En el episodio de hoy vamos a hablar sobre la importancia del trabajo y el entrenamiento de las habilidades sociales en las personas introvertidas.
¿Te ha pasado alguna vez que no has sabido cómo romper el hielo en una conversación? ¿O que no has hablado estando en un grupo por no sentir suficiente seguridad? ¿Sientes ciertos bloqueos cuando tienes que hablar porque no sabes cómo expresarlo? ¿Te pasa que sientes que no te expresas adecuadamente con otras personas y que te falta algo para mejorar tu comunicación?
Hoy vas a ver que eso tiene solución. Trabajar las habilidades sociales y entrenarlas es como ir al gimnasio para mejorar tu cuerpo, puedes ganar soltura a la hora de socializar y conocer gente nueva. O simplemente puedes mejorar tu oratoria si en el trabajo has de exponerte en reuniones y similares.
¿Hablamos?
Os recuerdo que podéis seguir el podcast «Introverso» en Ivoos, Spotify, Spreaker y Soundcloud.
Hoy lunes traigo el tercer episodio del podcast «Introverso», titulado «¿Cómo puedo saber si soy una persona intovertida?».
¿Sabes si lo eres? ¿Lo sospechas? ¿Has oído hablar antes sobre la introversión pero no tienes del todo claro en qué consiste? Este episodio te resolverá muchas dudas.
En este tercer episodio conocemos algunas de las características propias de una persona introvertida. Tan solo son unas pocas, porque hablar de todas nos llevaría mucho tiempo. Pero si te sientes identificado o identificada con estas que conocerás hoy, tienes una personalidad introvertida.
Este episodio te servirá también para identificar a personas de tu entorno, que sientas que son introvertidas, como por ejemplo tu pareja, tu hija o hijo, etc y te ayudará a comprender mejor sobre su forma de tomar decisiones, de entender la vida y de vivirla.
¿Hablamos?
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En primer lugar, quiero agradecerte ser partícipe de la gran acogida de mi programa «Introverso», el podcast para personas introvertidas.
Como ya comenté la semana pasada en el día de su estreno, este programa es un espacio creado y enfocado a personas introvertidas, en donde me encantará hablarte sobre herramientas y habilidades sociales, que nos ayudarán a aumentar nuestras posibilidades y a enriquecer nuestras vidas.
Así que a continuación dejo enlaces directos al 2º episodio «La introversión no es algo que superar o que curar» que podrás escuchar en Ivoox, Spotify, Spreaker, Soundcloud y Mixcloud.
Me complace anunciarte el estreno de mi programa «Introverso», que a partir de hoy puedes escuchar a través de mi podcast.
Este programa es un espacio creado y enfocado a personas introvertidas, en donde me encantará hablarte sobre herramientas y habilidades sociales, que nos ayudarán a aumentar nuestras posibilidades y a enriquecer nuestras vidas.
Este nuevo proyecto es una gran aventura para mí, porque tal y como ya sabéis de sobra las personas introvertidas, es un paso que no es fácil y rápido de hacer para personalidades como la nuestra. El exponernos en cualquier aspecto puede resultar algo que tenemos que preparar mucho y con gran perfeccionismo para sentirnos cómodos. Sin embargo y después de mucho tiempo preparándolo, ya me siento segura y por supuesto, ¡Emocionada!.
Así que a continuación os dejo enlaces directos al programa «Introverso», que podréis escuchar en Ivoox, Spotify, Spreaker, Soundcloud y Mixcloud.
Recuperamos la frase de la semana que ya nos hablaba del tema a tratar hoy: «Si haces lo que siempre has hecho, obtendrás lo que siempre has conseguido.» Esta inspiradora frase la dijo Tony Robbins, coach, orador motivacional y escritor y con ella pretende motivar a las personas a que se paren a pensar qué es lo que han hecho hasta este mismo momento, para obtener los resultados que han tenido y además, pararse a pensar si eso que están haciendo todavía es modificable si queremos cambiar nuestros resultados.
Una frase similar ya muy conocida es la siguiente: «Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo». Esta otra frase también espectacular, o al menos parte de ella, fue atribuida al genio Albert Einstein, aunque a día de hoy se desconoce si realmente la dijo él. El caso es que sí sabemos que esa frase completa tal y como la he plasmado aquí pertenece a la escritora Rita Mae Brown.
Sea quien sea el o la que lo dijo, efectivamente es una genialidad de frase.
Bien, pues el tema de hoy trata de nuestra incapacidad de no ver en un momento de bloqueo, nuestra propia responsabilidad sobre nuestros resultados en la vida.
¿Por qué no te salen las cosas?
¿Por qué todo en tu vida sigue aparentemente igual?
¿Por qué continúas estancado o estancada en la misma o similar cantidad de dinero en tu cuenta corriente desde hace años?
¿Por qué sientes que no avanzas?
¿Por qué todas tus relaciones son fallidas y sus finales se parecen tanto entre sí?
¿Por qué atraes siempre al mismo tiempo de hombres o mujeres?
¿Por qué te vuelve a pasar lo mismo una y otra vez?
Decimos por ejemplo que tenemos mala suerte en el amor, pero continuamos poniendo nuestro foco en las personas que comparten unas características o patrones específicos que nos dañarán. O quizás simplemente es nuestro propio patrón a la hora de socializar con los que siguen siendo los mismos de siempre y por lo tanto, nos siguen dando los mismos resultados de siempre… pero eso sí, tenemos mala suerte en el amor y que nadie nos diga lo contrario.
Lo mismo pasa con nuestro trabajo, con nuestro dinero, nuestras amistades, los propósitos que vemos cómo se quedan a medio camino y no sabemos por qué nunca salen o salen mal.
¿Has pensado alguna vez en la posibilidad de que si cambias algo de ti, todo cambie a tu alrededor?
Ya lo decía Marcel Proust:
“Aunque nada cambie, si yo cambio todo cambia”
Gracias a los estudios en psicología y neurociencia, ya conocemos el grandioso poder de nuestra mente.
Hoy sabemos que la realidad en si no es algo con una estructura fija, solo conocemos lo que hemos visto y experimentado desde que nacimos hasta el día de hoy, como si fuera una recopilación de datos y algoritmos que conforman nuestra propia realidad de manera individual, personal e intransferible. Por lo tanto cada realidad individual está bastante limitada. Gracias a la psicología y la neurociencia, también sabemos que nuestro destino no está predeterminado, sino que lo vamos creando día a día con nuestras decisiones y que estas decisiones están influenciadas por nuestros patrones y aprendizajes adquiridos. Nuestra realidad se basa en cada una de nuestras mentes individuales. Lo que estás pensando ahora y lo que estás haciendo ahora, es lo que determina tu futuro dentro de 5 minutos y por lo tanto, tus propios resultados en ese momento. Sin embargo, si sabiendo esto te abres a nuevas perspectivas y formas de entender la vida y tu propio destino, estarás comenzando a crear una nueva realidad, con nuevos resultados sorprendentes.
Si intentas llevar a cabo un propósito y fallas, tu cerebro interpretará que las siguientes veces que lo intentes, lo más probable es que vuelvas a fallar, porque ya puedes decir que sabes por experiencia propia que eso es así y es tu realidad, porque ha sido real. Pero teniendo ya estos conocimientos, sabrás moldear tu mente para pensar que es posible hacerlo de otra manera diferente a como lo habías hecho hasta ahora, para que por fin salga bien.
Ya sé que es difícil pararse a pensar y a tomar conciencia sobre nosotros mismos, sobre nuestros patrones de comportamiento y sobre todas aquellas cosas que de manera inconsciente y sutil, repetimos una y otra vez. Ya sé que es complicado pararse a pensar que esos patrones de comportamiento, por pequeños y sutiles que sean, están afectando para bien o para mal a modo de efecto dominó en nuestras vidas a todos los niveles. Es difícil, es complicado, pero es necesario, porque hasta que no lo hagamos no obtendremos los resultados que queremos o al menos, resultados distintos.
Sé que estás esperando a llegar al momento clave para saber cómo cambiar tus resultados. Así que…
¡Comencemos!
Mariposa saliendo de una crisálida
Autor de la foto: Suzanne D. Williams
Fuente: Unsplash.com
Primeramente debemos de tomar concienciasobre lo que queremos o llevamos mucho tiempo queriendo y aún no hemos tenido, hecho o experimentado.
Después de tenerlo claro, debemos de tomar conciencia de los pasos que hacemos desde que comenzamos un nuevo intento y durante el proceso. Es aquí en donde si evaluamos todos los pasos, nos será más sencillo poder detectar qué patrones son los que repetimos y en los que no pensamos porque vamos en “modo automático” y siempre lo hemos hecho así. En ellos podemos ver los que no funcionan, pero también podemos ver los que podemos y debemos cambiar o mejorar, para que el resultado evidentemente cambien también. Si continuamos haciendo lo mismo sin ser conscientes y en “modo automático” como lo hemos hecho siempre hasta ahora, ¿Qué creemos que va a pasar al final? Pues que el resultado volverá a ser el mismo muy a nuestro pesar. ¿A que suena lógico y evidente? Pues siempre volvemos a cometer los mismos errores y nos volvemos a preguntar que por qué nosotros no podemos tener o ser “eso” o “aquello, o por qué volvemos a repetir la misma historia de amor y desamor.
Vamos a ver un ejemplo de esto para comprenderlo mejor:
Si sentimos que tenemos mala suerte en el amor, que todas las parejas que encontramos son iguales o similares como dice el dicho “Es el mismo perro con distinto collar”, podemos tener una situación perfecta para estudiarnos y evaluarnos. Nos fijaremos en nosotros mismos desde el mismo momento en el que nos fijamos en alguien, evaluaremos qué perfil es el que ponemos como objetivo y sobre todo, los patrones similares en todas esas personas ¿Qué tienen en común? ¿Por qué me gustan este tipo de personas? ¿Se parecen entre sí? (Seguramente sí). Después de ello, evaluaremos nuestro comportamiento con esa persona desde lo más pequeño e insignificante hasta lo más grande. Del mismo modo, evaluaremos el comportamiento de esa persona y sus patrones y si como hemos dicho antes, son similares a las de las personas anteriormente conocidas. Si finalmente esa relación igualmente falla, teniendo ese estado de consciencia nos resultaría más fácil detectar dónde está el conflicto, si está en nosotros a la hora de relacionarnos con la otra parte, si son patrones tóxicos por nuestra parte que repetimos sin observarlos, o si está en la otra persona que nos lanza las denominadas como “banderas rojas” que nos avisan de que nos van a dañar, pero nosotros no queremos verlo (esto sería igualmente un patrón repetido por nuestra parte y bastante tóxico por seguir permitiendo las señales que nos dañan y que se están repitiendo una y otra vez en nuestras relaciones).
El error más importante de todo esto se encuentra en la falta de conciencia cuando actuamos durante el proceso de un nuevo intento. Esto es aplicable a parejas, a trabajo, al éxito, pero también a amistades, familia, relaciones en general e incluso también es aplicable a la economía y el patrón que tenemos con respecto al dinero. Si siempre has obtenido los mismos resultados en cualquier campo de tu vida, es que algo falla en el nuestro patrón de conducta, o en la “normalización” en los patrones de los demás hacia nosotros.
Por último, debemos de tomar aquellas cosas que hemos detectado como patrones repetidos y tóxicos y buscar una solución al respecto. Evidentemente si esos patrones son nuestros, ya sabemos lo que tenemos que hacer: sustituirlos por nuevos patrones de conducta para que el efecto dominó tenga desde ese instante otra ruta diferente y nos lleve a un lugar distinto. Si esos patrones son ajenos, ya hemos aprendido a detectarlos como “banderas rojas” y también como un fallo por nuestra parte el haberlo permitido… hasta ahora. Reconociendo esos otros patrones, ya sabemos también lo que debemos de hacer: no aceptarlos más por nuestro bien y por el destino que realmente queremos y buscamos conseguir.
Ya hemos dado un grandioso paso al respecto. ¡Ahora toca tomar acción!
Y cuando hemos detectado los patrones bloqueantes y queremos hacer cambios en nuestras vidas, ¿Cómo lo hacemos? Vamos a verlo a continuación.
Mujer a punto de cambiar de ruta
Autor de la foto: Einar Storsul
Fuente: Unsplash.com
Proponte desaprender para aprender a pensar de manera diferente a como lo has hecho hasta hoy.
Nuestra forma de ver y entender la vida es un mapa mental propio que hemos ido creando a lo largo de nuestra existencia, hasta este mismo momento. Ese mapa mental ha sido creado, moldeado y personalizado por nosotros mismos. Si bien lo hemos hecho con la influencia directa de nuestra familia más cercana, amigos y maestros durante nuestra infancia y adolescencia, tenemos que saber que ya llegados a la edad adulta nadie más que nosotros mismos tiene la culpa o la responsabilidad sobre cómo entendemos la vida y cómo actuamos en ella. A partir de la edad adulta, solo nosotros somos responsables de nuestros patrones y comportamientos y ello se basa en la recopilación de datos de todo lo que hemos vivido hasta hoy. Por lo tanto y teniendo en cuenta todo esto, llegamos a la conclusión de que esos datos son tremendamente limitados, puesto que son solamente nuestros propios datos aprendidos de otras personas y experimentados en comparación con todos los datos que existen en todas las existencias. Así y bien, llegamos también a la conclusión de que nuestros pensamientos sobre la vida y las limitaciones, son simplemente creencias limitantes basadas en los techos que en algún momento nos hemos encontrado y a causa de ello, hemos adaptado nuestros patrones y hábitos a tal experiencia, limitándonos a nosotros mismos por aprendizaje.
Entonces, ahora podemos comprender que podemos ampliar la recopilación de nuevos datos de forma ilimitada y de manera deliberada. De esta manera estaremos ampliando nuestras posibilidades y cambiando nuestros resultados en la vida.
Una persona que observa más allá de su propia experiencia, que observa otras vidas, otras historias, otras experiencias con otros resultados y lo hace con una mentalidad más abierta, estará abriendo puertas en su mente para pensar que otros resultados son posibles en su propia experiencia.
A continuación te voy a contar algunos tips prácticos que te ayudarán a comenzar a tomar esta consciencia y a actuar de manera diferente, con una mente más abierta y amplia a nuevas perspectivas.
TIPS PRÁCTICOS:
Entrénate diariamente para pensar diferente de forma deliberada: comienza por pensar que lo que has conocido hasta ahora es limitado, que solo conoces una parte de todas las posibilidades que existen en todas las realidades. A partir de ahí, enfócate en lo que quieres, enfócate en otras personas que tienen lo que tú deseas o algo que se le acerque a lo que tú deseas. Cuando seas capaz de comprender que si otros lo tienen o lo hacen es que es posible, comprenderás que esa es su realidad creada de manera individual y personalizada y si ellos pudieron crear esa realidad, tú también puedes crear una tuya nueva. Esta es una nueva manera de pensar diferente. Observa a esas personas, investiga cómo lo hicieron, pregúntales si tienes confianza, en definitiva, inspírate en ellas y aprende de sus patrones de conducta. Aprendiendo de patrones ajenos podemos cambiar los nuestros y comenzaremos a ver cambios en los resultados. Al fin y al cabo muchas de nuestras acciones se basan en la imitación social, aunque no lo sepamos ni seamos consciente de ellos. Desde que somos bebés hemos necesitado imitar para aprender a hacer las cosas por primera vez ¿Por qué no hacerlo de forma deliberada?
Aprende algo nuevo de forma habitual: podemos entrenar a nuestra mente para ampliar nuestro mapa mental aprendiendo algo nuevo continuamente. Por ejemplo un nuevo idioma, un nuevo hobbie, etc. De esta manera nuestra mente entenderá que es posible ampliar nuestro campo de posibilidades. Cada cosa nueva que aprendamos, nos hará sentir cada vez más que algo mejor y más grande es posible, de esta manera llegará el momento en el que sentiremos que siempre podremos lograr algo mejor y además, que seremos capaces de hacerlo. Evitaremos el estancamiento y buscaremos siempre mejorar nuestros resultados… y lo lograremos.
Vive el momento presente para ser consciente a partir de ahora, de tus nuevos patrones y comportamientos más pequeños: cuando comenzamos a ser conscientes del aquí y del ahora, nos damos cuenta de repente que hasta hoy habíamos vivido en “piloto automático” y esto ha hecho que no hayamos sido conscientes de muchos detalles de nuestra vida, de nuestro comportamiento y por lo tanto, de la coherencia de nuestros resultados con respecto a todo ello. En definitiva, nos damos cuenta de repente de todo lo que hacemos en el día a día que hace nuestros resultados y que antes no podíamos observar porque estábamos pensando demasiado en el pasado, o en el futuro. Comenzamos a ver nuestros errores y nuestra responsabilidad en ello. ¿Cómo te hablas a ti mismo o a ti misma a diario? ¿Cómo reaccionamos frente al comportamiento de los demás hacia nosotros? ¿Cómo actuamos cuando algo nos molesta? ¿Cómo hablamos a los demás? ¿Cuáles son nuestras expresiones más repetidas? ¿Se repiten mucho esos patrones? ¿Son realmente coherentes con lo que queremos conseguir o frenan su logro? Pues es cuando comenzamos a observar el presente, que comprendemos por qué algunas personas nos tratan como lo hacen, o comprendemos por qué seguimos teniendo los resultados que tenemos. Todo empieza ahí, en ser consciente de lo más pequeño de nuestro comportamiento y ser consciente de nosotros mismos en todo momento.
Comienza a cambiar y verás cómo cambian los resultados.
¿Qué te ha parecido? ¡Leo tu opinión!
Eva María Arrabal Martín
BIBLIOGRAFÍA:
«Deja de ser tú», Joe Dispenza. Editorial Urano, 2012.
«Motivación 1: El super poder de auto motivarte», Eva María Arrabal Martín. Editorial Bookboon, 2021.
Hemos empezado esta semana con la frase del Dr. Mario Alonso Puig: “El lenguaje no solo describe la realidad, sino que además es capaz de crearla” y ¿Por qué hemos empezado con ella? Porque esta semana hablamos sobre el lenguaje y su peso en nuestro crecimiento personal.
¡Vamos a ello!
La semana pasada me adentré en la influencia de las etiquetas cuando nos definimos y lo hice enfocándome en las personas que sienten timidez. Esa publicación me ofreció la idea de hablar esta semana sobre el lenguaje y la importancia de las palabras a la hora de “crear”. Cuando creamos nuestras circunstancias y posibilidades, no tenemos en cuenta ni nos paramos a observar las palabras que utilizamos y éstas son tremendamente importantes en nuestra creación, son magia pura. Gran parte de lo que tenemos en nuestro entorno, en nuestras circunstancias y en nuestros resultados, están ahí a causa de las palabras que usamos al hablar, ¡Entre otras muchas cosas claro está! Pero todo empieza cuando hablamos.
¿Te has parado a observar en cómo hablan y se expresan las personas exitosas?
Para empezar, te darás cuenta de que no hablan igual una persona exitosa en cualquier ámbito, que una persona “rendida” a lo que es y a lo que cree que no puede cambiar porque “la cosa está muy mal”.
¿Te has parado a pensar alguna vez en cómo de importante ha sido tu lenguaje en lo que has logrado o perdido hasta el día de hoy? Quizás no lo hayas pensado nunca, quizás esta es la primera vez que lees sobre ese tema.
Aquí no vamos a hablar de éxito refiriéndonos al dinero, pero sí al éxito en general, es decir, al hecho de ganar en todo lo que de manera personal e individual nos propongamos. ¿Quieres tener éxito en tu formación porque estás estudiando? Entonces, conocer sobre el uso del lenguaje te interesa. ¿Quieres tener éxito en el terreno laboral? Entonces, conocer sobre el uso del lenguaje efectivamente te interesa. ¿Quieres tener éxito en las relaciones con los demás y en el amor? Entonces, conocer sobre el uso del lenguaje también te interesa. ¿Quieres tener éxito económico? Entonces, conocer sobre el uso del lenguaje por supuesto que te interesa. ¿Quieres tener éxito en cualquier aspecto de tu vida ya sea personal o laboral? Entonces, conocer sobre el uso del lenguaje evidentemente te interesa.
Incluso cuando nos proponemos el objetivo de perder peso tenemos que tener en cuenta el lenguaje que utilizamos mientras estamos trabajando en ello, ¿Cómo te has hablado hasta el día de hoy? ¿Cómo te sigues hablando? ¿Qué pasaría si cambias tu vocabulario y la forma de expresar lo que quieres y lo que haces?
No hablamos solamente del típico “No puedo”, enfocarnos solamente en esa frase tóxica nos limita hasta el infinito y más allá. Podríamos extender nuestra auto evaluación a frases bloqueantes como:
“Tengo que hacer deporte”.
“No soy lo suficientemente buena para ese puesto de trabajo que ofrecen”.
“Siempre he sido torpe”.
“En mi familia nadie ha hecho nada parecido, no tengo razones para pensar que puedo ser el primero en lograrlo”.
“Es que me cuesta trabajo enterarme de lo que leo cuando estudio y voy más lento”.
“Es que se me da mal pintar/bailar/cantar/escribir…” (pon aquí aquello con lo que te sientas más identificado o identificada).
“Es que hay una crisis tremenda y todos en mi entorno están como yo… fatal”.
“Es que por más que lo intento, no encuentro el tiempo”.
“Es que eso solo lo consiguen los que tienen un `padrino´, la gente humilde no podemos acceder a esos privilegios”.
“Etc”…
¿Cómo te hablas? Ya no solo eso, ¿Cómo hablas a los demás cuando hablas de ti o de cosas que tengan que ver contigo o con tus propósitos y tus sueños?
A continuación vamos a ver cómo nutrirnos con lenguaje de éxito…
Niño gritando frente a un micrófono.
Fuente: Unsplash
Los egipcios ya hablaban de ello, ¡Ya lo sabían! Y lo utilizaban a su favor. De hecho, lo dejaron por escrito para la posteridad y para fortuna de nosotros que podemos acceder a ello. Hoy día gracias a ellos, a muchos más que vinieron detrás a divulgarlo y a estudios en neurociencia sobre el poder del lenguaje en nuestra mente, sabemos que su influencia en nuestras vidas es ilimitado.
Los egipcios creían con fe que la palabra tenía un poder realmente mágico. Por ello, los antiguos sacerdotes de aquella apasionante civilización la usaban de manera estratégica y a su favor para no pedir, sino exigir a los dioses lo que querían recibir. Así, ¡Como suena! No suplicaban, sino que decían aquello que según ellos debía de ser por derecho propio, ya que su creencia se basaba en que cuando pides, si lo haces de la manera correcta, estás pidiendo algo que ya es tuyo por derecho, por lo tanto ha de ser expresado y ejecutado como tal. También lo hacían los faraones y así lograban que toda persona que le rodeara cumpliera lo que él decía. No era solo el poder que tenía como faraón, sino el poder de su palabra. El propio faraón en los “Textos de las pirámides” dejó por escrito “Yo soy la Gran Palabra” para dar vida a todo lo que pudiera desear.
Del mismo modo, esa misma magia hacía, según los egipcios, que una persona continuara viva después de su muerte mientras su nombre continuara siendo pronunciado por los que quedaban.
“Construí esta tumba en esta necrópolis, junto a los grandes espíritus que aquí están,
para que se pronuncie el nombre de mi padre y el de mi hermano mayor.
Un hombre es revivido cuando su nombres es pronunciado…”
-Inscripción en la tumba de Petorisis. Sumo sacerdote de Thot en Hermópolis.-
Texto extraído del libro “La magia de la palabra en Egipto”
de Ildefonso Robledo Casanova.
Según los habitantes del antiguo Egipto, cuando el Creador quiso crear el mundo y todo el universo, utilizó el verbo, la magia de la palabra, porque según ellos y tal y como lo usaban en su día a día, la magia del verbo permitía materializar todo lo que deseaban.
Por otra parte y viniendo a nuestra época actual, podemos tener conocimientos de grandes expertos como el el Dr. Mario Alonso Puig, en el que nos hemos basado para la frase de esta semana, el cuál dice que cuando le llega un enfermo a su consulta con un diagnóstico de alguna enfermedad grave como puede ser un cáncer, una de las primeras cosas que le dice es “Desde este momento no tenemos un problema, tenemos un reto”. ¿Qué podemos percibir de una poderosa frase como esta? Lo que primeramente transmite con este mensaje al paciente es que no está solo, que el trabajo a partir de ese preciso momento es un trabajo en equipo y que además, si lo miramos desde la perspectiva de un reto, todo comienza a cambiar y las posibilidades de cura son mayores.
Las palabras al fin y al cabo crean emociones y las emociones para bien o para mal, generan una perspectiva de las situaciones y circunstancias y a su vez, esa perspectiva de las circunstancias nos hacen tomar decisiones y esas decisiones generan resultados. Por lo tanto, los resultados dependerán en gran parte de esas emociones que hayamos tenido al principio, justo cuando creamos esas palabras, porque según ella actuaremos de un modo u otro. Ya lo afirma Daniel Goleman, el mayor experto en el estudio de la inteligencia emocional, las emociones son las que nos hacen tomar las decisiones al final de todo. Entonces, se puede entender de una manera más clara la importancia de evaluar el cómo hablamos y cómo podría mejorar nuestra vida si cambiamos nuestras palabras.
Para comprobar esto último que hemos comentado, te voy a proponer que te tomes el atrevimiento de hacer algo para ver cómo reacciona la gente. Intenta hacer lo siguiente:
Elige una palabra tal como “alegría”, “coraje”, “esperanza”, “quiero”, “merezco”, “deseo”, “me gusta” o cualquier otra palabra o breve frase que se te ocurra y que consideres bonita o que pueda producir emociones positivas. Cuando ya tengas la palabra, envíala a los grupos y contactos de wassap con los que tengas confianza y aprecies, para ver sus reacciones. Deja que pase la mañana, tarde o día y queda a la espera de ver las diferentes reacciones de esas personas en sus respuestas. Evidentemente creará desconcierto en todas ellas, sin embargo, las respuestas podrían sorprenderte porque tendrán en común el reflejo de una emoción agradable. Haz este ejercicio de vez en cuando cambiando la palabra y disfruta del hecho de poder contagiar a otras personas con emociones agradables.
Expresiones como “Cuando logre…” o “Cuando esté en…” son como cuando un mago dice “Abracadabra” ¡Y no estoy exagerando para nada! Cuando usamos palabras, frases y expresiones similares, que nos hagan sentir que algo va a suceder de manera inminente, nuestro cerebro de manera automática siente que eso es real, que ya estamos en camino y que nos encontramos cerca. Por lo tanto, desde ese preciso momento nuestro cerebro comenzará a comportarse y a enviar mensajes al resto del cuerpo y a sí mismo, para que eso que hemos dicho se haga realidad. Los mensajes que comenzará a enviarse a sí mismo por ejemplo serán pensamientos similares y del mismo nivel que los pensamientos que nos llevó a generar esa frase anterior.
Por ejemplo:
Si deseamos obtener un puesto de trabajo superior al que hemos tenido hasta ahora podemos afirmar “Cuando logre ese puesto” o “Cuando esté en ese trabajo”. En ese momento, haremos que nuestro cerebro comience a buscar otros pensamientos que nos lleven a pensar siempre en lo mismo, pero no solo eso, además, estaremos induciendo al cerebro a que empiece a obsesionarse y todos sabemos lo que pasa cuando nos obsesionamos con algo, ¿Qué pasa? Que comenzamos a buscar respuestas a todas nuestras dudas, preguntas y demás y comenzamos de ese modo en buscar un camino, una solución a un problema, una opción de varias, etc… y todo ello nos llevará a actuar de forma imparable hacia aquello que queremos lograr. Ya sea de manera consciente o inconsciente, no estamos preguntando a nosotros mismos ¿Qué es lo que tengo que hacer para estar en ese lugar o en esa circunstancia? Y de repente toda la maquinaria de nuestro cerebro se pondrá en marcha, haciendo uso de la creatividad, la inspiración y la resolución de problemas.
Como afirmaba el maestro y Doctor en psicología Wayne W. Dyer cuando hablaba sobre el poder de la intención…
“La palabra intención normalmente cuando la usamos, tiene la connotación de que nadie se interpondrá en nuestro camino. Tengo la intención de que algo ocurra, haré que salga bien contra viento y marea. Da igual la oposición que encuentre, tengo la intención de hacerlo. Es como cuando un pitbull se aferra una rueda. ¿Lo han visto alguna vez? No la suelta por nada. Adoptaré la actitud del pitbull para conseguir lo que quiero. Eso es la intención”.
Entonces, ¿Cómo puedo cambiar mi lenguaje para comenzar a crear resultados nuevos en mi vida? ¡Vamos a verlo a continuación con un tip práctico!
Persona entrenando subiendo escaleras.
Fuente: Unsplash
TIP:
Y como es habitual, aquí te dejo un tip práctico para que puedas comenzar a hacer uso de un nuevo lenguaje y puedas tomar el nuevo hábito que te ayudará a crear una nueva realidad.
Diario personal
Te animo a que comiences un diario personal. No te llevará mucho tiempo y será muy breve.
En ese diario y para que te resulte sencillo al menos para comenzar el hábito (más adelante puedes invertir más tiempo en él si así lo deseas), puedes dividir cada hoja en dos partes. Cada una de las hojas representará una jornada.
A partir de ese momento, cada mañana podrás invertir 5 minutos a escribir de manera breve qué esperas del día que tienes por delante. En ese breve espacio podrás escribir cómo quieres que sea tu día, de manera que te resulte realista haberlo logrado al final del día. Han de ser cosas que puedas dominar tú, cosas que estén en tu mano, cosas sencillas.
Aquí viene lo interesante de este ejercicio. Para escribir ese diario será necesario que utilices palabras nuevas que normalmente no utilices, palabras que te generen bienestar emocional, motivación, que te impulsen. De esta manera estarás comenzando a crear un nuevo lenguaje más potente, un nuevo lenguaje que generará resultados diferentes a los que habías tenido hasta hoy.
A parte de eso, cuando escribas lo que quieres que ocurra, será necesario que utilices expresiones tales como:
“Cuando acabe el día habré logrado…”
“Cuando vaya a dormir seré más…”
“Me comprometo a hacer…”
“Me comprometo a cambiar… por…”
Es decir, no solo escribir en positivo evitando todas las negaciones que se te vengan a la mente, sino también afirmando de manera rotunda. Para ello se deberá de evitar los “Intentaré…”, “Procuraré…” o “Espero que…”. Estas expresiones son palabras “trampa” que te bloquearán, tenlo por seguro. La clave está en tomar el comportamiento de los antiguos egipcios: no pidas, exige lo que es tuyo por derecho y ¡Haz que al final del día haya ocurrido!
Ahora viene la segunda parte del diario.
Esa segunda fase la haremos al final del día y consistirá en hacer un breve resumen de cómo nos ha ido el día. Escribiremos lo que hemos logrado y cómo nos sentimos al respecto. No nos vamos a enfocar demasiado en si algo no ha salido bien o no se ha logrado, se puede expresar de paso indicando que lo haremos al día siguiente, evitaremos pararnos en emociones negativas que puedan generar la creencia de que si no se ha logrado, ha sido un fracaso.
Vamos a realizar este ejercicio a diario y cuando hayamos logrado sobrepasar la barrera de los primeros 21 días, ya habremos creado un nuevo hábito e incluso comenzaremos a notar que cuando hablamos, hablamos diferente y los resultados por lo tanto, comenzarán a ser diferentes.
Habrás logrado tomar el control y actuar para que las cosas ocurran, pero además, comenzarás a ver que comienzan a pasar cosas sin que tengas seguro cómo están pasando, no es magia, es que estás empezando a exigir lo que es tuyo por derecho y por lo tanto como dijo Marcel Proust: “Aunque nada cambie, si yo cambio todo cambia”.
Notarás un cambio radical cuando pase el tiempo y con ello, tu vida comenzará a cambiar. ¡Te lo aseguro!
No importa cuál haya sido tu historia hasta ahora, lo que importa es dónde quieres estar y qué es lo que vas a hacer para estar ahí. Pero antes de nada, el primer paso es cambiar tu lenguaje para comenzar a crear lo que verdaderamente quieres.
¿Qué palabras y afirmaciones vas a comenzar a utilizar a partir de ahora?
Eva María Arrabal Martín
BIBLIOGRAFÍA:
Castellanos, L., Yoldi, D., Hidalgo, J. L. (2016). “La ciencia del lenguaje positivo”. Editorial Paidós contextos.
Robledo Casanova, I., (2006). “La magia de la palabra en Egipto”, Bibliteca virtual universal, Asociación Andaluza de egiptología.
La #FraseDeLaSemana publicada en las redes sociales “Al menos un 80% del éxito en la edad adulta proviene de la inteligencia emocional” de boca del maestro Daniel Goleman, ya lo anunciaba. Esta semana hablaremos sobre las habilidades más importantes para alcanzar el éxito hoy y en un futuro próximo.
Sin embargo, vamos a aclarar que cuando nos referimos a éxito no estamos hablando de dinero, o al menos no solamente de él, hablamos también de sentirnos realizados, de lograr nuestros objetivos y de sentirnos plenos y coherentes con nuestros valores al final de nuestras vidas. Éxito puede ser cambiar de trabajo, encontrar pareja, dejar el hábito de fumar, encontrar la tranquilidad, encontrar la paz en uno mismo, formar una familia, ganar más dinero, comprar la casa de nuestros sueños, finalizar una carrera universitaria, trabajar en lo que verdaderamente nos gusta, sentirnos valorados en el trabajo, etc. Para trabajar nuestro propio éxito debemos preguntarnos de manera individual ¿Qué es para mí el éxito? Y trabajar con el foco puesto en nuestra propia respuesta. ¿Cuál es tu respuesta?
Habilidades hay muchas y todas son válidas para alcanzar el éxito, pero en este post vamos a enfocarnos en las más importantes, las que podrían catalogarse como básicas. Sin estas habilidades está claro que nunca veremos resultados. ¿Quieres avanzar y llegar a la meta? Pues presta atención a la siguiente lista:
Motivación y disciplina.
Es necesario saber que la motivación y la disciplina han de ir de la mano, porque trabajar la motivación está muy bien, ¡Es genial! Y es una habilidad indispensable para levantarnos a diario y seguir trabajando en aquello que deseamos pero, ¿Te has parado a pensar qué es de nosotros en esos días en los que la motivación no es posible? Tengamos en cuenta que no podemos estar motivados todos los días de la semana y a todas horas. Somos humanos, tenemos días y “días” y no sólo eso, sino que como humanos también debemos permitirnos “descansar” del hecho de sentirnos obligados en cierta manera a estar motivados. Como el día y la noche, como el yin y el yang, como la luz y la oscuridad, como la alegría y la tristeza, estamos hablando de los dos polos opuestos y como polos opuestos que son, no podremos mantenernos eternamente en una de las partes, para entenderlo mejor imaginemos que hablamos de un péndulo. Sí podemos trabajar para encontrar un equilibrio en ese péndulo y además, podemos trabajarnos para encontrar cada día las razones por las que levantarnos y seguir trabajando haciendo que ese péndulo se mueva hacia el lado de la motivación. Sin embargo, debemos ser conscientes de que si trabajamos para ir más hacia ese lado por las leyes naturales habrán otros días en el que por mucho que hagamos por estar super motivados, nuestra mente va a tirar más hacia el otro lado del péndulo ¡Y no tiene absolutamente nada de malo ni tenemos por qué estar luchando continuamente contra ello! Es imposible mantener el péndulo siempre de un lado
Entonces ¿Qué podemos hacer en esos días en los que sentimos que la motivación no hace acto de presencia y tiene pinta de no aparecer? En esos casos es necesario ser consciente de la importancia y el tesoro que es la disciplina. El trabajar esos días en los que sientes que no tienes razones para trabajar, será lo que finalmente te lleve hacia el éxito. Las personas realmente exitosas son las que hacen el esfuerzo esos días en los que no hay motivación.
La motivación es lo que te levantará del sofá y la disciplina es lo que te hará traspasar la línea de la meta.
Si te interesa saber más sobre la habilidad de la motivación, te recomiendo que leas mi libro “Motivación 1: el super poder de auto motivarte” que está a la venta en el siguiente enlace: https://bookboon.com/es/motivacion-1-ebook a parte de aprender más sobre ello, adquirirás herramientas prácticas para el uso del día a día y el logro de objetivos.
2. Autoestima y auto concepto.
La autoestima es tan importante y a la vez tan poco valorada y trabajada, que podemos ver todos los días en cada momento a muchísimas personas padeciendo carencias por falta de ella en algún aspecto de su vida. La autoestima es tan grande que lo abarca todo a nuestro alrededor, todo, absolutamente todo lo que nos rodea está salpicado de manera positiva… o negativa, por nuestra autoestima y el concepto que tenemos de nosotros mismos.
Si yo te pregunto:
¿Qué crees tú que mereces realmente en tu vida?
Y después de esa pregunta te hago la siguiente:
¿Qué tienes realmente en tu vida?
¿Es coherente con lo que piensas que realmente mereces?
Párate a pensar un momento en las respuestas de cada una de esas preguntas. Todas nuestras circunstancias no es totalmente fruto del azar, más de lo que creemos es parte de las decisiones que tomamos o lo que hemos permitido hasta llegar a donde estamos hoy. ¿Crees realmente que el trabajo que tienes es lo que mereces? Más bien es lo que a otra persona le conviene ofrecerte en este momento, que puede ser un trabajo mejor o peor, pero es lo que esa persona “dice” con el acto de darte ese empleo que tú mereces.
Una persona con una buena autoestima bien trabajada, sabe que si merece algo mejor puede lograrlo. Eso de “La cosa está muy mal y es lo que hay” es un escudo para tapar carencias del subconsciente o en muchos casos no tan del subconsciente.
El auto concepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos, no solo a nivel físico sino la idea que tenemos de nosotros, lo que pensamos que somos y esto está muy ligado con la autoestima. La imagen que tenemos de nosotros mismos rige el valor que luego nos damos y la estima que sentimos hacia nosotros.
Las personas con una autoestima elevada y un buen auto concepto tienen más facilidad para proponerse objetivos grandes y más a largo plazo, porque saben que pueden lograrlo, porque sienten que lo merecen y porque saben que tienen las capacidades necesarias para trabajar en él. Mientras tanto, las personas con una autoestima baja se ponen objetivos muy a corto plazo, menos exigentes y más pequeños porque no se sienten tan seguros o merecedores de tener o alcanzar más.
¿Cuál de los dos grupos te hace sentir más identificado o identificada?
3. Resiliencia.
Esta habilidad es la capacidad de sobreponernos a las crisis, traumas y situaciones difíciles de nuestra vida convirtiéndonos en personas más fortalecidas que antes. Una buena comparación para este punto es la habilidad del junco de doblarse, pero no partirse.
Una persona resiliente se sobrepone a los obstáculos y toma el aprendizaje de ellos para seguir avanzando. Las personas exitosas han tenido que ser resilientes, puesto que todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos topado con situaciones complicadas antes de llegar a la meta. Ese pensamiento de “Es que esa persona lo ha tenido muy fácil” es otro escudo para tapar la sensación de imposibilidad por nuestra parte, para lograr nuestro objetivo. No es que esa persona lo haya tenido fácil, es que esa persona no lleva sus crisis y traumas escritas en la mente y se nos presenta como algo aparentemente fácil para ella o él.
Para conocer más sobre la resiliencia podemos conocer magníficas y fascinantes historias reales como las de Hellen Keller y Anne Sullivan, Nick Vujicic, Malala Yousafzai, Viktor Frankl, Pablo Pineda, Albert Espinosa o Stephen Hawking. Historias realmente inspiradoras y que te harán ver que si ellos pudieron hacer eso, ¡Tú también puedes!
Una persona resiliente sin duda alguna tiene una gran capacidad para evitar que los obstáculos y las crisis le hagan rendirse o debilitarse, porque ya sabe lo que es pasarlo mal y eso le acercará al éxito.
4. Asertividad: escucha activa.
Nos referimos a asertividad a la habilidad de hacer uso de la comunicación de manera respetuosa y sana cuando se torna difícil con otras personas. Vendría a resumirse en la capacidad de comunicarnos con otras personas respetando sus opiniones y visiones, al mismo tiempo que también hacemos respetar las nuestras. Puede parecer un punto complicado y de hecho lo es para las personas que no han sabido ser asertivas antes. La primera vez que escuchas hablar de la asertividad normalmente resulta muy difícil poder aprender a medir las palabras de manera que podamos comunicar lo que realmente deseamos sin censura, pero al mismo tiempo haciendo uso del respeto bidireccional.
Por ejemplo, una frase asertiva para cuando debatimos sobre un tema en el que no estamos de acuerdo podría ser:
“Entiendo perfectamente lo que quieres decir, pero yo lo veo desde otra perspectiva”.
Respetas la opinión del otro, pero también expones la tuya de manera natural.
Podríamos hablar largo y tendido sobre esta habilidad en un solo post, para ver cómo afrontar conversaciones complicadas con personas poco respetuosas. ¡Tomaré nota para una publicación futura!
Dentro de la asertividad, es necesario tener en cuenta el punto denominado como la escucha activa. Las personas que muestran una gran capacidad de escucha con calma y hacen ver a la otra persona su interés en ella, tienen mayor facilidad para enriquecer sus redes de contacto, de persuadir, de enriquecer su comunicación y por lo tanto, de aumentar las posibilidades de éxito en general porque aumentarán las posibilidades de recibir apoyo por parte de las personas que les rodean porque nos ayudan a ser personas más persuasivas.
5. Inteligencia emocional.
La inteligencia emocional es un punto al que por fortuna, se le está dando importancia en la actualidad y por fortuna también, cada vez más con miras hacia un futuro enriquecedor de las personas y las empresas.
Hablamos de inteligencia emocional como la capacidad de una persona de autoevaluarse interiormente en cada situación, ya sea positiva o negativa. Es la habilidad de ser consciente de las propias emociones, aceptarlas y evaluarlas para bien fluir con ellas, o trabajarlas a su favor. También es la persona que tiene la capacidad de reconocer las emociones ajenas y por ejemplo, ser capaz de ponerse en el lugar del otro para comprenderr por lo que está pasando. Esta capacidad le permite poder no solo ser más resolutivo y empático, sino también de aceptarse tal y como es al mismo tiempo que le permite poder trabajarse de manera constructiva hacia una mejora de la fortaleza emocional. Una persona que se conoce a sí misma, puede saber en qué punto de su propio desarrollo emocional se encuentra y puede también saber qué más puede desarrollar o construir. Por ejemplo, una persona con una elevada inteligencia emocional puede aceptar que tras la pérdida de un trabajo o su pareja, deberá de pasar un tiempo de duelo, deberá permitirse encontrarse mal, llorar, sentir que pierde la ilusión o parte de ella y aún así es consciente de que ese estado es pasajero y que cuando se haya permitido una licencia coherente, podrá fortalecerse para recuperarse y volver a trabajar en nuevos objetivos.
Podemos decir que la inteligencia emocional es un “paquete” de otras habilidades, de las cuales algunas ya hemos visto en puntos anteriores y otras vamos a ver. Por ejemplo, una persona con una elevada inteligencia emocional tiene fortalecidas habilidades como la motivación, la autoestima, un buen auto concepto, resiliencia, asertividad, empatía, capacidad de aceptación, una adecuada gestión del estrés entre otras.
6. Gestión del estrés.
La gestión del estrés al igual que la inteligencia emocional en general, es una habilidad que por fortuna también se está trabajando cada vez más. Las empresas están poniendo su foco de atención en los niveles de estrés o el tipo de éste que tienen sus trabajadores, con el fin de que éstos estén más cómodos en su lugar de trabajo y más felices.
Una persona que gestiona adecuadamente sus niveles de estrés será más feliz y también más productiva.
Pero claro, no solo tenemos que fijarnos en el estrés de los empleados de una empresa, una buena gestión del estrés es indispensable para cualquier persona que quiera mejorar su foco de atención y por lo tanto el resultado de su esfuerzo para lograr cualquier objetivo que se proponga.
Las personas exitosas saben bien cómo manejarse frente a situaciones estresantes. ¡Incluso trabajan el estrés a su favor convirtiéndose en personas más productivas gracias a él!
7. Adaptación al cambio.
Si no te adaptas mueres, quizás no literalmente pero sí en muchos aspectos como por ejemplo el laboral o el empresarial. En estos tiempos que corren por ejemplo, podemos ver que las empresas que se han adaptado a la situación de crisis mundial causada por una pandemia, esas empresas que han podido adaptarse al mundo digital, son las que han sobrevivido y las que aún tienen la posibilidad de continuar hacia un futuro diferente.
Pues bien, esto es aplicable a todos los niveles, también a nivel personal y a nuestros propios objetivos individuales. ¿Qué ocurre cuando nos encontramos con un obstáculo que vemos que no nos impide al 100% continuar, pero nos muestra que debemos cambiar algo en nosotros o nuestras acciones para poder continuar? Hay quien utiliza esta situación como excusa para abandonar porque se convence de que el esfuerzo no le merecerá la pena.
Vamos a ver un ejemplo para entenderlo mejor:
Imaginemos que hemos cambiado nuestros hábitos de vida y de alimentación para perder peso y nos ha ido bien los primeros meses, sin embargo llega un momento en el que por causas laborales y de horarios no podemos continuar practicando deporte a la hora en la que lo hacíamos antes. Horario que nos venía genial, pero ahora tenemos que hacer un cambio brusco porque nuestro jefe nos ha dicho que en lugar de salir a las 5 de la tarde, a partir de ahora tenemos turno partido y saldremos a las 9 de la noche. Tenemos varias opciones, aceptar que no podemos hacer deporte, cosa que no es del todo cierto, o crear el hábito de salir a correr a partir de la hora de salida aunque nos resulte mucho más sacrificado porque claro, será de noche.
Cuando una persona es capaz de adaptarse a los nuevos acontecimientos, sus posibilidades de tener éxito en su propósito es mucho mayor que la persona que dice no poder hacer algo porque su trabajo, horario, pareja, familia o cualquier otra situación no se lo permite. Hay muchas personas que trabajan y para poder obtener ese título formativo que tanto ansían, dedican horas de la noche o comienzan a las 6 de la mañana a estudiar modificando sus hábitos por el bien de ese objetivo.
Una antigua cliente que vino a mi consulta tenía la necesidad de hacer deporte urgentemente porque a causa de su sobre peso, estaba teniendo problemas de salud y el médico ya se lo había hecho saber para evitar problemas mayores que ya estaban dando señales graves. El problema que tenía es que trabajaba en una panadería de turno partido y salía a las 10 de la noche. Uno de sus nuevos hábitos a parte de comer saludable (a tener en cuenta también que trabajaba en un lugar en donde se vendían muchos pasteles y tuvo que sortear los impulsos), era también apuntarse a un gimnasio al que podía ir a las 11 de la noche porque aún estaban abiertos una hora más. Era admirada por compañeros suyos de trabajo al verla salir de su puesto a esa hora de la noche, con su mochila de gimnasio con actitud de la guerrera que sabe que va a ganar la batalla.
El camaleón tiene más probabilidades de sobrevivir al ataque de un depredador porque se adapta al color del lugar en donde se encuentra.
Y tú, ¿Te adaptas o mueres?
8. Resolución de problemas.
No podemos negar que las personas resolutivas son más exitosas, simplemente porque cuando se ven con un obstáculo en mitad de su camino hacia la meta, buscan y rebuscan hasta encontrar la manera de rodear o saltar ese obstáculo y continuar. Las personas no resolutivas simplemente se quedan bloqueadas en ese punto del camino, o sencillamente abandonan.
Las personas resolutivas saben que el que busca, encuentra y lo aplican también a las soluciones.
¿Te consideras resolutiva o resolutivo?
9. Capacidad de enfocarse en los objetivos.
No te interpongas en el camino de una persona que sabe realmente lo que quiere. ¿Sabes por qué? Porque cuando una persona sabe lo que quiere está capacitada para no ver nada más a su alrededor que eso. Una persona con la habilidad de poner todo su foco en su objetivo tiene la capacidad de gestionar mejor su tiempo, tiene la capacidad de enfocarse en las soluciones por encima de los problemas, pondrá toda su energía en aquello que está construyendo y su tenacidad le hará llegar incluso más rápido que el resto de las personas.
Una persona con habilidad de enfocarse en sus objetivos tendrá incluso la capacidad de ver señales a su alrededor que le mostrarán el camino hacia aquello que quiere porque estará obsesionada con lograrlo. Es como cuando una pareja desea tener un bebé y de repente salen a la calle y lo único que ven son parejas con bebés o mujeres embarazadas. Incluso podrían jurar que hay un baby boom de repente, pero no es así, es que su foco está puesto en aquello que quieren. Pues las personas que ponen el foco en sus objetivos sean cuales sean, están capacitadas para encontrar situaciones a su favor a lo largo del día, ideas, personas que les ayudarán, inspiración, etc…
Si deseas trabajarte mejor para enfocarte en tus objetivos, te recomiendo que leas también mi libro “Coaching, caminando hacia el Ikigai” que está a la venta en el siguiente enlace: https://bookboon.com/es/coaching-caminando-hacia-el-ikigai-ebook. Con este manual aprenderás las bases del coaching y la importancia de la organización para alcanzar tus objetivos tanto de pequeños niveles, como objetivos vitales. Contiene herramientas prácticas con las preguntas adecuadas que necesitas hacerte, para ayudarte a trabajar el foco de atención.
¿Tienes todas estas habilidades? Si la respuesta es que no, no te preocupes, tengo una buena noticia. No es necesario que vengas de fábrica con todas estas capacidades, tendrá más facilidad para unas que para otras. Sin embargo, podrás aprender y entrenar aquellas que no tengas o que sientas con más debilidad en ti. Los grandes líderes y las personas exitosas se han entrenado en algunas de estas habilidades para llegar hasta donde ahora están ¿Creías que nacieron con todas ellas? No, a partir de ahora fíjate en esas personas que admiras y verás que se trabajan para ser cada día un poco mejor de lo que ya son hoy. Tendrán habilidades naturales, pero también otras trabajadas.
¿Sabes ya lo que tienes que hacer? ¡Piensa en grande, fortalece tus habilidades y nos vemos en el lado del éxito!
En la línea de la #FraseDeLaSemana que publiqué este pasado lunes, vamos a seguir con el post correspondiente.
En este caso no he publicado tan sólo una frase, sino algo más que una frase en esta imagen que puedes ver a continuación. Publiqué un punto de mi nuevo libro que acaba de ser publicado y que ya está a la venta desde la semana pasada…
…¡Sí! Tengo el honor de anunciarte que acabo de publicar por fin mi libro “Coaching, caminando hacia el Ikigai” y hoy te voy a hablar aquí de él porque sé que te va a interesar y que estabas buscando algo como esto.
“Coaching, caminando hacia el Ikigai” es un manual práctico que explica lo que es el concepto de Ikigai y el proceso de coaching para alcanzarlo. Con él se puede conocer el coaching desde sus primeras influencias, hasta el día de hoy. Además de enseñar a llevar a cabo una sesión de coaching de principio a fin.
Mi intención con este libro ha sido que se aprendan puntos como:
¿Qué es un Ikigai?
¿Cómo realizar una sesión de coaching?
Motivación
Creencias limitantes
Miedos
¿Te suena interesante? ¿Te interesa el coaching? ¿O simplemente el desarrollo personal? En cualquiera de los casos, este libro es ideal para aplicarlo de forma personal y lograr los objetivos que nos propongamos.
Muchas veces nos pasa que sabemos y sentimos que necesitamos un cambio en nuestras vidas, nuestros hábitos, nuestra forma de proceder, deseamos ver otros resultados, pero no sabemos qué hacer, cómo hacerlo o qué caminos tomar. Es más, demasiadas veces sentimos que no tenemos muchas opciones o directamente no vemos ninguna y todo esto nos hace sentir perdidos. Bien, pues este libro está enfocado en ayudar a los lectores a crear desbloqueos mentales, cambiar creencias y reconocer los miedos personales de cada uno. Sí, esos miedos individuales que cada uno de nosotros guardamos debajo de nuestra propia cama y que no nos deja dormir. De esta manera, estaremos abriendo posibilidades y nuevos caminos que quizás antes no veíamos.
Éste libro es como una brújula, a veces echamos de menos tener una brújula vital que nos confirme dónde estamos exactamente y nos indique dónde se encuentra nuestro NORTE más personal e intransferible, porque nuestro destino no ha de ser el mismo que el de la persona que tengo al lado. Su solución no tiene por qué ser la mía. Yo tengo que encontrar la solución personalizada a mis propios problemas y eso puede resultar complicado cuando no sabemos hacernos las preguntas adecuadas.
¿Qué necesito?
¿Qué me hace falta?
¿Cuál de todos estos caminos es el mío?
¿Voy por el camino adecuado? ¿O me estoy equivocando?
Vamos aún más allá…
¿Cómo puedo encontrar mi camino si simplemente no veo caminos frente a mí? No veo posibilidades, por lo tanto, siento que no existen.
Todas estas preguntas que nos producen desconcierto cuando tenemos conflictos internos, pueden tener respuestas si buscamos en la profundidad de nosotros mismos y esto solo se producirá cuando encontremos las preguntas adecuadas a nosotros.
Cuando nos hacemos las preguntas correctas, encontramos respuestas que antes simplemente eran invisibles.
He querido enfocar este manual a 3 perfiles de lectores diferentes y que se pueden beneficiar enormemente de él. Estos perfiles son:
Personal: cualquier persona que desee saber más sobre el coaching y cómo aplicarlo a su vida. O cualquier persona que esté interesada en el desarrollo personal y la superación.
Líderes: personas que guíen a otras personas o equipos. Pueden ser líderes empresariales como jefes o directivos, pero también pueden ser todo tipo de líderes como maestros, padres, etc.
Estudiantes de coaching: personas que estén formándose como coaches y quieran un libro práctico de apoyo y enriquecimiento a sus estudios.
He disfrutado muchísimo hablando en este manual sobre filosofías como el taoísmo, el zen, el budismo, como también hablo sobre la ley de la atracción, el poder del pensamiento y cómo funciona la visualización en el logro de nuestros objetivos.
He querido facilitar con este libro diversas herramientas que ayudarán al lector a entender su forma de proceder hasta ahora, también he querido mostrar cómo con preguntas poderosas, podemos ponernos en duda a nosotros mismos y nuestra forma de ver la vida y actuar frente a ella. ¿Te has preguntado por qué hasta ahora los resultados no han sido los que esperabas? Quizás sea hora de revisar tus hábitos y cambiarlos, o simplemente darles una vuelta de tuerca. Tal y como ya dijo Einstein en su momento
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Pues con este libro podrás comenzar a cambiar tus hábitos y por lo tanto, verás cambiados tus resultados.
¿Quizás estabas pensando o buscando un cambio en tu vida últimamente? Entonces, creo que esta es la señal que andabas buscando.
¿Estás preparado/a para encontrar tus propias respuestas?
¿Dónde puedo conseguir el libro “Coaching, caminando hacia el Ikigai” de editorial Bookboon?
Si deseas asistir a la presentación del libro que se celebrará este próximo lunes día 13 de julio a las 19:30 horas en directo por youtube, escríbeme a evamariaarrabal@gmail.com y podré enviarte la invitación.
Estaré encantada de conocer tu opinión cuando ya lo hayas leído.
¡Querido lector, nos vemos al otro lado del miedo!
¡Me alegra inaugurar con este post la nueva sección “Los secretos de las ventas”, dedicada a las habilidades para vender!
En este primer post hablo sobre la persuasión ética y su necesidad para ganar confianza y fidelizar clientes, y en la línea de la frase de la semana que hemos visto el pasado lunes: “Nada tan estúpido como vencer. La verdadera gloria está en convencer” – Victor Hugo, vamos a dar comienzo a esta sección…
Ya sabemos que la persuasión es una manera de comunicarnos socialmente. Este término se refiere concretamente al hecho de convencer a otras personas con el fin de que compartan nuestra visión sobre algo, opinión, filosofía o forma de ver algo, bien con un objetivo personal o económico. Cuando persuadimos a alguien y lo logramos con éxito, podemos incluso cambiar totalmente su opinión desde un punto de vista, a otro totalmente diferente.
Para persuadir necesitamos un mensaje y una serie de estrategias para que ese mensaje cale hondo en la otra u otras personas, haciendo que la otra parte cambie parte de su forma de ver ese algo sobre lo que estamos debatiendo, o lo cambie por completo. El uso de esas estrategias se considera todo un arte y existen personas que lo manejan con gran maestría logrando persuadir incluso a grandes masas.
En el terreno de las ventas podemos encontrarnos con vendedores realmente buenos que convencen para comprar su producto de una manera magistral. Una combinación de simpatía, seguridad en uno mismo, carisma, liderazgo y otras tantas habilidades pueden conseguir lo que en un principio puede parecer casi imposible. La persuasión no es solo una habilidad en sí, sino que abarca muchas habilidades como las que acabamos de nombrar, e incluso otras diferentes habilidades que en conjunto forman la persuasión en sí misma.
¿Qué podemos conseguir con la persuasión?
Con el uso de la persuasión podemos hacer que la parte a la que le estamos dando el mensaje cambie de opinión o visión sobre algo y acabe pensando como nosotros o como a nosotros nos conviene que piense. Con eso podemos lograr circunstancias como seguidores, aliados que nos apoyen o defiendan, clientes, amistades, etc. El objetivo como hemos dicho anteriormente puede ser tanto personal como económico.
PERSUASIÓN SIN MÁS VS PERSUASIÓN ÉTICA
Suena extraño éste título, ya que se supone que cuando hablamos de persuasión ética estamos hablando de persuasión en sí, pero no es del todo tan evidente.
Cuando hablamos de persuasión estamos hablando de todo lo que conlleva el acto de hacer cambiar la visión de otras personas y moverlas a nuestro terreno. Eso significa que la persuasión también abarca aquello que podríamos considerar como “manipulación” o persuasión no ética, además del acto de “convencer” y ya sabemos que el acto de manipular a su vez conlleva el acto de engañar, “maquillar” o tapar cierta información con el objetivo de que la otra persona haga lo que queramos en ciertas circunstancias. Esto lleva a que la persona que ha recibido el mensaje manipulado se sienta engañada o estafada cuando descubre esa información que estaba cambiada, maquillada o simplemente omitida y eso acarreará problemas en el futuro si lo que deseamos es fidelizar, ganar confianza y que nos recomienden. Sobre todo si estamos hablando de las ventas. Si deseamos fidelizar clientes está claro que debemos de eliminar esa parte de la habilidad de persuadir, para tener más garantías de que ese cliente vuelva a comprar nuestros productos. ¿Realmente pensamos que podemos mantener a un cliente que se ha sentido engañado? ¿Qué ha comprado un producto pensando que era otra cosa tal y como le dijimos en el momento de la venta? La respuesta claramente es que no, así pues, la manipulación en estos casos no puede tener cabida jamás. Yo añadiría que en ningún aspecto de nuestras vidas la manipulación tiene cabida, pero si hablamos de ventas será más fácil de entender a largo plazo cuando realmente deseamos aumentar nuestra cartera de clientes fieles.
Pero, ¿En qué se diferencia exactamente la persuasión ética de la manipulación? Básicamente la diferencia radica en que como hemos dicho anteriormente, la manipulación se basa en lamentira o la omisión de parte del mensaje para obtener beneficios personales o económicos, mientras que la persuasión ética se basa en laclaridad de la información con el objetivo de que el cliente potencial pueda evaluar mejor desde sus necesidades y circunstancias personales o económicas. Con esta segunda opción lograremos que si el cliente decide comprar, con más seguridad repita como cliente, además de aumentar las posibilidades de que nos recomiende a otras personas y ganemos más clientes.
A continuación vamos a ver un ejemplo en dos versiones para comprenderlo mejor.
Vamos a imaginar que deseamos comprar una casa y estamos visitando varias posibilidades. El vendedor de una casa en concreto nos va a persuadir para que compremos la suya haciéndonos ver que es la mejor opción. Nos comentará de todos los beneficios y las características positivas que tiene la casa que nos está enseñando con el fin de que nos decantemos por esa y no por otra. Puede apoyarse de otras habilidades y esetrategias como el lenguaje a la hora de comunicarse, la expresión no verbal o incluso los colores que use en su vestimenta. Si vamos más allá, el vendedor podría usar ciertas características nuestras a su favor, como por ejemplo si vamos con niños puede usarlo para decir que la casa se encuentra cerca de colegios o zonas de ocio infantil si es que de verdad los hay. Estamos viendo claramente que este vendedor está persuadiendo y lo está haciendo muy bien. En ningún momento está mintiendo, manipulando u omitiendo información, sino que está aumentando en lo posible la información acorde a nuestras necesidades para que nos decantemos por su oferta y no por otra.
Esto que acabamos de ver es persuasión ética.
Ahora imaginemos la misma situación, pero en este caso la persona que vende la casa decide usar mentiras, manipulación u omitir cierta información como podría ser por ejemplo que desde la casa se percibe excesivo ruido por alguna razón específica y en su lugar dice que es una zona muy tranquila y apacible. También podría añadir información que suena positiva a nuestros oídos cuando no es cierta en un intento desesperado por vender.
Esto que acabamos de ver es persuasión no ética o manipulación.
Viendo estos dos ejemplos, podemos ver las diferencias entre los dos tipos de persuasión además de tener un ejemplo de persuasión con verdadera maestría, sin necesidad de manipular.
Aún así y usando la persuasión ética, siempre podemos usar diferentes estrategias que alimentarán nuestra habilidad y aumentarán las posibilidades de atraer al cliente a nuestro terreno. Es decir, que con un mismo producto y un mismo mensaje pero usado de diferentes maneras, un vendedor podrá vender más que otro si esta habilidad se le da bien y eso ya depende no solo de su simpatía, sino de otras habilidades como puede ser la cercanía, la claridad, la seguridad en uno mismo, el carisma, la especial atención que le dé al cliente, su oratoria y otras tantas cosas que podremos ver en posts futuros.
A continuación vamos a ver una sencilla herramienta que nos ayudará a trabajar la persuasión para ganar la simpatía de la persona que tenemos delante de nosotros.
TIP
Rapport
El rapport es una herramienta con la que de manera sutil, podemos ayudarnos con él para acercarnos a la persona o personas que tenemos delante de nosotros. Consiste en imitar de manera discreta ciertos movimientos o expresiones tanto verbales como no verbales de la otra parte. De esta manera creamos un acercamiento de nuestra parte hacia la otra que hace ganarnos su confianza al estar dándole atención y comportarnos de manera similar a ella.
¿Esto a qué se debe?
Este curioso hecho se debe a que todo el mundo sentimos mayor simpatía y acercamiento hacia las personas que se nos asemejan en cierto modo. Bien porque se expresen, opinen, se muevan o vistan de manera similar a nosotros. Este hecho evidentemente se da en muchas ocasiones de manera inconsciente porque ya seamos similares en ciertos aspectos ¡Y nos sorprende! A mí me ha pasado por ejemplo el hecho de quedar con un cliente por primera vez y de repente vemos que vamos vestidos iguales o de manera similar haciendo de ese momento una anécdota curiosa. También suele pasar que de manera inconsciente por las dos partes, cuando dos personas sienten acercamiento, se simpatizan o se gustan, tienden a imitar ciertos gestos del otro como gesto de aprobación. Pero también puede hacerse de manera consciente para crear ese acercamiento, con el fin de que la otra parte se sienta más cómoda con nosotros.
Este gesto entra dentro de la persuasión ética porque simplemente es un gesto de acercamiento y atención hacia la otra persona, del mismo modo que también usamos un lenguaje positivo, somos simpáticos o sonreímos. Forma parte de la atención que le prestamos al cliente potencial.
Cuando comenzamos una comunicación con un cliente potencial podemos de una manera fácil y rápida comenzar a imitar de manera sutil ciertos movimientos suyos, tono de voz, palabras más comunes o gestos suyos. De esta manera, la otra parte de manera inconsciente se sentirá más cerca y más cómoda con nosotros, sentirá que le estamos prestando atención y además, comenzará a prestar más atención a todo lo que tenemos que decirle porque comienza a sentir confianza hacia nosotros al vernos similares. Entonces desea saber más.
Con este ejercicio estamos generando una comunicación más fluida y con reciprocidad.
Solo nos hacen falta unos minutos de comunicación para comenzar a notar que la otra parte se siente cómoda y confiada, que fluye con nosotros y que se interesa por nuestra información. Ya están aumentando las posibilidades de que se decida por nuestro producto.
Aún así y como estamos usando la persuasión ética, debemos de ser conscientes de que si el producto no termina de convencerle o le faltan ciertas características que esa persona busca y no le podemos ofrecer, igualmente no comprará. Pero sí habremos logrado ganarnos su simpatía quizás para otra oportunidad en un futuro.
Finalmente tengamos en cuenta que la percepción del cliente sobre el trato que se le dé, la cercanía y la experiencia de ese momento influirán en sus futuras decisiones.
Como siempre, en la línea de la frase de esta semana ya publicada: “Si no tienes sentido del humor, estás a merced de los demás” (William Rotsler), vamos a hablar sobre el poder del sentido del humor para trabajar la timidez. Al final del post te llevarás un tip para que puedas llevarlo a la práctica en situaciones embarazosas.
El sentido del humor es una de las herramientas más poderosas cuando tenemos conflictos. Si tienes sentido del humor todo puede parecer más ligero, más fácil de llevar. Por lo tanto ayuda al desbloqueo mental y te facilita el poder ver con más claridad, para dar con una posible solución. Cuando puedes reírte de ti mismo/a o de tus problemas, significa que estás acercándote a la solución, a la liberación, a la paz. El sentido del humor es parte de la aceptación. No te va a solucionar el problema en sí, pero te ayudará a verlo desde otra perspectiva más liviana, te hará ver que quizás no es tan grave lo que estás viviendo o que puedes seguir con tu vida a pesar de lo vivido.
Cuando reímos liberamos endorfinas. Estas son responsables de nuestra felicidad y de la sensación de bienestar, además de funcionar como si de analgésicos se trataran, pero en este caso de forma natural. Por esta razón la risa nos ayuda a aliviar los dolores cuando nos encontramos enfermos o incluso acelera el proceso de curación de ciertas enfermedades. Además, también se ha demostrado que disminuye las posibilidades de sufrir un infarto, ayuda en el trabajo de la depresión, la ansiedad y disminuye los casos de bajas laborales. Hasta ahí llega el poder de la risa.
“La gente con sentido del humor se ríe más y reír de forma habitual está asociado a cambios en el sistema muscular, cambios cardiovasculares, endocrinos, inmunológicos y neuronales. Tener buen sentido del humor favorece las relaciones sociales y proporciona un mayor apoyo social que funciona como inhibidor del estrés y estimulador de la salud” (Carbelo y Jáuregui, 2006).
Además de esto y por todo ello, el sentido del humor es un tubo de escape muy efectivo para el trabajo concreto de la timidez. ¿Por qué? Pues porque precisamente una de las características de la timidez es el gran sentido del ridículo que tiene la persona. Precisamente una de las cosas que más temen las personas cuando se sienten tímidas es el ser el foco de atención, es la exposición en ciertas circunstancias, es el temor a cometer un error y sentirse ridículas. Cuando el sentido del ridículo es muy fuerte, ya comenzamos a dejarnos llevar por los pensamientos de lo que sería si nos equivocamos hasta el punto de convertirse en pensamientos irracionales, en muchos casos catastrofistas ante una posibilidad que lo más probable solo exista en nuestra mente. Este temor hace que muchas personas dejen de hacer cosas por miedo a hacer el ridículo y se sientan limitadas.
¿SIRVE DE ALGO EL SENTIDO DEL RIDÍCULO?
El sentido del ridículo es necesario evidentemente, es como los miedos. Si fuésemos sin miedos por la vida nos expondríamos a circunstancias realmente peligrosas porque no podríamos calibrar el peligro. Sabemos que el miedo bien gestionado para que no nos controle ni nos limite puede ayudarnos a ser prudentes mientras decidimos cómo y para qué ser valientes. Pues con el sentido del ridículo ocurre lo mismo, es totalmente normal y legítimo que nos sonrojemos en alguna situación que quizás nos supere en un momento dado y no podamos controlar del todo, ¡Es señal de que somos humanos! Y esto nos sirve para ser prudentes también en ciertas situaciones en las que es necesario no ser demasiado impulsivo o que haya preparar bien con antelación, como por ejemplo puede ser una conferencia. Si no tuviésemos sentido del ridículo lo más probable es que no nos preparemos la conferencia con la suficiente seriedad porque total, da igual si me equivoco. Pero igual que no es bueno carecer del sentido del ridículo, tampoco es bueno tenerlo en exceso hasta limitarnos en nuestras decisiones, o en la necesidad de exponernos para lograr ciertos objetivos. Así que en este post vamos a ver cómo gestionar ese sentido del ridículo usando el sentido del humor, en este caso, enfocándonos a las personas que padecen del exceso de este y se sienten limitados.
¿Cómo podemos dominar el sentido del ridículo cuando éste es excesivo?
CLAVE 1
Podemos por ejemplo comenzar siendo conscientes de que todos, absolutamente todos hemos hecho el ridículo alguna vez, incluso las personas que se exponen de manera pública, que salen en televisión, presentan programas, son maestros, etc. Nadie se salva de ello y evidentemente nos quedan aún muchas situaciones que pasar que resultarán cómicas. Cuando pensamos en esto nos damos cuenta de que visto desde fuera, aún resultando cómico, podemos pensar que no es para tanto porque esas personas acaban improvisando, solucionando el problema o incluso utilizando el humor para reírse de ellos mismas. Cuando vemos que alguien hace el ridículo en un momento dado y utiliza el sentido del humor, de repente podemos ver que esa situación aparentemente ridícula pierde fuerza de manera inmediata. Vemos que esa persona ya no está siendo dominada por la situación. Entonces las personas que le rodean ya no se ríen tanto de la situación ni de la persona sino que ser ríen con la persona. Es ahí donde vemos el enorme poder del sentido del humor.
El ver estas situaciones en los demás y quitarles importancia, primeramente hace que dejemos de enfocarnos en nosotros mismos, por lo que estamos trabajando esa parte del ego que nos duele y nos domina. Estamos poniendo el foco en otras personas y minimizando la importancia que realmente tiene, porque uno de los errores es que cuando nos enfocamos en exceso en nosotros mismos aumentamos las partes negativas de lo que sentimos, haciendo cada situación más grave de lo que en realidad es. ¿No te ha pasado muchas veces que cuando alguien cercano a ti te cuenta algún problema que tiene, lo ves desde fuera y tienes la certeza de que no lo ves tan grave como esa persona lo siente? E incluso tienes la seguridad de saber que eso que le pasa tiene solución, pero esa persona no lo ve en ese instante porque está inmersa en el problema y con ello le está dando poder a su ego. Pues con el sentido del ridículo ocurre lo mismo, lo sentimos más grave cuando lo vemos en nosotros mismos y estamos inmersos en él, que cuando lo vemos en otros.
CLAVE 2
La segunda clave será desarrollar el sentido del humor, para obtener la capacidad de reírnos de nosotros mismos. Hemos visto antes que cuando una persona comete un error y hace el ridículo y se ríe de sí misma, esta situación pierde poder sobre la persona y puede tomar el control más fácilmente. Pero, ¿Cómo puedo reírme de mí mismo/a cuando nunca antes lo he hecho y siento que el ridículo me supera?
A continuación vamos a conocer un sencillo tip, que nos ayudará a desarrollar un fuerte sentido del humor y minimizar ese sentido del ridículo que tanto puede llegar a hacer sufrir a una persona tímida:
TIP:
Puedes comenzar recordando una serie de situaciones que te hayan ocurrido y que hayan resultado embarazosas y con ellas crear una lista para tenerlas en cuenta. Describe con detalle todo lo que te pasó y lo vergonzoso que resultó para ti. Primero puedes leerla en voz alta para escucharte y reírte de ello, de tu propia situación. En este primer paso te resultará más fácil reírte porque estarás en soledad, sin nadie que te escuche, solo te escuchas tú y así podrás dominar mejor ese sentido del ridículo. Al final estarás provocando el hecho de reírte de ti mismo/a y haciendo eso, estarás quitando importancia y por lo tanto fortaleza a lo que sentiste en ese momento.
En otra ocasión puedes llevar a cabo el segundo paso, que es sacar a la luz esa lista recordando alguna de esas situaciones cuando te encuentres con amigos o familiares en alguna situación distendida. Te puede ayudar también el hecho de exagerar la escena a modo de caricatura cómica. Así estarás provocando que todos se rían contigo y eso disminuirá más aún tu sentimiento de ridículo. Cuando eres tú misma la persona que cuenta eso, le estás quitando poder a un posible ataque de otra persona para ridiculizarte. Ahora el poder lo tienes tú, porque eres la primera persona que se está riendo de ello y ya nadie podrá posicionarse por encima para hacerte sentir mal.
Con un entrenamiento como este, comenzando poco a poco si nos resulta complicado, estamos indicando a nuestro cerebro cómo encontrar siempre el lado cómico de todo lo que nos pasa. A largo plazo nos resultará más sencillo verlo sin esfuerzo en cada cosa que nos pase y nos resultará más fácil reírnos. Al final como todo, es cuestión de entrenamiento.