Ten el coraje de cambiar lo que has estado haciendo hasta ahora y verás resultados distintos en tu vida.

Recuperamos la frase de la semana que ya nos hablaba del tema a tratar hoy: «Si haces lo que siempre has hecho, obtendrás lo que siempre has conseguido.» Esta inspiradora frase la dijo Tony Robbins, coach, orador motivacional y escritor y con ella pretende motivar a las personas a que se paren a pensar qué es lo que han hecho hasta este mismo momento, para obtener los resultados que han tenido y además, pararse a pensar si eso que están haciendo todavía es modificable si queremos cambiar nuestros resultados.

Una frase similar ya muy conocida es la siguiente: «Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo». Esta otra frase también espectacular, o al menos parte de ella, fue atribuida al genio Albert Einstein, aunque a día de hoy se desconoce si realmente la dijo él. El caso es que sí sabemos que esa frase completa tal y como la he plasmado aquí pertenece a la escritora Rita Mae Brown.

Sea quien sea el o la que lo dijo, efectivamente es una genialidad de frase.

Bien, pues el tema de hoy trata de nuestra incapacidad de no ver en un momento de bloqueo, nuestra propia responsabilidad sobre nuestros resultados en la vida.

  • ¿Por qué no te salen las cosas?
  • ¿Por qué todo en tu vida sigue aparentemente igual?
  • ¿Por qué continúas estancado o estancada en la misma o similar cantidad de dinero en tu cuenta corriente desde hace años?
  • ¿Por qué sientes que no avanzas?
  • ¿Por qué todas tus relaciones son fallidas y sus finales se parecen tanto entre sí?
  • ¿Por qué atraes siempre al mismo tiempo de hombres o mujeres?
  • ¿Por qué te vuelve a pasar lo mismo una y otra vez?

Decimos por ejemplo que tenemos mala suerte en el amor, pero continuamos poniendo nuestro foco en las personas que comparten unas características o patrones específicos que nos dañarán. O quizás simplemente es nuestro propio patrón a la hora de socializar con los que siguen siendo los mismos de siempre y por lo tanto, nos siguen dando los mismos resultados de siempre… pero eso sí, tenemos mala suerte en el amor y que nadie nos diga lo contrario.

Lo mismo pasa con nuestro trabajo, con nuestro dinero, nuestras amistades, los propósitos que vemos cómo se quedan a medio camino y no sabemos por qué nunca salen o salen mal.

  • ¿Has pensado alguna vez en la posibilidad de que si cambias algo de ti, todo cambie a tu alrededor?

Ya lo decía Marcel Proust:

“Aunque nada cambie, si yo cambio todo cambia”

Gracias a los estudios en psicología y neurociencia, ya conocemos el grandioso poder de nuestra mente.

Hoy sabemos que la realidad en si no es algo con una estructura fija, solo conocemos lo que hemos visto y experimentado desde que nacimos hasta el día de hoy, como si fuera una recopilación de datos y algoritmos que conforman nuestra propia realidad de manera individual, personal e intransferible. Por lo tanto cada realidad individual está bastante limitada. Gracias a la psicología y la neurociencia, también sabemos que nuestro destino no está predeterminado, sino que lo vamos creando día a día con nuestras decisiones y que estas decisiones están influenciadas por nuestros patrones y aprendizajes adquiridos. Nuestra realidad se basa en cada una de nuestras mentes individuales. Lo que estás pensando ahora y lo que estás haciendo ahora, es lo que determina tu futuro dentro de 5 minutos y por lo tanto, tus propios resultados en ese momento. Sin embargo, si sabiendo esto te abres a nuevas perspectivas y formas de entender la vida y tu propio destino, estarás comenzando a crear una nueva realidad, con nuevos resultados sorprendentes.

Si intentas llevar a cabo un propósito y fallas, tu cerebro interpretará que las siguientes veces que lo intentes, lo más probable es que vuelvas a fallar, porque ya puedes decir que sabes por experiencia propia que eso es así y es tu realidad, porque ha sido real. Pero teniendo ya estos conocimientos, sabrás moldear tu mente para pensar que es posible hacerlo de otra manera diferente a como lo habías hecho hasta ahora, para que por fin salga bien.

Ya sé que es difícil pararse a pensar y a tomar conciencia sobre nosotros mismos, sobre nuestros patrones de comportamiento y sobre todas aquellas cosas que de manera inconsciente y sutil, repetimos una y otra vez. Ya sé que es complicado pararse a pensar que esos patrones de comportamiento, por pequeños y sutiles que sean, están afectando para bien o para mal a modo de efecto dominó en nuestras vidas a todos los niveles. Es difícil, es complicado, pero es necesario, porque hasta que no lo hagamos no obtendremos los resultados que queremos o al menos, resultados distintos.

Sé que estás esperando a llegar al momento clave para saber cómo cambiar tus resultados. Así que…

¡Comencemos!

Mariposa saliendo de una crisálida

Autor de la foto: Suzanne D. Williams

Fuente: Unsplash.com

Primeramente debemos de tomar conciencia sobre lo que queremos o llevamos mucho tiempo queriendo y aún no hemos tenido, hecho o experimentado.

Después de tenerlo claro, debemos de tomar conciencia de los pasos que hacemos desde que comenzamos un nuevo intento y durante el proceso. Es aquí en donde si evaluamos todos los pasos, nos será más sencillo poder detectar qué patrones son los que repetimos y en los que no pensamos porque vamos en “modo automático” y siempre lo hemos hecho así. En ellos podemos ver los que no funcionan, pero también podemos ver los que podemos y debemos cambiar o mejorar, para que el resultado evidentemente cambien también. Si continuamos haciendo lo mismo sin ser conscientes y en “modo automático” como lo hemos hecho siempre hasta ahora, ¿Qué creemos que va a pasar al final? Pues que el resultado volverá a ser el mismo muy a nuestro pesar. ¿A que suena lógico y evidente? Pues siempre volvemos a cometer los mismos errores y nos volvemos a preguntar que por qué nosotros no podemos tener o ser “eso” o “aquello, o por qué volvemos a repetir la misma historia de amor y desamor.

Vamos a ver un ejemplo de esto para comprenderlo mejor:

Si sentimos que tenemos mala suerte en el amor, que todas las parejas que encontramos son iguales o similares como dice el dicho “Es el mismo perro con distinto collar”, podemos tener una situación perfecta para estudiarnos y evaluarnos. Nos fijaremos en nosotros mismos desde el mismo momento en el que nos fijamos en alguien, evaluaremos qué perfil es el que ponemos como objetivo y sobre todo, los patrones similares en todas esas personas ¿Qué tienen en común? ¿Por qué me gustan este tipo de personas? ¿Se parecen entre sí? (Seguramente sí). Después de ello, evaluaremos nuestro comportamiento con esa persona desde lo más pequeño e insignificante hasta lo más grande. Del mismo modo, evaluaremos el comportamiento de esa persona y sus patrones y si como hemos dicho antes, son similares a las de las personas anteriormente conocidas. Si finalmente esa relación igualmente falla, teniendo ese estado de consciencia nos resultaría más fácil detectar dónde está el conflicto, si está en nosotros a la hora de relacionarnos con la otra parte, si son patrones tóxicos por nuestra parte que repetimos sin observarlos, o si está en la otra persona que nos lanza las denominadas como “banderas rojas” que nos avisan de que nos van a dañar, pero nosotros no queremos verlo (esto sería igualmente un patrón repetido por nuestra parte y bastante tóxico por seguir permitiendo las señales que nos dañan y que se están repitiendo una y otra vez en nuestras relaciones).

El error más importante de todo esto se encuentra en la falta de conciencia cuando actuamos durante el proceso de un nuevo intento. Esto es aplicable a parejas, a trabajo, al éxito, pero también a amistades, familia, relaciones en general e incluso también es aplicable a la economía y el patrón que tenemos con respecto al dinero. Si siempre has obtenido los mismos resultados en cualquier campo de tu vida, es que algo falla en el nuestro patrón de conducta, o en la “normalización” en los patrones de los demás hacia nosotros.

Por último, debemos de tomar aquellas cosas que hemos detectado como patrones repetidos y tóxicos y buscar una solución al respecto. Evidentemente si esos patrones son nuestros, ya sabemos lo que tenemos que hacer: sustituirlos por nuevos patrones de conducta para que el efecto dominó tenga desde ese instante otra ruta diferente y nos lleve a un lugar distinto. Si esos patrones son ajenos, ya hemos aprendido a detectarlos como “banderas rojas” y también como un fallo por nuestra parte el haberlo permitido… hasta ahora. Reconociendo esos otros patrones, ya sabemos también lo que debemos de hacer: no aceptarlos más por nuestro bien y por el destino que realmente queremos y buscamos conseguir.

Ya hemos dado un grandioso paso al respecto. ¡Ahora toca tomar acción!

Y cuando hemos detectado los patrones bloqueantes y queremos hacer cambios en nuestras vidas, ¿Cómo lo hacemos? Vamos a verlo a continuación.

Mujer a punto de cambiar de ruta

Autor de la foto: Einar Storsul

Fuente: Unsplash.com

Proponte desaprender para aprender a pensar de manera diferente a como lo has hecho hasta hoy.

Nuestra forma de ver y entender la vida es un mapa mental propio que hemos ido creando a lo largo de nuestra existencia, hasta este mismo momento. Ese mapa mental ha sido creado, moldeado y personalizado por nosotros mismos. Si bien lo hemos hecho con la influencia directa de nuestra familia más cercana, amigos y maestros durante nuestra infancia y adolescencia, tenemos que saber que ya llegados a la edad adulta nadie más que nosotros mismos tiene la culpa o la responsabilidad sobre cómo entendemos la vida y cómo actuamos en ella. A partir de la edad adulta, solo nosotros somos responsables de nuestros patrones y comportamientos y ello se basa en la recopilación de datos de todo lo que hemos vivido hasta hoy. Por lo tanto y teniendo en cuenta todo esto, llegamos a la conclusión de que esos datos son tremendamente limitados, puesto que son solamente nuestros propios datos aprendidos de otras personas y experimentados en comparación con todos los datos que existen en todas las existencias. Así y bien, llegamos también a la conclusión de que nuestros pensamientos sobre la vida y las limitaciones, son simplemente creencias limitantes basadas en los techos que en algún momento nos hemos encontrado y a causa de ello, hemos adaptado nuestros patrones y hábitos a tal experiencia, limitándonos a nosotros mismos por aprendizaje.

Entonces, ahora podemos comprender que podemos ampliar la recopilación de nuevos datos de forma ilimitada y de manera deliberada. De esta manera estaremos ampliando nuestras posibilidades y cambiando nuestros resultados en la vida.

Una persona que observa más allá de su propia experiencia, que observa otras vidas, otras historias, otras experiencias con otros resultados y lo hace con una mentalidad más abierta, estará abriendo puertas en su mente para pensar que otros resultados son posibles en su propia experiencia.

A continuación te voy a contar algunos tips prácticos que te ayudarán a comenzar a tomar esta consciencia y a actuar de manera diferente, con una mente más abierta y amplia a nuevas perspectivas.

TIPS PRÁCTICOS:

  1. Entrénate diariamente para pensar diferente de forma deliberada: comienza por pensar que lo que has conocido hasta ahora es limitado, que solo conoces una parte de todas las posibilidades que existen en todas las realidades. A partir de ahí, enfócate en lo que quieres, enfócate en otras personas que tienen lo que tú deseas o algo que se le acerque a lo que tú deseas. Cuando seas capaz de comprender que si otros lo tienen o lo hacen es que es posible, comprenderás que esa es su realidad creada de manera individual y personalizada y si ellos pudieron crear esa realidad, tú también puedes crear una tuya nueva. Esta es una nueva manera de pensar diferente. Observa a esas personas, investiga cómo lo hicieron, pregúntales si tienes confianza, en definitiva, inspírate en ellas y aprende de sus patrones de conducta. Aprendiendo de patrones ajenos podemos cambiar los nuestros y comenzaremos a ver cambios en los resultados. Al fin y al cabo muchas de nuestras acciones se basan en la imitación social, aunque no lo sepamos ni seamos consciente de ellos. Desde que somos bebés hemos necesitado imitar para aprender a hacer las cosas por primera vez ¿Por qué no hacerlo de forma deliberada?
  2. Aprende algo nuevo de forma habitual: podemos entrenar a nuestra mente para ampliar nuestro mapa mental aprendiendo algo nuevo continuamente. Por ejemplo un nuevo idioma, un nuevo hobbie, etc. De esta manera nuestra mente entenderá que es posible ampliar nuestro campo de posibilidades. Cada cosa nueva que aprendamos, nos hará sentir cada vez más que algo mejor y más grande es posible, de esta manera llegará el momento en el que sentiremos que siempre podremos lograr algo mejor y además, que seremos capaces de hacerlo. Evitaremos el estancamiento y buscaremos siempre mejorar nuestros resultados… y lo lograremos.
  3. Vive el momento presente para ser consciente a partir de ahora, de tus nuevos patrones y comportamientos más pequeños: cuando comenzamos a ser conscientes del aquí y del ahora, nos damos cuenta de repente que hasta hoy habíamos vivido en “piloto automático” y esto ha hecho que no hayamos sido conscientes de muchos detalles de nuestra vida, de nuestro comportamiento y por lo tanto, de la coherencia de nuestros resultados con respecto a todo ello. En definitiva, nos damos cuenta de repente de todo lo que hacemos en el día a día que hace nuestros resultados y que antes no podíamos observar porque estábamos pensando demasiado en el pasado, o en el futuro. Comenzamos a ver nuestros errores y nuestra responsabilidad en ello. ¿Cómo te hablas a ti mismo o a ti misma a diario? ¿Cómo reaccionamos frente al comportamiento de los demás hacia nosotros? ¿Cómo actuamos cuando algo nos molesta? ¿Cómo hablamos a los demás? ¿Cuáles son nuestras expresiones más repetidas? ¿Se repiten mucho esos patrones? ¿Son realmente coherentes con lo que queremos conseguir o frenan su logro? Pues es cuando comenzamos a observar el presente, que comprendemos por qué algunas personas nos tratan como lo hacen, o comprendemos por qué seguimos teniendo los resultados que tenemos. Todo empieza ahí, en ser consciente de lo más pequeño de nuestro comportamiento y ser consciente de nosotros mismos en todo momento.

Comienza a cambiar y verás cómo cambian los resultados.

¿Qué te ha parecido? ¡Leo tu opinión!

Eva María Arrabal Martín

BIBLIOGRAFÍA:

  • «Deja de ser tú», Joe Dispenza. Editorial Urano, 2012.
  • «Motivación 1: El super poder de auto motivarte», Eva María Arrabal Martín. Editorial Bookboon, 2021.

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Las 9 habilidades claves para alcanzar el éxito.

La #FraseDeLaSemana publicada en las redes sociales “Al menos un 80% del éxito en la edad adulta proviene de la inteligencia emocional” de boca del maestro Daniel Goleman, ya lo anunciaba. Esta semana hablaremos sobre las habilidades más importantes para alcanzar el éxito hoy y en un futuro próximo.

Sin embargo, vamos a aclarar que cuando nos referimos a éxito no estamos hablando de dinero, o al menos no solamente de él, hablamos también de sentirnos realizados, de lograr nuestros objetivos y de sentirnos plenos y coherentes con nuestros valores al final de nuestras vidas. Éxito puede ser cambiar de trabajo, encontrar pareja, dejar el hábito de fumar, encontrar la tranquilidad, encontrar la paz en uno mismo, formar una familia, ganar más dinero, comprar la casa de nuestros sueños, finalizar una carrera universitaria, trabajar en lo que verdaderamente nos gusta, sentirnos valorados en el trabajo, etc. Para trabajar nuestro propio éxito debemos preguntarnos de manera individual ¿Qué es para mí el éxito? Y trabajar con el foco puesto en nuestra propia respuesta. ¿Cuál es tu respuesta?

Habilidades hay muchas y todas son válidas para alcanzar el éxito, pero en este post vamos a enfocarnos en las más importantes, las que podrían catalogarse como básicas. Sin estas habilidades está claro que nunca veremos resultados. ¿Quieres avanzar y llegar a la meta? Pues presta atención a la siguiente lista:

  1. Motivación y disciplina.

Es necesario saber que la motivación y la disciplina han de ir de la mano, porque trabajar la motivación está muy bien, ¡Es genial! Y es una habilidad indispensable para levantarnos a diario y seguir trabajando en aquello que deseamos pero, ¿Te has parado a pensar qué es de nosotros en esos días en los que la motivación no es posible? Tengamos en cuenta que no podemos estar motivados todos los días de la semana y a todas horas. Somos humanos, tenemos días y “días” y no sólo eso, sino que como humanos también debemos permitirnos “descansar” del hecho de sentirnos obligados en cierta manera a estar motivados. Como el día y la noche, como el yin y el yang, como la luz y la oscuridad, como la alegría y la tristeza, estamos hablando de los dos polos opuestos y como polos opuestos que son, no podremos mantenernos eternamente en una de las partes, para entenderlo mejor imaginemos que hablamos de un péndulo. Sí podemos trabajar para encontrar un equilibrio en ese péndulo y además, podemos trabajarnos para encontrar cada día las razones por las que levantarnos y seguir trabajando haciendo que ese péndulo se mueva hacia el lado de la motivación. Sin embargo, debemos ser conscientes de que si trabajamos para ir más hacia ese lado por las leyes naturales habrán otros días en el que por mucho que hagamos por estar super motivados, nuestra mente va a tirar más hacia el otro lado del péndulo ¡Y no tiene absolutamente nada de malo ni tenemos por qué estar luchando continuamente contra ello! Es imposible mantener el péndulo siempre de un lado

Entonces ¿Qué podemos hacer en esos días en los que sentimos que la motivación no hace acto de presencia y tiene pinta de no aparecer? En esos casos es necesario ser consciente de la importancia y el tesoro que es la disciplina. El trabajar esos días en los que sientes que no tienes razones para trabajar, será lo que finalmente te lleve hacia el éxito. Las personas realmente exitosas son las que hacen el esfuerzo esos días en los que no hay motivación.

La motivación es lo que te levantará del sofá y la disciplina es lo que te hará traspasar la línea de la meta.

Si te interesa saber más sobre la habilidad de la motivación, te recomiendo que leas mi libro “Motivación 1: el super poder de auto motivarte” que está a la venta en el siguiente enlace: https://bookboon.com/es/motivacion-1-ebook a parte de aprender más sobre ello, adquirirás herramientas prácticas para el uso del día a día y el logro de objetivos.

2. Autoestima y auto concepto.

La autoestima es tan importante y a la vez tan poco valorada y trabajada, que podemos ver todos los días en cada momento a muchísimas personas padeciendo carencias por falta de ella en algún aspecto de su vida. La autoestima es tan grande que lo abarca todo a nuestro alrededor, todo, absolutamente todo lo que nos rodea está salpicado de manera positiva… o negativa, por nuestra autoestima y el concepto que tenemos de nosotros mismos.

Si yo te pregunto:

  • ¿Qué crees tú que mereces realmente en tu vida?

Y después de esa pregunta te hago la siguiente:

  • ¿Qué tienes realmente en tu vida?
  • ¿Es coherente con lo que piensas que realmente mereces?

Párate a pensar un momento en las respuestas de cada una de esas preguntas. Todas nuestras circunstancias no es totalmente fruto del azar, más de lo que creemos es parte de las decisiones que tomamos o lo que hemos permitido hasta llegar a donde estamos hoy. ¿Crees realmente que el trabajo que tienes es lo que mereces? Más bien es lo que a otra persona le conviene ofrecerte en este momento, que puede ser un trabajo mejor o peor, pero es lo que esa persona “dice” con el acto de darte ese empleo que tú mereces.

Una persona con una buena autoestima bien trabajada, sabe que si merece algo mejor puede lograrlo. Eso de “La cosa está muy mal y es lo que hay” es un escudo para tapar carencias del subconsciente o en muchos casos no tan del subconsciente.

El auto concepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos, no solo a nivel físico sino la idea que tenemos de nosotros, lo que pensamos que somos y esto está muy ligado con la autoestima. La imagen que tenemos de nosotros mismos rige el valor que luego nos damos y la estima que sentimos hacia nosotros.

Las personas con una autoestima elevada y un buen auto concepto tienen más facilidad para proponerse objetivos grandes y más a largo plazo, porque saben que pueden lograrlo, porque sienten que lo merecen y porque saben que tienen las capacidades necesarias para trabajar en él. Mientras  tanto, las personas con una autoestima baja se ponen objetivos muy a corto plazo, menos exigentes y más pequeños porque no se sienten tan seguros o merecedores de tener o alcanzar más.

¿Cuál de los dos grupos te hace sentir más identificado o identificada?

3. Resiliencia.

Esta habilidad es la capacidad de sobreponernos a las crisis, traumas y situaciones difíciles de nuestra vida convirtiéndonos en personas más fortalecidas que antes. Una buena comparación para este punto es la habilidad del junco de doblarse, pero no partirse.

Una persona resiliente se sobrepone a los obstáculos y toma el aprendizaje de ellos para seguir avanzando. Las personas exitosas han tenido que ser resilientes, puesto que todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos topado con situaciones complicadas antes de llegar a la meta. Ese pensamiento de “Es que esa persona lo ha tenido muy fácil” es otro escudo para tapar la sensación de imposibilidad por nuestra parte, para lograr nuestro objetivo. No es que esa persona lo haya tenido fácil, es que esa persona no lleva sus crisis y traumas escritas en la mente y se nos presenta como algo aparentemente fácil para ella o él.

Para conocer más sobre la resiliencia podemos conocer magníficas y fascinantes historias reales como las de Hellen Keller y Anne Sullivan, Nick Vujicic, Malala Yousafzai, Viktor Frankl, Pablo Pineda, Albert Espinosa o Stephen Hawking. Historias realmente inspiradoras y que te harán ver que si ellos pudieron hacer eso, ¡Tú también puedes!

Una persona resiliente sin duda alguna tiene una gran capacidad para evitar que los obstáculos y las crisis le hagan rendirse o debilitarse, porque ya sabe lo que es pasarlo mal y eso le acercará al éxito.

4. Asertividad: escucha activa.

Nos referimos a asertividad a la habilidad de hacer uso de la comunicación de manera respetuosa y sana cuando se torna difícil con otras personas. Vendría a resumirse en la capacidad de comunicarnos con otras personas respetando sus opiniones y visiones, al mismo tiempo que también hacemos respetar las nuestras. Puede parecer un punto complicado y de hecho lo es para las personas que no han sabido ser asertivas antes. La primera vez que escuchas hablar de la asertividad normalmente resulta muy difícil poder aprender a medir las palabras de manera que podamos comunicar lo que realmente deseamos sin censura, pero al mismo tiempo haciendo uso del respeto bidireccional.

Por ejemplo, una frase asertiva para cuando debatimos sobre un tema en el que no estamos de acuerdo podría ser:

  • “Entiendo perfectamente lo que quieres decir, pero yo lo veo desde otra perspectiva”.

Respetas la opinión del otro, pero también expones la tuya de manera natural.

Podríamos hablar largo y tendido sobre esta habilidad en un solo post, para ver cómo afrontar conversaciones complicadas con personas poco respetuosas. ¡Tomaré nota para una publicación futura!

Dentro de la asertividad, es necesario tener en cuenta el punto denominado como la escucha activa. Las personas que muestran una gran capacidad de escucha con calma y hacen ver a la otra persona su interés en ella, tienen mayor facilidad para enriquecer sus redes de contacto, de persuadir, de enriquecer su comunicación y por lo tanto, de aumentar las posibilidades de éxito en general porque aumentarán las posibilidades de recibir apoyo por parte de las personas que les rodean porque nos ayudan a ser personas más persuasivas.

5. Inteligencia emocional.

La inteligencia emocional es un punto al que por fortuna, se le está dando importancia en la actualidad y por fortuna también, cada vez más con miras hacia un futuro enriquecedor de las personas y las empresas.

Hablamos de inteligencia emocional como la capacidad de una persona de autoevaluarse interiormente en cada situación, ya sea positiva o negativa. Es la habilidad de ser consciente de las propias emociones, aceptarlas y evaluarlas para bien fluir con ellas, o trabajarlas a su favor. También es la persona que tiene la capacidad de reconocer las emociones ajenas y por ejemplo, ser capaz de ponerse en el lugar del otro para comprenderr por lo que está pasando. Esta capacidad le permite poder no solo ser más resolutivo y empático, sino también de aceptarse tal y como es al mismo tiempo que le permite poder trabajarse de manera constructiva hacia una mejora de la fortaleza emocional. Una persona que se conoce a sí misma, puede saber en qué punto de su propio desarrollo emocional se encuentra y puede también saber qué más puede desarrollar o construir. Por ejemplo, una persona con una elevada inteligencia emocional puede aceptar que tras la pérdida de un trabajo o su pareja, deberá de pasar un tiempo de duelo, deberá permitirse encontrarse mal, llorar, sentir que pierde la ilusión o parte de ella y aún así es consciente de que ese estado es pasajero y que cuando se haya permitido una licencia coherente, podrá fortalecerse para recuperarse y volver a trabajar en nuevos objetivos.

Podemos decir que la inteligencia emocional es un “paquete” de otras habilidades, de las cuales algunas ya hemos visto en puntos anteriores y otras vamos a ver. Por ejemplo, una persona con una elevada inteligencia emocional tiene fortalecidas habilidades como la motivación, la autoestima, un buen auto concepto, resiliencia, asertividad, empatía, capacidad de aceptación, una adecuada gestión del estrés entre otras.

6. Gestión del estrés.

La gestión del estrés al igual que la inteligencia emocional en general, es una habilidad que por fortuna también se está trabajando cada vez más. Las empresas están poniendo su foco de atención en los niveles de estrés o el tipo de éste que tienen sus trabajadores, con el fin de que éstos estén más cómodos en su lugar de trabajo y más felices.

Una persona que gestiona adecuadamente sus niveles de estrés será más feliz y también más productiva.

Pero claro, no solo tenemos que fijarnos en el estrés de los empleados de una empresa, una buena gestión del estrés es indispensable para cualquier persona que quiera mejorar su foco de atención y por lo tanto el resultado de su esfuerzo para lograr cualquier objetivo que se proponga.

Las personas exitosas saben bien cómo manejarse frente a situaciones estresantes. ¡Incluso trabajan el estrés a su favor convirtiéndose en personas más productivas gracias a él!

7. Adaptación al cambio.

Si no te adaptas mueres, quizás no literalmente pero sí en muchos aspectos como por ejemplo el laboral o el empresarial. En estos tiempos que corren por ejemplo, podemos ver que las empresas que se han adaptado a la situación de crisis mundial causada por una pandemia, esas empresas que han podido adaptarse al mundo digital, son las que han sobrevivido y las que aún tienen la posibilidad de continuar hacia un futuro diferente.

Pues bien, esto es aplicable a todos los niveles, también a nivel personal y a nuestros propios objetivos individuales. ¿Qué ocurre cuando nos encontramos con un obstáculo que vemos que no nos impide al 100% continuar, pero nos muestra que debemos cambiar algo en nosotros o nuestras acciones para poder continuar? Hay quien utiliza esta situación como excusa para abandonar porque se convence de que el esfuerzo no le merecerá la pena.

Vamos a ver un ejemplo para entenderlo mejor:

Imaginemos que hemos cambiado nuestros hábitos de vida y de alimentación para perder peso y nos ha ido bien los primeros meses, sin embargo llega un momento en el que por causas laborales y de horarios no podemos continuar practicando deporte a la hora en la que lo hacíamos antes. Horario que nos venía genial, pero ahora tenemos que hacer un cambio brusco porque nuestro jefe nos ha dicho que en lugar de salir a las 5 de la tarde, a partir de ahora tenemos turno partido y saldremos a las 9 de la noche. Tenemos varias opciones, aceptar que no podemos hacer deporte, cosa que no es del todo cierto, o crear el hábito de salir a correr a partir de la hora de salida aunque nos resulte mucho más sacrificado porque claro, será de noche.

Cuando una persona es capaz de adaptarse a los nuevos acontecimientos, sus posibilidades de tener éxito en su propósito es mucho mayor que la persona que dice no poder hacer algo porque su trabajo, horario, pareja, familia o cualquier otra situación no se lo permite. Hay muchas personas que trabajan y para poder obtener ese título formativo que tanto ansían, dedican horas de la noche o comienzan a las 6 de la mañana a estudiar modificando sus hábitos por el bien de ese objetivo.

Una antigua cliente que vino a mi consulta tenía la necesidad de hacer deporte urgentemente porque a causa de su sobre peso, estaba teniendo problemas de salud y el médico ya se lo había hecho saber para evitar problemas mayores que ya estaban dando señales graves. El problema que tenía es que trabajaba en una panadería de turno partido y salía a las 10 de la noche. Uno de sus nuevos hábitos a parte de comer saludable (a tener en cuenta también que trabajaba en un lugar en donde se vendían muchos pasteles y tuvo que sortear los impulsos), era también apuntarse a un gimnasio al que podía ir a las 11 de la noche porque aún estaban abiertos una hora más. Era admirada por compañeros suyos de trabajo al verla salir de su puesto a esa hora de la noche, con su mochila de gimnasio con actitud de la guerrera que sabe que va a ganar la batalla.

El camaleón tiene más probabilidades de sobrevivir al ataque de un depredador porque se adapta al color del lugar en donde se encuentra.

Y tú, ¿Te adaptas o mueres?

8. Resolución de problemas.

No podemos negar que las personas resolutivas son más exitosas, simplemente porque cuando se ven con un obstáculo en mitad de su camino hacia la meta, buscan y rebuscan hasta encontrar la manera de rodear o saltar ese obstáculo y continuar. Las personas no resolutivas simplemente se quedan bloqueadas en ese punto del camino, o sencillamente abandonan.

Las personas resolutivas saben que el que busca, encuentra y lo aplican también a las soluciones.

¿Te consideras resolutiva o resolutivo?

9. Capacidad de enfocarse en los objetivos.

No te interpongas en el camino de una persona que sabe realmente lo que quiere. ¿Sabes por qué? Porque cuando una persona sabe lo que quiere está capacitada para no ver nada más a su alrededor que eso. Una persona con la habilidad de poner todo su foco en su objetivo tiene la capacidad de gestionar mejor su tiempo, tiene la capacidad de enfocarse en las soluciones por encima de los problemas, pondrá toda su energía en aquello que está construyendo y su tenacidad le hará llegar incluso más rápido que el resto de las personas.

Una persona con habilidad de enfocarse en sus objetivos tendrá incluso la capacidad de ver señales a su alrededor que le mostrarán el camino hacia aquello que quiere porque estará obsesionada con lograrlo. Es como cuando una pareja desea tener un bebé y de repente salen a la calle y lo único que ven son parejas con bebés o mujeres embarazadas. Incluso podrían jurar que hay un baby boom de repente, pero no es así, es que su foco está puesto en aquello que quieren. Pues las personas que ponen el foco en sus objetivos sean cuales sean, están capacitadas para encontrar situaciones a su favor a lo largo del día, ideas, personas que les ayudarán, inspiración, etc…

Si deseas trabajarte mejor para enfocarte en tus objetivos, te recomiendo que leas también mi libro “Coaching, caminando hacia el Ikigai” que está a la venta en el siguiente enlace: https://bookboon.com/es/coaching-caminando-hacia-el-ikigai-ebook. Con este manual aprenderás las bases del coaching y la importancia de la organización para alcanzar tus objetivos tanto de pequeños niveles, como objetivos vitales. Contiene herramientas prácticas con las preguntas adecuadas que necesitas hacerte, para ayudarte a trabajar el foco de atención.

¿Tienes todas estas habilidades? Si la respuesta es que no, no te preocupes, tengo una buena noticia. No es necesario que vengas de fábrica con todas estas capacidades, tendrá más facilidad para unas que para otras. Sin embargo, podrás aprender y entrenar aquellas que no tengas o que sientas con más debilidad en ti. Los grandes líderes y las personas exitosas se han entrenado en algunas de estas habilidades para llegar hasta donde ahora están ¿Creías que nacieron con todas ellas? No, a partir de ahora fíjate en  esas personas que admiras y verás que se trabajan para ser cada día un poco mejor de lo que ya son hoy. Tendrán habilidades naturales, pero también otras trabajadas.

¿Sabes ya lo que tienes que hacer? ¡Piensa en grande, fortalece tus habilidades y nos vemos en el lado del éxito!

Eva María Arrabal Martín