplemente dejándola pasar sin pena ni gloria. La verdad es que se pasa mal cuando deseas tener una vida más activa, con más amigos, ser más valiente y ser la persona que rompa el hielo cuando le interesa hablar con otros. Se pasa verdaderamente mal cuando se es consciente de que para dar el primer paso para cumplir un sueño, un propósito, un objetivo o una meta es necesario tener una red de contactos lo suficientemente amplia, personas que te acompañen en parte del camino o simplemente que tu sueño deba de ser expuesto. Como por ejemplo ser maestr@ y tener que hablar a diario delante de grupos grandes de personas, ser escritor/a y tener que presentar tu obra ante decenas o cientos de personas y hacer entrevistas, ser cantante y… ¿bueno, qué te voy a decir? La verdad es que se pasa mal y cuando nos quedamos estancados por los miedos, muchas veces sentimos que se nos va la vida por el camino y se nos va a hacer tarde para todo ¿Verdad?
Pero en esa misma época, después de mucho sentir que se me escapaba la vida con sus sueños, me di cuenta de que aunque parezca increíble, la timidez también tiene muchas cosas positivas. Algunas de ellas incluso pueden servir para fortalecer esos talentos que tanto deseamos desarrollar y que si fuésemos más extrovertidos, quizás se convertiría en un sacrificio.
Te voy a hacer una pregunta ¿Quién crees que puede ser más bueno por ejemplo tocando un instrumento como puede ser la guitarra? ¿La persona a la que le gusta tocar la guitarra y además socializa de manera habitual y activa? ¿O la persona a la que le gusta tocar la guitarra y pasa horas y horas en una habitación tocándola porque es donde se siente más cómodo?
No afirmo con esto que las personas extrovertidas sean obligatoriamente menos buenos en sus talentos. Pero sí que si son conscientes de la necesidad de dedicar tiempo a esos talentos, han de hacer un esfuerzo para quitar horas de ocio con otras personas, para dedicarlas a practicar ¡Y muchas lo hacen! Sin embargo muchas de ellas suelen verlo como un sacrificio, mientras que la persona que ya puede sentirse a gusto en esa soledad practicando, puede disfrutarlo y fluir con esos momentos de soledad que convierten en constructivos. Un perfecto ejemplo de esto son muchas personalidades conocidas, dos de ellas son Agatha Christie y Stephen King. Dos escritores mundialmente conocidos que llegaron a declarar públicamente que se sentían más cómodos en la soledad creando historias sin parar durante horas y horas, que hablando con otras personas. De hecho King declaró que la parte que más le gustaba de su trabajo era el tiempo que dedicaba a escribir estando encerrado en casa, mientras que la peor parte de su trabajo según él era la hora de presentar el libro y tener que socializar en entrevistas.
¿Podríamos estar viendo aquí ciertas características positivas dentro del carácter tímido? La respuesta es: rotundamente SÍ.
A continuación vamos a ver solo algunas de las características positivas que podemos encontrar en las personas tímidas y de las que podemos sacar mucho partido, para precisamente poder acercarnos más a nuestros sueños. Esto no nos hace mejores a las personas extrovertidas ni mucho menos, pero considero de gran necesidad tener conocimiento de ello ya que por lo general, las personas tímidas tendemos a ver sólo los obstáculos que tenemos por ser de este modo. Quiero que este post sirva para poder ver que los dos caracteres, tanto el tímido como el extrovertido, facilitan diferentes características positivas y por lo tanto, nos permite lograr nuestros propósitos. De diferente manera, por diferentes caminos o con diferentes herramientas, pero una persona tímida puede ser igualmente exitosa en la vida si sabe cómo trabajar la timidez a su favor.
¡VAMOS AL TAJO!
CARACTERÍSTICAS POSITIVAS DE LAS PERSONAS TÍMIDAS:
Les resulta más fácil enfocarse en lo que están haciendo.
Lo que denominamos como estado de flow. Cuando nos encontramos en soledad, podemos pasar horas y horas haciendo aquello que nos gusta, porque en ese momento no existe otra cosa nada más que lo que estamos haciendo. Esto nos entrena mentalmente para poder enfocarnos mejor cuando queramos.
Escuchan más y hablan menos.
Se les da muy bien escuchar activamente, por lo que incluso muchas personas que se consideran tímidas, sienten a veces con orgullo, que son el foco de otras personas que necesitan ser escuchadas para contar sus problemas. He conocido a muchas personas tímidas que dicen “Mis amigos vienen a mí a contarme sus problemas y pedirme consejos, porque saben que les escucho”.
Se les suele considerar personas serias y comprometidas con sus ideas.
Desde fuera se nos suele ver como personas que tomamos las cosas con la suficiente seriedad, como para que nos tomen del mismo modo a nosotros. Muchos de mis clientes me afirman que lo notan más en el terreno de trabajo por parte de sus compañeros y jefes, lo que hace que a muchos de ellos, esta habilidad junto con otras habilidades se les tome en cuenta a la hora de puestos de liderazgo o responsabilidad.
Tienden a ser personas más empáticas y sensibles.
Eso ayuda también a la hora de escuchar activamente a otras personas. Nos resulta más fácil ponernos en el lugar de otras personas cuando nos cuentan sus problemas. Puede ser porque solemos tener una vida interna bastante profunda y eso nos hace comprender mejor la vida interna o sentimientos ajenos.
Muchos saben utilizar sus momentos de soledad de forma productiva y constructiva.
Eso va alineado con el primer punto, ya que las personas tímidas aprenden a disfrutar haciendo aquello que les hace fluir y finalmente, esto ayuda evidentemente a alimentar nuestros talentos. ¿En qué eres bueno? ¡Pues échale horas!
Tal y como hemos adelantado ya en el punto 4, tienen más facilidad para entrar dentro de sí mismos y por ello tienen una vida interior más profunda.
Tienden a interiorizar más, mientras que las personas extrovertidas tienden a exteriorizar más.
Piensan las cosas muchas veces antes de llevarlas a cabo.
Son menos impulsivos, por lo que suelen ser más valorados en zonas de trabajo, más aún si son líderes.
Se les da bien la creatividad y el arte.
Si nos fijamos bien, entre los artistas que conocemos hay un porcentaje muy elevado de personas tímidas. Tanto en el mundo del cine, del teatro, de la música, de la pintura, de la literatura, tal y como hemos nombrado antes con dos ejemplos de la literatura universal.
Pero estas son tan solo unas cuantas características de entre muchísimas que tenemos las personas tímidas. Podríamos estar aquí hablando sobre muchas más y cómo influye cada una de ellas de forma positiva tanto en el terreno social, como el laboral. ¡Pero hablaremos más de ello en futuros posts!
¿Te sientes identificad@ con estas características o algunas de ellas?
La semana pasada anuncié en las redes que el próximo 14 de julio cumpliré 4 años dedicándome a esta profesión tan bonita que es el acompañar a personas en el logro de objetivos, propósitos y sueños. Así que tengo preparado celebrarlo de una manera muy especial y quiero compartirlo con todos vosotros. ¿De qué manera? Continúa leyendo…
Pues los próximos días 13 y 14 de julio durante sólo esas 48 horas las sesiones estarán disponibles a un “PRECIO ANIVERSARIO”.
Las características de esta promoción son:
PRECIO ORIGINAL DE UNA SESIÓN PARA COACHING PERSONAL O TERAPIA: 70 euros + IVA.
“PRECIO ANIVERSARIO” DISPONIBLE SOLAMENTE POR 48 HORAS LOS DÍAS 13 Y 14 DE JULIO: 37 euros, precio cerrado con IVA incluído.
Se podrán reservar hasta 5 sesiones por persona durante esas 48 horas.
Las sesiones serán de 1 hora de duración y por Skype para cualquier lugar del mundo, excepto para los residentes en Málaga capital (España) que podrá ser presencial.
Para poder aprovechar esta promoción, sólo tendrás que seguir los siguientes pasos en las redes sociales en donde haya sido publicado y en las que puedes seguirme a través de los enlaces que puedes ver en esta web:
Dale a “Me gusta” a este post.
Compártelo en tu perfil.
Envía un mail a evamariaarrabal@gmail.com con el asunto «PROMOCIÓN 4º ANIVERSARIO», indicándome tu interés en esta promoción. Ahí te facilitaré los pasos para que durante los días 13 y 14 de julio puedas reservar tu sesión personal a “PRECIO ANIVERSARIO”. Tras la confirmación de la reserva se te asignará una fecha para tu sesión.
¡Y RECUERDA! La promoción será solamente válida durante las 48 horas de los días 13 y 14 de julio.
¡CELEBREMOS ESTE 4º ANIVERSARIO JUNTOS! ¿QUIERES?
¿QUIÉN SOY?
Eva María es Coach Personal, Ejecutivo y Empresarial por el IEC (Instituto Europeo de Coaching),certificada por ASESCO (Asociación Española de Coaching) con Nº CAC10714 y experta en Coaching Cuántico por el IEC. Se especializó en el trabajo de la autoestima y el acompañamiento de las personas tímidas en su camino a convertirse en personas sociables y extrovertidas. También es Asesora para la aplicación de la “Ley de la atracción”en la vida personal y en el trabajo. Además, Eva María es Terapeuta formada como Licensed Practitioner NLP (Programación Neurolingüística), certificada a nivel internacional por el Dr. Richard Bandlery Graduada en Método Silva certificada a nivel internacional por Jose Silva. En el año 2016 fue galardonada con la Medalla de Oro de los Reyes Católicos del Foro Europa 2001, en reconocimiento a su prestigio profesional y ese mismo año fue entrevistada como una de las mejores Coaches de España por el Diario ABC.